domingo, 30 de marzo de 2008

Algunas ventajas de no pegarle a la madre

Cuando en una cultura se asume inconcientemente que el dinero es lo único que delata los aspectos más vergonzosos de una persona, se apela a evitarlo pensando que de esa forma se ocultarán eficazmente esas características inconfesables.

Un diálogo humorístico muy difundido es aquel en el que uno dice: — Fulano es un buen hombre. Y el interlocutor le responde con ironía: — Si, porque no le pega a la madre.

Muchas personas piensan que son solidarias porque son capaces de hacer favores sin la mediación del dinero pero resulta que esperan o exigen remuneraciones en especies absolutamente abusivas. En alguno de mis artículos ponía el ejemplo de alguien que generosamente se prestó para ayudar «gratuitamente» en la mudanza de unos muebles y luego, como quien no quiere la cosa, le salió pidiendo si no le donaría un riñón porque los propios padecían de una insuficiencia irreversible.

Si alguien cree que el dinero es lo único que envilece una actitud, puede convertirse en el rey de los crápulas pero pasar desapercibido porque en sus transacciones sociales se cuida muy bien de excluir la presencia del dinero.

Este comportamiento puede tener como efecto secundario el que se padezcan verdaderas penurias económicas porque el sujeto que se maneja con estos códigos inconcientes padece una especie de fobia al dinero ya que este lo deja (según él) en evidencia con todas sus vergonzantes mezquindades que, aunque sean universales y nadie esté excluido de ellas, él piensa que es diferente, que es el santo, el generoso, el solidario, el desinteresado, el que está más allá del bien y del mal, el incorruptible, el puro espíritu: Dios.


La imagen corresponde a Mr.Berns, antipático empleador de Homero Simpson, protagonista de la tira televisa Los Simpson.
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12 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi familia nunca estuvo presente la preocupación de que si tuviéramos dinero dejaríamos de ser gente honesta, generosa, solidaria. Mi padre luchó todo lo que pudo para salir de esta condición, nunca nos faltó lo imprescindible y yo estoy haciendo lo mismo. Nunca huímos del dinero para quedar bien, sin embargo, luchamos y luchamos y parece que todo nuestro esfuerzo no es suficiente. No sé qué es lo que nos pasa pero no es miedo a ser ricos.

Anónimo dijo...

En dinero hay que ocultarlo tanto como las in-tensiones y las ganas de. No es bueno que los demás sepan que tenemos dinero porque pueden robarlo, pedirlo prestado, provocarnos un daño para equilibrar las riquezas. Tener una riqueza capaz de transformarse en casi cualquier placer es algo tan maravilloso como diabólico.

Anónimo dijo...

El dinero está en muchos líos. Es como si uno observara que determinada persona aparece siempre que sucede algo malo. Si esto sucede uno puede pensar que esa persona es parte del problema y que no es casualidad que siempre que sucede algo malo ella esté ahí. Pues bien, como si fuera esa persona, muchas desgracias humanas 'casualmente' cuentan con su presencia. Es para tenerle miedo, para tomar distancia de él.

Anónimo dijo...

Hay muchas iglesias que hacen votos de pobreza pero tienen todo el oro del mundo. Es necesaria la pobreza para hacer creer que uno es bueno porque no tiene interés en nada material.

Lo mejor del caso es que ellos ayudan a que la gente que los sigue sean pobres también y por eso les quitan el dinero con la promesa de purificación y mejora del puntaje para el juicio final.

Sres. Crápulas: Mis felicitaciones.

Anónimo dijo...

Si yo tuviera mucho dinero y me gustara tener más dinero, quizá gastaría un poco de él haciendo una publicidad en la que se diga que el dinero es malo, que hace daño, que trae cáncer, que engorda, que produce ceguera, y algunas otras ideas más que me surgieran, para que los más sugestionables empiecen a abandonarlo y a no buscarlo con ahinco, y así me facilitaría la tarea de tener más y más.
No sé si será cierto pero dicen que un dólar invertido en buena publicidad produce una ganancia de siete dólares.

Quizá yo me creo que inventé la pólvora y resulta que lo están haciendo todo el tiempo y ni me di cuenta.

Anónimo dijo...

Me parece buena la síntesis de algunas ideas que tenemos:
Es bueno porque no le pega a la madre;
Es honesto porque no tiene dinero;
Es un burro porque le va mal en la escuela;
Es corrupto porque es político;
Es un buen empleado porque llega en hora;
Es una santa porque va a misa;
Es muy pacífico porque habla bajito;
Sería una buena madre porque tiene los senos grandes;
Jugaría bien al basket porque es alto.

Anónimo dijo...

Me fui del tema: ¡Adoro a los Simpson! Homero es mi preferido.

Anónimo dijo...

Lo único que le pido a Dios es que me libre de la envidia que mi escasa fortuna pueda inspirarle a otro semejante. No debe haber peor castigo que ser envidiado.

Anónimo dijo...

He visto pegotines en los autos que si mal no recuerdo dicen algo así: "no me envidie, me lo gané trabajando honestamente".
Eso da una pauta de la dimensión que puede llegar a tener la envidia.

Anónimo dijo...

Si en nuestra cultura se le teme al dinero, se lo oculta como algo sucio y al mismo tiempo se lucha denodadamente por ganarlo, entonces nuestra cultura crea una disociación enorme a nivel psíquico.

Anónimo dijo...

sin embargo me parece que también el otro extremo, la pobreza delata una situación vergonzosa para la persona.

Anónimo dijo...

Confesar que deseás tener dinero, no es poco común pero generalmente se dice en un contexto de chistes, y no queda del todo claro hasta dónde es real ese deseo de dinero. Creo que es cierto lo que dice F. Mieres en el último párrafo, mostrarse desinteresado por el dinero te hace ver menos mundano, más intelectual, inconformista, qué se yo.