miércoles, 2 de abril de 2008

Me gustó el protagonista porque es como yo

Se que me estoy repitiendo a mi mismo cuando digo que los libros son escritos por sus lectores ya que la industria de las editoriales, aprovechando la fama y destreza de los escritores famosos, presionan sobre ellos para que escriban lo que mejor se venda.

Lo mismo sucede con cualquier otra forma de arte u objeto de consumo. El último arrogante exitoso fue Henry Ford cuando dijo: «Mis clientes pueden comprar un Ford del color que quieran siempre que sea negro». Hoy en día esta petulancia sería inviable. El mercado manda y tenemos que fabricar lo que nos compren abandonando la estúpida actitud de tratar de vender lo que deseemos fabricar.

Lo trágico es que de este modo entramos en un círculo vicioso. El espectador quiere ver filmes en los que sus creencias sean ratificadas; al verlas en pantalla grande y con sonido estereofónico, supone que lo que él piensa es lo correcto porque el protagonista piensa igual que él; luego, se afirma en sus convicciones sin imaginarse que los productores de la película le dijeron lo que él quería escuchar porque sólo les importaba que pagara el precio de la entrada.

En suma: Cuando participamos en el circuito cultural donde predominan los fines de lucro, debemos tener presente que lo que estamos comprando son autorretratos y no otros modelos alternativos que nos cuestionen, o que nos hagan ver otras realidades, o que nos propongan opciones. Nos dicen solamente lo que ellos saben que queremos escuchar.

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15 comentarios:

Anónimo dijo...

Es probable que una de las diferencias entre el 1er y 3er mundo está justo ahí. En las comunidades primitivas, los agricultores y artesanos saben hacer ciertas pocas cosas y si alguien se interesa en ellas, es probable que se las compren al menor precio posible. Estos artesanos no pueden pensar en el interés ajeno: sólo piensan en el propio porque carecen de una cultura que les aparte la vista de su ombligo. No son ni mejores ni peores que los del primer mundo: solamente tienen una cultura autorreferencial.

Anónimo dijo...

Es cierto que la frase de H.Ford suena arrogante pero en esos tiempos (supongo que 1910 aprox)había que resolver cosas más importantes que el color ya que la industria automotriz en serie recién estaba en sus comienzos y la venta masiva era toda una innovación.

Anónimo dijo...

Entonces cómo es? Si me ofrecen lo que quiero quedo encerrado en un círculo vicioso? Esto está bien o está mal? Qué quiere decir el psicólogo Mieres? No entiendo qué quiere decir.

Anónimo dijo...

A las personas no nos gusta elegir cómo serán las cosas. A mi me gusta ver qué fue lo que hicieron y me gusta o no me gusta. No estoy interesada en ser diseñadora de lo que voy a comprar. Que de eso se encarguen otros. A mí déjenme solamente la tarea de comprar o rechazar.

Anónimo dijo...

Lo que discuten otros sobre si está bien que el fabricante piense en mí o no lo encuentro medio relativo. Hay cosas que están condenadas al fracaso porque no le interesan a casi nadie y esos pocos que es lo único que saben hacer están condenados a la soledad mercantil y por lo tanto a no tener ingresos. Es probable que las penurias económicas lo induzcan a ir rectificándose hasta que pueda calmar el hambre. En definitiva ésta es la que diseña los productos y servicios.

Anónimo dijo...

Para poder conseguir un empleo hay que tener las cosas que pide el anuncio y si uno no las tiene, puede estar haciendo una fila durante horas que cuando llega a la persona que le toma los datos le dice: "Pero el anuncio pedía tal y cual cosa. ¿Para qué se presentó si no los tiene?"

Ya me pasó dos veces y estoy totalmente desanimado.

Anónimo dijo...

Para mi pensar es un trabajo y como todo trabajo, es evitable. La resistencia al cambio es un hecho y no tengo ningunas ganas de hacer lo que no me pida el cuerpo. Son tipos amantes del sufrimiento los que se meten con cosas que no entienden, que les causan problemas.

Anónimo dijo...

En el reino de la Tierra casi todos podemos vivir de alguna manera. Lo que a veces se desajusta es el escalón que puede haber entre lo que queremos tener y lo que podemos tener realmente.

En cuanto a conseguir lo básico, siempre se puede sin mayor problemas. Así lo veo yo por lo menos. No hay tanta tragedia en sobrevivir pero sí hay un drama tremendo en vivir como rico.

Anónimo dijo...

Vivo en un mundo donde me siento minoría. Cuando prendo la radio tengo sólo una o dos emisoras que me interesan (otros tienen para elegir entre 15), lo mismo con la TV. Con los libros por suerte no tanto pero no soy compradora de best sellers. Esto mismo con el cine.
Si voy a comprar ropa o zapatos, lo que me gusta no es lo que más se vende.
En mi país sólo una vez ganó el partido que voto.
A veces me gustaría ser mayoría, sentirme cómoda con la forma de encarar la vida que tiene la mayoría.

Anónimo dijo...

¡Cómo me gusta encontrarme con planteos que me sorprendan!
Aunque no estoy de acuerdo con muchas de sus reflexiones, ud. me hace pensar. Se que en sus escritos no voy a encontrar ratificaciones ni tampoco las cosas que estoy aburrida de escuchar. Encuentro aportes y estímulos al pensamiento ¡qué bueno!

Anónimo dijo...

Ahora la mayoría de los autos son blancos (hablo de Uruguay) y el negro quedó para las funerarias. No creo que a Ford le esté gustando mucho.

Anónimo dijo...

Cuanto más te afirmás en tus convicciones, más te rigidizás. El lío está en que se valorá más a una persona "sólida" en sus convicciones que al que da la impresión de ser gelatinoso, sólo porque es capaz de cuestionarse.

Anónimo dijo...

Entrás en un círculo vicioso de gratificación, rectificación y al no salirte de ahí no crecés.

Anónimo dijo...

Lástima que no nos dicen todo lo que queremos escuchar. Aunque algunos hacen grandes esfuerzos. Ahora una empreza que vende jabones y desodorantes, muestra mujeres viejas y nos dicen que la belleza no tiene edad. Me afilio ya! Pero no les compro los productos por falsos y demagogos (además para mi bolsillo son muy caros)

Anónimo dijo...

Ud. dice que en el circuito cultural predominan los fines de lucro. A mi me parece que en esos circuitos la gente se arranca los ojos por otro tipo de beneficios menos tangibles. De todos modos es más fácil que nos engañen dentro del circuito comercial que en el circuito cultural.