miércoles, 22 de abril de 2009

No es inteligente confiar en la inteligencia

Los prejuicios son ideas que alguna vez se aceptaron sin certificar su veracidad, pero que se nos instalan en nuestro pensamiento como si fueran propietarios legales de las neuronas que ocupan. Los prejuicios equivalen a los parásitos que se alojan en otro ser vivo, consumiéndolo. También se parecen a esas personas que se ubican en un cierto terreno y luego se comportan como si lo hubieran comprado.

Uno de estos prejuicios es que nuestra inteligencia tiene la capacidad de entender las cosas como son. Lo que parece verdadero es que somos capaces de entender algunas cosas, pero que la mayoría de las veces actuamos por impulsos no muy lógicos y mucho menos entendibles.


Cyril N. PARKINSON (1909-1993) fue un historiador británico, autor de unos sesenta libros, que se divertía buscando conductas humanas ilógicas.

Comparto con ustedes dos de ellas:

1º. "El trabajo crece hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización". Por ejemplo: Si un obrero tiene que pintar una casa, puede demorar una semana, un mes o un año, dependiendo del tiempo que tenga para hacerlo y no de lo que realmente insuma pintar esa casa.

2º. "Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos". Por ejemplo: si alguien gana 100, gastará 100 para vivir, pero si esa misma persona pasa a ganar 1000, gastará 1000 para vivir y no lo que realmente necesite para vivir.

Lo interesante de estos hechos —que cuestionan severamente el prestigio de la inteligencia humana— es poder tenerlos en cuenta para saber contrarrestarlos.

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22 comentarios:

Leticia Gasca Serrano dijo...

Tercera ley de Parkinson: la expansión significa complejidad, y la complejidad, decadencia. Es decir: la expansión finalmente lleva a la decadencia.
No lo dudo, Parkinson era un hombre muy muy divertido, pero la pregunta que tengo ahora es:
¿cómo notar si algún concepto es un prejuicio?
¿no serán todos los conceptos preconcebidos prejuicios?
¿es realmente posible vivir sin absolutamente ningún prejuicio?

Adela de Meyer dijo...

Estas me parecen leyes de murphy, que son divertidas pero un poco ciertas.

Tricota dijo...

Los ejemplos suyos y de ese señor Parkinson son un poco obvios, me parece, porque hay que ser muy tonto para vivir con menos si se puede vivir con más. Cuál es la novedad que dicen ustedes dos?

Ramiro Fuentes dijo...

Para mi un prejuicio es una idea linda, que uno la toma porque le produce placer.

Lo comparo con una persona linda, que no necesariamente tiene que ser buena, noble, fiel, pero que es agradable contar con ella.

Bartolomé Lalinde dijo...

Muchos trabajadores opinan que el salario debe ser el que necesitan para vivir como ellos suponen que deben vivir. Ni se les ocurre pensar que el salario corresponde al exacto valor de mercado que tiene su trabajo. Ni un dólar más ni un dólar menos.

Ramón Gambetta dijo...

Lo que dicen Parkinson y el licenciado corre cuando las personas carecen de la cultura suficiente como para saber ahorrar.

Insisto, no es más que una carencia en la formación.

Justiniano dijo...

Encontré otra frase de Parquinson: "El tiempo empleado en un asunto es inversamente proporcional a su importancia económica."

Acá le decimos: perder el tiempo en pavadas.

jose antonio montaño solana dijo...

Y el hombre se encuentra atrapado en su propio caos generado por si mismo, porque nunca es capaz de ver lo que realmente necesita y lo que utilza para disimular su propia insatisfaccion o sus pocas o nulas ganas de voltear a su interior y poner orden en su propia alma

Flor Noctámbula dijo...

Cómo te gusta la duda Fernandito. Eres su amante acaso? ji

Federico Montalbán dijo...

Dejando de lado la ironía de Flor para con el escritor, creo que las personas que están muy seguras de lo que piensan no pueden escuchar ideas diferentes porque ya saben que, por ser diferentes de la verdad (propia) son erróneas, entonces para qué escucharlas.

Ergo: Los muy seguros están sordos.

Gómez Carrió dijo...

La burocracia ha sido un tema de análisis muy atractivo para varios pensadores y éste fue uno de ellos.

Tengo la impresión (no soy experto), que el golpe más duro a esta perversión administrativa se lo está propinando la informática.

Diana dijo...

En general la sordera viene con la vejez, que pensamos que es la etapa de la sabiduría.
Posiblemente, a veces, es necesario ser un poco sordo.

Sandra Morena dijo...

Nuestros conceptos y juicios son todos prejuicios, porque nos anteceden en su existencia. Cuando nacemos debemos incorporarlos para sobrevivir en el mundo que nos tocó.
Una minoría de individuos geniales son capaces de crear nuevos conceptos, cuestionar viejos juicios, fundar nuevas tendencias.
Por lo tanto me afilio a la opinión de Leticia Gasca.

Gala dijo...

No me quedó claro qué es lo que el hombre hace para poner orden en su interior (me refiero al aporte de José Antonio)

Mª Eugenia dijo...

Ese señor ¿fue el que inventó la enfermedad de Parkinson?

Edgardo dijo...

Mª Eugenia querida, las enfermedades por lo general no se inventan, se descubren, y creo que ese señor no tuvo nada que ver con "el Mal de Parkinson"

CHECHU dijo...

ESE PARKINSON ERA UN IDIOTA QUE NO TENÍA NADA QUE HACER.

Carla Zanotti dijo...

Nuestra inteligencia recorta una partecita de la realidad y la analiza como puede, la interpreta como puede y trata de guiarnos para hacer las cosas medianamente bien. Debe ser imposible de imaginar todo lo que ignoramos.

Norma Opertti dijo...

Ud tiene razón, y además agrego que para entender las cosas no se usa sólo la inteligencia. Usamos capacidades a las que todavía no les pusimos nombre.

Dalia Conteris dijo...

Mis neurotransmisores se apropiaron de mis neuronas y las hacen funcionar como ellos quieren.

Rogelio Dutra dijo...

Las 2 conductas ilógicas que ud menciona significan a mi entender que: dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy, somos tendientes a realizar el mínimo esfuerzo, somos gobernados por el principio del placer y tenemos la cabeza de adorno.

Teniente Colman dijo...

Para contrarrestar la boludez hay que buscarse a alguien que oficie de "padre rigor"