sábado, 13 de octubre de 2007

Genocidio silencioso

En Uruguay se inauguró una Reforma Tributaria el 01-07-07. La filosofía del gobierno es procurar vincular la contribución de cada ciudadano a lo que gana y consume, en reemplazo de la filosofía anterior que sólo tomaba en cuenta los consumos.

Si no le queda claro el párrafo anterior, despreocúpese porque igual va a entender lo que le quiero decir.

Ese cambio que introdujo el gobierno provocó fuertes reacciones de gran cantidad de ciudadanos, especialmente de aquellos que tendrán que pagar más de lo que pagaban antes de la Reforma. Esto era previsible, lógico y obvio.

Si pudiéramos entrar en la anatomía de cada uno de esos ciudadanos furiosos, veríamos como esa Reforma Tributaria también es un chequeo de máximo riesgo. Parecido a las comprobaciones que se le hacen a ciertas máquinas para ver si resisten una sobrecarga de exigencia. Si se rompe, sus fabricantes tratan de mejorar aquello que falló y si soporta el maltrato, le dan el vistobueno y la ponen a trabajar.

Nuestro país está demográficamente en riesgo porque tenemos una natalidad bajísima y la edad promedio de sus habitantes es muy alta. Somos un país de viejos y en vías de extinción.

Sin saberlo, inconcientemente, el gobierno está poniendo a prueba la salud de sus habitantes, introduciendo cambios que no serán resistidos por muchos. Los más débiles morirán y eso mejorará la edad promedio de nuestro país, porque la mayoría de los débiles está entre los ancianos.

La naturaleza es sabia y patrocina conductas humanas que aseguran la supervivencia de la especie, aunque (esas conductas humanas) se presentan como cumpliendo objetivos muy diferentes. En nuestro país por ejemplo, el gobierno dice que la Reforma Tributaria procura mejorar la distribución de la riqueza entre los uruguayos. Jamás se le ocurriría pensar que está provocando un genocidio de aquellos agentes económicos que sobreviven gracias a la rutina y que no están biológicamente en condiciones de tolerar los cambios.

Es más: cuando el gobierno responde al clamor desesperado de los que se ven empujados a la muerte, los descalifica diciéndoles que protestan porque son mezquinos, conservadores y avaros.

Claro que el caso particular de la Reforma Tributaria en el Uruguay es generalizable al resto de la humanidad, la que permanentemente está siendo chequeada mediante la introducción de cambios tecnológicos, políticos y culturales.

reflex1@adinet.com.uy

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