domingo, 24 de febrero de 2008

¡Feliz bodas de mineral!

— Ya voy por el tercer fracaso matrimonial.
— ¿Fracaso? ¡Fracaso es quedarse atado a la misma persona toda una vida!

El pensamiento oficial (alineado con la conveniencia de quienes detentan el poder) ordena que los ciudadanos debemos mantenernos lo más quietos posible, evolucionar lo menos posible, cambiar lo menos posible, ser lo más previsibles y gobernables posible.

Claro que también necesitan que seamos muy productivos, que paguemos muchos impuestos y otras formas de esclavitud devota.

Los cambios de pareja son indicadores de una dinámica psíquica normal mientras que la pertenencia vitalicia a las mismas ideas, principios, religión, filosofía, partido político, cuadro de fútbol, costumbres, domicilio, vestimenta, trabajo, etc., etc., indican que esa persona (seguramente muy valorada socialmente) está más cerca del reino mineral que del reino animal.

La salud mental se define por la capacidad de cambiar, de reformularse, de ser tolerante con los diferentes, de ser flexible, de adaptarse a las condiciones que no pueden modificarse. Por el contrario, son patológicos el esquematismo, el anquilosamiento, la rigidez, la inmutabilidad, la estereotipia, la rutina. Ahora agrego: las bodas de oro matrimoniales.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

La mejor manera de tener un buen vínculo es abstenerse de estropearlo con el matrimonio.

Anónimo dijo...

para uno mismo está bueno cambiar, lo bravo es cuando te cambian

Anónimo dijo...

En nuestro país (Uruguay) a los que se cambian de cuadro de fútbol (Nacional y Peñarol son los 2 grandes) les dicen "tortilleros". ¿Estará vinculada la intolerancia a nivel de pasiones sexuales y deportivas?

Anónimo dijo...

Yo me casé para toda la vida. Así lo sentí y lo sigo sintiendo. Veo que otros fracasan, se divorcian, empiezan a rodar de un lado para otro desorientados, angustiados, patéticos.

Me parece que, aunque no lo dice, el Lic Mieres se debe de haber divorciado varias veces y escribe lo que escribe para justificarse y congraciarse con sus hermanos y hermanas en desgracia.

Anónimo dijo...

Hay una cosa que no hacemos quienes amamos y es decir que NO las veces que sean necesarias. A nuestros amantes, hijos, padres, compañeros de trabajo.
Negar (con sinceridad, no porque sí)es bueno porque blanquea los afectos. Esto me lo vengo planteando hace años. Tengo un amor inmenso por mi padre, por mi hermana, por mi novio y sufro mucho cada vez que me piden algo que no quiero hacer y sin embargo igual lo hago porque me enseñaron que amar es entregarse, renunciar. El hecho es que después me siento mal con quienes me obligaron (?)a hacer algo en contra de mi deseo.
Insisto: El amor inteligente, responsable, adulto, debería incluir la mayor sinceridad posible y admitir todos los noes que sean necesarios.

Anónimo dijo...

A mi casi nadie me quiere en mi familia porque siempre estoy pensando cosas diferentes y no puedo quedarme a vivir en ningún lado. Ando por América, Europa, duermo donde puedo, y no logro entender cómo alguien se puede enojar conmigo porque pienso diferente. No me imagino casado pero estoy enamorado simultaneamente de muchas mujeres y de dos hombres. Cuando me preguntan de que vivo sólo respondo HC (hago cosas).

Anónimo dijo...

PERO ESTE TIPO SE TIRA CONTRA TODO EL MUNDO. ES UN CAMICASE. LO VAN A MATAR. NO LE SIRVE NADIE.

Anónimo dijo...

¿ud. piensa que dentro del matrimonio no se puede cambiar y ser flexibles? ¿estuvo casado alguna vez?

Anónimo dijo...

Este hombre está en contra de las "bodas de oro" porque nunca tendría capacidad como para festejarlas.

Anónimo dijo...

hay que ser muy tolerante, flexible, sano, para vivir con otro diferente. ni que hablar cuando se agregan hijos, distintas generaciones. eso está reservado para gente muy sana.

Anónimo dijo...

¿entonces los conservadores son simplemente piedras, así de fácil?

Anónimo dijo...

una posibilidad es adaptarse a las condiciones que no pueden modificarse (la más positiva diría yo) y otra posibilidad es adaptarse a las condiciones que no queremos modificar. no deseo romper mi matrimonio, pero tampoco me creo con derecho o posibilidad de cambiar a mi mujer