jueves, 31 de enero de 2008

Neurotransmisores - Gragea Nº 36

Los jefes que abusan dando órdenes, en el fondo sienten que los subalternos son su mamá.

O sea: Lo que se muestra como un hombre recio no es más que un niño grande que repite los berrinches que le dieron resultado cuando era un pequeño malcriado y caprichoso.

También puede ser que los que viven imponiendo que le hagan esto o esto otro, no sepan hacer prácticamente nada... cosa muy frecuente entre los jefes.

5 comentarios:

INMA VALDIVIA dijo...

Bueno Fernando, pues ni soy tu jefe, ni tu mama, más bien la petición que voy ha hacerte no es una orden, tal vez un capricho, yo diría que una herramienta para incentivar mis sentidos.
Te agradecería me enviases algunas imágenes de esas tan psicológicas como las que me mandastes "psicología pps.pps", si es que puedes, porque pueden servirme de introducción a algunos relatos, como el último que he publicado "Vencedores.Vencidos. Cazadores de audiencias.
Vallan para allá saludos cruzando continentes.

Anónimo dijo...

Soy jefa de 16 personas y mientras desayuno en mi casa empiezo a enojarme porque también desde un blog alguien se olvida que la función hay que realizarla y que las personas sólo tienen interés en cobrar su sueldo, usar la computadora para mantener su correspondencia y el teléfono para estar al tanto sobre cómo están los parientes.

Anónimo dijo...

Un psicoanalista que no hable de la madre, no es un psicoanalista. Tienen una fijación con ella. Seguramente son tan neuróticos como los demás sólo que ubicados del otro lado del diván.

Una vez puntualizada mi opinión sobre esta especie, agrego que en cierta literatura para padres se hablaba de "su majestad el bebé", o sea que es probable que un jefe sea un tipo que fue criado por una familia que tomó al pie de la letra este dicho.

Anónimo dijo...

Lo mejor que leí en un libro de autoayuda fue que cuando me tenga que enfrentar a alguien muy impresionante, que me lo visualice como desnudo o en calzoncillos. A veces me da resultado, otras veces me asusto nomás.

Anónimo dijo...

Mi padre ha tenido muchos jefes y a la hora de la cena siempre nos contaba qué cosas le habían sucedido con ellos. Muy pocos fueron personas inteligentes y verdaderos líderes. La mayoría eran sujetos ambiciosos de poder por el poder mismo y caían fácilmente en el despotismo. También es cierto que mi padre siempre trabajó como empleado administrativo en distintos destacamentos de policía y en ese cuerpo suelen ser gente bastante ruda o escasamente educada.