sábado, 15 de agosto de 2009

Gracias por darme lo que no era suyo

Personas muy aplaudidas como los griegos del siglo cuatro antes de Cristo, pensaban que los seres humanos no deben trabajar porque eso es algo que deben hacer los animales (incluidos los otros seres humanos que por ser esclavos para ellos eran animales).

Una de las palabras griegas usadas para referirse a los esclavos significaba «que tiene pies de hombre», para diferenciarlos de los otros esclavos que eran cuadrúpedos (el ganado).

Veinticuatro siglos a esta parte siguen existiendo situaciones en las que un ser humano es esclavo de otro ser humano. Carlos Marx fue un filósofo que puso especial énfasis en esta conducta propia de nuestra especie.

Es llamativo además que, aunque es algo que sucede un día sí y otro también, sigamos clamando dramáticamente por la evitación de algo tan indigno e indignante.

Estructuralmente, el fenómeno de la esclavitud consiste en que «unos trabajan y otros administran lo que producen los que trabajan», en beneficio propio directo o indirecto.

Me explico mejor: Cuando un grupo de personas (los esclavistas) toma la riqueza que otros producen (los esclavos) y disfruta comprándose bienes, divirtiéndose, cancelando sus deudas, el beneficio propio es directo.

Cuando un grupo de personas (los esclavistas) toma la riqueza que otros producen (los esclavos) y la distribuyen entre otras personas (necesitados, amigos, correligionarios), el beneficio propio es indirecto porque los beneficiados tendrán actitudes de reciprocidad (votándolos, haciéndole favores, protegiéndolos, adulándolos) hacia los esclavista que hacen el reparto (de lo que produjeron los esclavos).

En suma: los gobernantes, las ONGs, las “comisiones honorarias”, usan el dinero que otros producen beneficiándose con el agradecimiento de los favorecidos.

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15 comentarios:

Silvano dijo...

Cuando fui invitado a trabajar para un club deportivo, no estuve ni tres meses porque mis compañeros hacían un uso discrecional de los fondos comunes.

Ana Clarisa dijo...

No creo que tu ignores esto, pero igual quiero decirlo acá: existen esclavistas porque hay personas que desean ser esclavos.

Godofredo Menchaca dijo...

O no le entendí o es un punto de vista bastante atípico de lo que son los voluntariados, los trabajos "honorarios", la administración de fondos públicos.

Resumo: Los generosos con la plata ajena, son esclavistas disfrazados de monjas del tipo Madre Teresa.

Casi estoy por decirle que si.

Guyunusa dijo...

Qué ideas curiosas es capaz de inventar el ser humano. Lo digo pensando en lo que ud trae de los griegos en la antigüedad. La verdad es que cada necesidad se busca una idea que le sirva de apoyo.

Matilda dijo...

Bueno, pero se supone que los gobernantes, la gente de las ONG y de las "comisiones honorarias", también trabajan.
Hay quienes trabajan hablando, otros organizando, otros pensando... no sólo trabaja el campesino y el obrero.

Mª Eugenia dijo...

¿Entonces el sector servicios qué es, esclavista o esclavo?

López dijo...

Trabajo como administrador de la mañana a la noche. No me insulte.

Águila Blanca dijo...

La tierra podría ser de los que la trabajan; y no. Podría ser de los que invirtieron dinero en ella; y no. En realidad la tierra no tiene dueño, ella es la madre de todos.

Santa Bernardina dijo...

Toma mi vida, tómame entera. Soy tu esclava Señor, estoy para servirte y escuchar tu palabra.

Rigoberta dijo...

¿Por qué es llamativo que sigamos clamando por la evitación de algo que es indigno? Lo llamativo sería que no lo hiciéramos. Bueno, también es llamativo que sigan pasando los siglos y aquí estemos sin resolverlo.

Edelmira dijo...

A mí lo que me parece mal es que se tomen por esclavos a los bichos, porque los humanos tenemos como defendernos pero ellos no tienen voz.

Rolando dijo...

Veinticuatro siglos no es nada en la historia del universo. Lo digo por si les sirve de consuelo (a mí no pero capaz que a alguno de uds sí)

Nestor Durán dijo...

Para vivir bien cómodo se necesitan lo menos 5 esclavos por persona. Si somos gente civilizada aceptaremos la incomodidad de la existencia como algo irremediable.

Iñaqui dijo...

Tengo una objeción para el planteo de Néstor. Él se olvida de que la tecnología cada vez más suplanta el trabajo de los esclavos. Nuestros tataranietos vivirán muy cómodos si logran manterner la armonía.

Jorgito dijo...

Sigo pensando lo mismo, en la antigüedad los esclavos no tenían posibilidades de cambiar su condición, a diferencia de los esclavos modernos que SI la tienen, el problema es que muchos humanos son esclavos y no se dan cuenta, pero si hoy quiero cambiar es solo cuestión de un cambio de actitud, de elecciones y de renunciamientos implícitos. Querer es poder...pero muy pocos estan sabiendo que pueden ser diferentes y más pocos son los que se atreven a dar el primer paso para cambiar. Siempre es más facil renuciar antes de haber luchado y así de fácil hecharles las culpas a otros.
Pobres de ellos...