sábado, 10 de noviembre de 2007

Psicoanálisis de un esquimal

¿Usted quería saber de una buena vez qué es el psicoanálisis? Se lo voy a explicar.

Un esquimal de 18 años le dice al padre:

— Papá, estoy harto de comer carne de foca y del frío. ¡Me voy!

El padre le responde con su característica frialdad filosófica:

— ¡Bueno!

Este hombrecito de casi dos décadas de vida en el Ártico decide radicarse en la Ciudad de Bahía, en pleno nordeste de Brasil.

Al poco tiempo empiezan los problemas: Cuando el viento sopla del norte, cierra su casa en lugar de abrirla; cuando compra carne y la deja en el fondo de su casa, o desaparece porque se la come un gato o se le pudre por el intenso calor, y así cosas por el estilo. Ni qué hablar de cómo se avergüenza al ver la vestimenta que usan todos menos él.

Si bien somos moderadamente inteligentes como para darnos cuenta de los errores adaptativos que está cometiendo nuestro antihéroe, no somos tan eficientes para descubrir cómo repetimos conductas que perdieron vigencia, que sólo fueron adecuadas cuando las aprendimos pero que ahora son un verdadero obstáculo para tener una calidad de vida aceptable.

El psicoanálisis es un detector de inadecuaciones. Utilizando sus infinitos recursos, es posible darnos cuenta de todo eso que nos está complicando la existencia, angustiándonos, quitándonos ganas de vivir, energía, creatividad, coraje, capacidad para tomar decisiones, así como también agregándonos miedos, fobias, insomnio, estrés exagerado, eczema, gastritis (¿hace falta que siga con esta lista?).

reflex1@adinet.com.uy

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