lunes, 8 de junio de 2009

Un maestro a favor y otro en contra

Los padres y maestros canalizan y estimulan el desarrollo de los niños y jóvenes para que logren el mejor desempeño social e individual.

No haré comentarios sobre las destrezas prácticas (hablar, caminar, control de esfínteres, vestirse, bañarse) sino sobre otras más sutiles como por ejemplo las capacidades de saber esperar, controlar la ansiedad, aceptar que alguien autorice o no la satisfacción de los impulsos.

Es normal que los pequeños ignoren al resto y que sólo presten atención a su deseo: si quieren algo, simplemente lo toman (aunque otro lo esté usando); si desean hablar, simplemente lo hacen (aunque interrumpan a otros); si se interesan por algo, le prestan atención (aunque alguien les esté hablando).

Sería muy bueno (para la sociedad y el individuo) poder desarrollar estas destrezas (saber esperar, poder trabajar en grupo, concentrar la atención), pero algo se opone tenazmente a que eso suceda.

El esfuerzo de padres y maestros está contrarrestado por los comerciantes que (con una actitud propia de un niño inmaduro), llaman nuestra atención con sus ofertas estridentes, vistosas, humorísticas, tentadoras pero además procurando lo que los expertos en comercialización llaman la «compra por impulso».

Esta poderosa corporación integrada por fabricantes-vendedores de millones de objetos y servicios, no quieren que el niño aprenda a esperar, a trabajar en equipo y a concentrarse. Hacen todo el esfuerzo posible para que ese niño y el futuro adulto seamos ansiosos, individualistas e impulsivos.

Cada uno de nosotros recibe ambas presiones (de los padres-maestros y de la publicidad) y nuestra formación es el resultado de ellas.

Si usted se da por enterado de este fenómeno podrá entender mejor porqué es como es, por qué gana lo que gana y por qué gasta lo que gasta.

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16 comentarios:

Lic. Tenerife dijo...

Lo noto un poquito paranoide pero comparto lo esencial.

Lorenzo dijo...

La ansiedad podría ser un disparador para sobreendeudarse...
no lo había pensado; qué interesante que está el artículo.

Susana R. S. dijo...

Déjeme realzar esto que me impactó:

"Esta poderosa corporación integrada por fabricantes-vendedores de millones de objetos y servicios".

Jesualdo Perciavalle dijo...

Es una lástima que sólo pueda tomar decisiones guiado por el impulso. Donde me ponga a pensar no hago nada.

Rosa Taveira dijo...

Me doy cuenta de que la mitad de las cosas que compro, las compro por impulso. Muchas de ellas luego no las uso.

Eduardo Souto dijo...

Siempre que adquiero algo pensando que me cambiará la vida, mis expectativas se ven mas o menos frustradas.

Leonardo Secco dijo...

Pensaba en lo que dice Eduardo. Lo que más me cambió la vida fue mi hijo (para bien y a veces para mal también) y por suerte no lo tuve que comprar.

Amanda Castro dijo...

Los padres y los maestros también reciben la influencia e la publicidad, así que cuando quieren llegar con su mensaje cuestionador, no pueden ser del todo eficientes.

Canducha dijo...

¿Qué pasaría si la propaganda no existiera y fuese reemplazada por una sobria información de los artículos y servicios en oferta?

Dr. Renato Pascual dijo...

Anoto una coincidencia: a los psicóticos también les cuesta esperar, trabajar en equipo y concentrarse.

Olga Frescia dijo...

Todos esos elementos sutiles que se aprenden en la escuela y que son más importantes que los conocimientos que se imparten, también se aprenden en las pandillas.
En la familia muchas veces no se aprenden porque se sobreprotege al niño o se lo tiraniza.

Rogelio dijo...

A mi hijo la publicidad le prende mucho más fuerte que la vacuna del tétanos.

Augusto Camacho dijo...

Otra forma de endeudarse, además de al ansiedad, como dice Lorenzo, es la frustración. Por media hora de alegría somos capaces de hacer cualquier cosa, y es natural. Muchos venimos de un largo invierno de privaciones de todo orden. El problema es que la solución no soluciona en realidad.

Lorena Mas dijo...

¿Qué habrá preguntado la maestra que todos los chicos levantan la mano? Seguro que por ahí anda la inspectora.

un recluso dijo...

A veces no alcanza con aprender a esperar, trabajar en equipo y concentrarse. Fijesé que yo aprendí todo eso pero me concentré en joder al equipo y esperé el momento justo para fugarme con la guita. Ahora me arrepentí y estoy estudiando solo en la biblioteca de la cárcel para que me acorten la condena. Además ya me anoté para fabricar los ladrillos del Pepe.

daniel jaramillo mazo dijo...

el tema del consumo por impulso es hoy en dia un supuesto real de la economia actual, por lo que ademas menciona el autor crea ciertas contraindicaciones en las sociedades actuales genrando ademas de lo que a dicho el autor, una anomia creciente entre los ciudadanos de escasos recursos, pero una real solucion a estos problemas no se encuantran en controlar la publicidad, si no el mismo gobierno que controla el estado e influye directamente sobre la ciudadania, forma de educacion y relaciones entre ellas.