miércoles, 26 de agosto de 2009

Los niños adultos

Estamos de acuerdo en que la fortaleza es una condición necesaria para conservar la salud, la calidad de vida y la vida.

Una condición imprescindible de nuestra fortaleza es la aptitud para adaptarnos a los cambios. Quienes menos pueden adaptarse a las condiciones de vida que les tocan en suerte, más expuestos están a perecer.

Nuestra filosofía de vida forma parte de esa fortaleza y especialmente de esa adaptabilidad a las circunstancias. Me explicaré mejor.

Si alguien está convencido (tiene la filosofía) de que nunca debe consultar a los médicos porque ellos son muy peligrosos, corre el riesgo de perder la vida por falta de la ayuda que podría recibir de estos profesionales.

Ahora voy al punto. Los niños funcionan en sus familias como si fueran empleados: trabajan gratificando a sus padres, estudiando, haciendo pequeñas tareas, obedeciendo las normas de su hogar y a cambio reciben un salario (alimentación, alojamiento, vestimenta, regalos, dinero).

Si una persona cree que «nació para ser empleado», que «trabajar por cuenta propia es sólo para ‘algunos’», que «no es capaz de afrontar riesgos», será muy difícil que con esta filosofía haga algo diferente a buscar un empleador que le dé trabajo a cambio de un salario.

Además, si esta misma persona es lo suficientemente débil como para no soportar el cambio que significa pasar de «vivir como un empleado» (cuando fue niño) a «vivir como un empresario» (cuando es adulto), seguramente podrá acceder a la mitad de oportunidades de ganarse el sustento que le ofrece el mercado (sólo podrá ser empleado y no intentará trabajar por su propia cuenta).

Nota: Este artículo está vinculado a La resistencia al cambio

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14 comentarios:

Doris Etcheveste dijo...

Mi amor por la limpieza surgió cuando era pequeña y "ayudaba" a mi mamá a limpiar la casa CANTANDO!!!

Dónde estará ahora...?

Guyunusa dijo...

Conozco a mucha gente que piensa que nació para ser empleado. Me conozco a mí, por ej. Más allá de la broma, es cierto que la mentalidad de empleado o la de empresario se va formando imperceptiblemente a lo largo de nuestra vida. Supongo que no debe ser fácil dar vuelta la tortilla. Un buen comienzo es empezar a cuestionar el tema.

Infant Pieri dijo...

Yo creo que nací para ser soldado. Les explico por qué: estoy soldado a mi padre, sigo soldado a mi madre, y creo que si me desprendo se me rompe alguna parte.

Domingo Cabrera dijo...

Siempre trabajé por cuenta propia, aunque no pude evitar que mis empledados se metieran en mi cuenta para 'sustraer'.

Mª Eugenia dijo...

¿La palabra salario viene de sudario?

Alpieso Cañazo dijo...

¡Qué poco creíble es la huerta de la foto! Seguro que esos niños están trabajando en una película y para la filmación utilizan plantas de plástico.

Ulises dijo...

Debo reconocer que llevo una etiqueta de 7 oficios tatuada en la frente. Consigo changas ahí nomás, cuando voy a la panadería de la esquina. Siempre hay algún vecino que me para porque se le rompió un caño o quiere revocar las paredes del galpón. Nunca hice propaganda. Es más, en realidad no necesito trabajar porque (bueno, no da para explicarlo acá, es una historia muy larga)y además no tengo ganas. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que la gente ve en mí a un tipo capaz. Capaz de levantar una pared o capaz de levantarse a la suegra, capaz de cualquier cosa. Eso que me hacen sentir los que me conocen o tienen alguna referencia mía, me da para pensar que puedo afrontar riesgos, puedo hacer lo que me proponga y poner a trabajar a medio vecindario bajo mis órdenes.
No lo hago porque me da fiaca. Y además para qué. Tendrían que robarme todo lo que tengo para que empiece a preocuparme.

Anónimo dijo...

A mí me costó mucho dejar de hacer las cosas para mis padres y empezar a hacerlas por mí misma.

Mariana Leguizamón dijo...

Conservo la salud y la vida gracias a la fortaleza de mi madre.

Beto dijo...

No voy al médico porque corro el riesgo de la mala praxis.

Fagundez dijo...

De niño me rompí el lomo plantando boñato y a cambio comía salteado.

Ramón dijo...

Estoy dispuesto a ser empresario y trabajar el triple que un empleado, siempre y cuando gane por lo menos el quíntuple.

Juliana dijo...

Uno de los aprendizajes de todo trabajo es aprender a disfrutar del trabajo. Si lográs eso tenés más del 90% del camino hecho para seguir avanzando.

vagoneta dijo...

ser empleado me permite abandonar la locomotora y viajar arrastrado en un vagón