lunes, 2 de junio de 2008

Los tiernos diablillos

En el otro blog hoy incluyo el artículo titulado Los cristales de mis gafas que refiere a la violencia recibida o entregada.

El tema puede tener infinitos puntos de contacto con la agresividad que se utiliza en la vida empresarial, muy competitiva y despiadada.

Sin embargo, también es cierto que algunas formas de ineficacia económica responden a un subdesarrollo en la personalidad de algunos ciudadanos. Quienes sólo pueden seguir dependiendo de otros adultos, de la limosna o de las políticas sociales del estado aún cuando no presentan inhibiciones objetivamente constatables, también son personas que se mantienen en la etapa infantil en la que sí es esperable la dependencia económica.

Es normal que los niños parezcan sádicos porque no tienen noción del dolor ajeno y hasta los divierte pellizcar, tirar del pelo, usas sus juguetes como proyectiles y se ríen cuando alguien se cae o tropieza.

La inmadurez que se expresa en el plano económico con una dependencia típica de la infantilidad tiene su natural correlato en el uso de la violencia por inconciencia del dolor ajeno.

Un último detalle: No olvidemos que personas infantiles (dependientes y sádicas) se encuentran en todos los estratos socioeconómicos.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Está confirmado eso de que en las clases sociales más favorecidas también hay violencia doméstica? No estoy tan seguro eh!

Anónimo dijo...

Florian querido, vivís en un frasco? Venite 24 horas a mi casa y vas a enterarte lo que son los gritos, las ofensas, los insultos, los empujones, las miradas como navajas. Hace mucho tiempo que no pasa una semana sin que tenga que encerrarme en mi dormitorio a llorar por como me trataron mis padres, mis hermanos o mi novio.

Anónimo dijo...

Ahora entiendo porqué Bart se ríe a carcajadas cada vez que al padre le pasa algo horrible. Los que crean esa tira son geniales pero esto no terminaba de entenderlo. Lo confirmo aún más: ¡son genios!

Anónimo dijo...

Una amiga mucho más chica que yo me dijo que yo siempre tengo poco dinero por coquetería porque son los niños y los adolescentes los que nunca tienen dinero y yo hago lo mismo, me visto como ella, trato de copiarle sus dichos de moda.

Esto de la pobreza por coquetería me parece un disparate pero por algo lo recuero y ahora lo escribo.

Anónimo dijo...

La vida empresarial no solo es despiada por la competencia sino también porque el gobierno no perdona una sola omisión. Nos vive vigilando que le paguemos esto y lo otro. El dueño del local también es muy agresivo. Cuando llega el día 10 de cada mes, ya está llamando por teléfono. Es un verdadero acoso por los cuatro costados.

Anónimo dijo...

Yo debo de ser muy infantil porque me río a carcajadas con las películas donde la gente tropieza y se cae. Preferiría no haberlo sabido.

Anónimo dijo...

Ahora me queda claro el tema ese de que se necesita agresividad para vivir. Hay que presionar. Todos vivimos y funcionamos bajo presión; las instituciones mismas son la materialización de la presión. Pero antes que eso, comer y beber significa matar, aunque seas vegetariano te pasás matando manzanas y zanahorias, que a su vez nacen de la tierra que es el conjunto de los despojos de la vida. Para que naciera alguna manzana primero tenían que morir unos cuántos terodáctilos y mamuts.

Anónimo dijo...

Los adultos llamados sanos somos conscientes del dolor ajeno. ¿Qué somos cuando vemos ese dolor y no hacemos nada?

Anónimo dijo...

Amanda, un consejo, por las dudas nunca hables de pobreza por coquetería frente a un grupo de indígenas, campesinos o de obreros asalariados. De pronto alguno de los compañeros de ADEOM te puede entender, pero esta otra gente...no sé viste

Anónimo dijo...

se me ocurre que la gente capaz de hacer dinero por su propio trabajo, como no es dependiente _ y dado que se necesita agresividad para vivir _ de pronto son sádicos ¿no?