lunes, 20 de julio de 2009

El primer supermercado

En algún rincón del pensamiento puede anidar el sentimiento de que la riqueza del planeta fue equitativamente distribuida.

Imaginemos lo siguiente: Está por nacer un niño y cuando su cuerpito está casi pronto en el vientre de la madre, su alma es citada a un gran depósito donde se le pregunta qué prefiere.

Tiene para optar entre una infinidad de bienes, dones, riquezas. Materiales y no materiales. Cada una tiene su precio. Tiene para gastar un determinado importe fijo que es igual para todos los que van a nacer.

Algunos eligen llevarse todo el importe en dinero; otros en belleza; otros en simpatía pero con algo de dinero; otros buscan sólo poder; algunos dicen querer sólo salud; y así con todo lo que podríamos considerar las cosas buenas de la vida.

La norma de ese comienzo de nuestra vida es que nadie podrá pasarse de ese importe igualitario que tiene para proveerse del gran depósito para los futuros seres humanos.

Esta ficción es irracional pero tiene la forma de algo que pueda ser pensado por cierto tipo de personas. Tiene la fantasía de algunas creencias religiosas.

Los neuróticos por ejemplo, se inventan historias personales en las que todas sus circunstancias quedan explicadas de alguna manera. Mi ficción es una novela neurótica.

Un hombre pobre podría suponer que no puede salir de su pobreza patológica porque tuvo un desacierto ya desde el principio. Su primera elección (el pedido en el depósito) fue equivocada, ya recibió lo que le tocaba y ahora no puede volverse atrás, curarse.

Otro hombre pobre podría suponer que tiene la riqueza de un multimillonario porque a éste el falta algo muy valioso (por ejemplo, sensibilidad, bondad, solidaridad) que él tiene en abundancia.

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14 comentarios:

Juan dijo...

Creo que es acertada su teoria.Me pregunto si en ese Supermercado habría entre otras mercaderías AMOR.

Christian Gumberg dijo...

Iba a decir exactamente lo mismo que Juan. Como ya está dicho mi aporte será otro. Les digo que Dios bendice con bienes materiales al hombre de buena fe que sigue el camino de la luz y tiene temor de Dios.

Guyunusa dijo...

Conozco gente a montones que cree eso que ud dice. Personas que piensan:"de qué le sirve todo el dinero que tiene si ..."(y acá agregan desgracias de todo tipo, desgracias que donde te descuides también tiene el que piensa de esta manera). Dan por entendido que aunque la injusticia rompa los ojos, hay en realidad una justicia distributiva escondida, que ellos se encargan de descifrar descifrar.

Agustina dijo...

Muchas personas creen el destino y que las cosas son como son por algún motivo.

Mathías dijo...

Estuve en el primer supermercado y gracias a una sesión de hipnosis pude recordarlo. La verdad es que me fui berreando porque allí no había lo único que yo estaba necesitando en ese momento: un pecho tibio rebosante de leche.

Clementina Dutra dijo...

Me citaron pero el alma se me congeló porque todo estaba conservado en refrigeradores. En ese estado me fui temblorosa, y lo más que pude hacer fue dejar acordado que mis padres eligiesen por mí.

Mariela Almagro dijo...

Lo que ud plantea me parece muy acertado; creo que la mayoría mantenemos la ilusión de libertad y dominio sobre nuestras vidas.

Lautaro dijo...

Olvidó agregar que para elegir en el primer supermercado tenés un tiempo límite. Como siempre sucederá después, elegís apurado y sin experiencia previa.

Nora dijo...

A mí me estafaron. Me llevé todo en belleza y nadie me aclaró que tenía fecha de vencimiento.

Mª Eugenia dijo...

¿Cuál será allí la mercadería más barata? ¿Cuáles serán los "clavos"? ¿Cuáles las ofertas? ¿Qué será lo más caro?

Felisberto dijo...

Interesantes (esta vez) las preguntas de Mª Eugenia. Yo le diría que en ese supermercado los precios varían de acuerdo al comprador.

Andrés dijo...

Cuando mi cuerpito estaba casi pronto fui citado a un gran depósito que mi mamá llamaba refugio anti-bombas. Ahí nadie me preguntó nada, hasta que me encontré junto a San Pedro y fui yo el que preguntó. Le pregunté a ese señor si no había visto a mi madre y me dijo que ella había quedado en un lugar llamado Infierno.

Efraín dijo...

No sé que sucedió en el supermercado, pero lo cierto es que cuando nació mi hermano tenía una familia esperándolo y cuando nací yo cada cual andaba por su lado.

Fernandulo dijo...

Realmente me parece muy típico de personas que nunca les ha faltado nada, y que NUNCA han conocido la pobreza de cerca, el afirmar que ésta es nada más que un estado psicológico,
que la pobreza es solucionable nada más que con la mera voluntad de salir de ella,
Esta forma de verlo es por lo menos ingénua o incluso reaccionaria

"Los pobres son pobres porque no quieren trabajar" decían nuestras abuelas, en un país que no era es mismo que este

Negar que existan diferencias sociales es afirmarlas como naturales.

Quien escribe es el mismo Mieres candidato político Uruguayo?