jueves, 6 de agosto de 2009

La prostitución decente

Una de las diferencias que hay entre una mujer decente y una prostituta es que la mujer decente oculta ciertas intenciones que la segunda exhibe.

La mujer decente oculta tanto sus intenciones que suele no conocerlas ni ella misma.

Ganarse la vida complaciendo a quien lo paga es una intención que está presente en la naturaleza del género femenino.

Las mujeres son más complacientes que los hombres. Los hombres queremos recibir el ofrecimiento de sus cuerpos para fecundarlas. Aunque solemos interpretarlo como un vicio descontrolado, nuestro deseo de fornicar proviene del impulso natural presente en todas las especies de reproducirse, fecundar.

Es muy probable que entre los humanos también exista el período de celo en el cual una hembra estimula olfativamente a los machos de su comarca para que copulen con ella. La diferencia está en que las hembras humanas están en celo todo el año, inclusive cuando han dejado de menstruar.

En nuestra cultura debe ocultarse esta tendencia natural y por eso las mujeres decentes disimulan (o ignoran) su deseo de ser violadas, de recibir el asedio de muchos hombres, de ser «molestadas» por el «excesivo» atractivo de su cuerpo.

Las prostitutas han canalizado este fenómeno natural hacia la comercialización del fenómeno. Su tarea consiste en desconocer el recato que la cultura les impone a todas y cobran dinero contante y sonante por un momento de fantasía en el cual el hombre disfruta con su cuerpo imaginándose que se merece el honor de ser elegido por una mujer para ser el padre de sus hijos.

En suma: las mujeres decentes reprimen su deseo natural de tener muchos hombres interesados en que ella los elija como padre de sus hijos y las prostitutas no se reprimen y por el contrario, se ganan la vida comercializando este apartamiento de la hipocresía decente.

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18 comentarios:

Marcela Nosoy dijo...

Querido mío: Tu estás pisando un terreno asaz riesgoso porque la sexualidad y el dinero son bastante algo tabú. Si encima los juntas...

Aunque no sepas quien soy, desearía que te arriesgues un poquito menos aunque ya sé que para tí "sin riesgo no hay ganancia".

Cuídate!

Anónimo dijo...

Esta es la segunda vez que leo su artículo y me río de mi misma porque me doy cuenta que quiero ser anónima PERO PARA MI.

No quiero leer lo que yo escriba.

Estoy rematadamente loca.

Al uso de este autodiagnóstico, grito LA PUTA QUE LO PARIÓ a sus ideas y a mi anonimato pacato.

Nubia dijo...

Mi mejor amiga es meretriz y le aseguro que ella no la pasa muy bien con su oficio.

Claro que somos amigas porque ella me escucha y me comprende los líos que tengo con mi pareja estable.

Javier Balo dijo...

Que comentario mas estupido y machista. Soy varon, pero decir que la mujer tiene el deseo de ser violada es, cuanto menos, una "cretinada". Opinas muy superficialmente sobre las intencines de quien se prostituye, pasando por alto que cada vida es un caso concreto, con sus miserias y grandezas. Hablas de mujer "decente" ¿con qué criterio?, ¿el de nuestras abuelitas, el de un policia, el de un juez, el de un sacerdote, el de un regente de prostibulo, etc.? ¿Sabes que la trata de blancas es una realidad espantosa en que muchas mujeres son reducidas a la esclavitud, etc.? Me parece que tu comentario es despreciable por donde lo mire. Lo siento mucho por ti. Javier

Guyunusa dijo...

Creo que el mundo de la prostitución es mucho más triste de lo que ud lo pinta.
En cuanto al deseo inconsciente de toda mujer de ser violada, opino que es real y aclaro que nos estamos refiriendo a una fantasía muy ambivalente y "alocada" por decir de alguna manera. Es un deseo que cuando se toca con la realidad se convierte en tragedia.

María dijo...

Las mujeres nos sentiríamos muy alagadas si los hombres hicieran cola y pagaran fortunas para fornicar con nosotras. Eso en el mundo real se llama prostituírse, pero no es lo que nosotras queremos. El hombre que acude a una prostituta va a saciar una necesidad, y la mujer que elija será la mejor que encuentre dentro de las posibilidades de su bolsillo. Eso no está en nuestra fantasía. El hombre deseará obtener la mejor mujer posible, gastando lo menos posible. Nosotras no fantaseamos con eso. En primer lugar, no nos interesa que el hombre venga a satisfacer una necesidad, y en segundo lugar, queremos que sienta el deseo de gastar todo su dinero en nosotras. Eso se parece muy poco a un ejercicio de la prostitución razonable. En realidad nuestra fantasía es sentirnos reinas frente a los hombres, así como alguna vez nos sentimos, cuando éramos muy pequeñitas, frente a nuestro padre.

Dante dijo...

Mi mujer no tiene período de celo; lo ha sustituído por unos TERRIBLES CELOS.

Tatiana dijo...

Que las mujeres deseamos ser deseadas es una realidad irrefutable. ¿Qué es la coquetería femenina? Queremos que ellos se vuelvan locos por nosotras. Los provocamos con nuestro vestido, con el maquillaje, los perfumes, el peinado. Hacemos dietas, cirujías estéticas, ejercicios.
Los árabes saben muy bien todo lo que somos capaces de hacer, por eso prohiben el uso del pantalón, por ej. Ellos saben que somos capaces de respirar por la oreja con tal de ceñirnos unos vaqueros que nos hagan lucir un trasero seductor.

Eliana Sanseviero dijo...

Me gustaría que un hombre se descontrolara por mi voluptuosidad y belleza. Fantaseo con que se tare y quiera arrancarme la ropa. Pero de una cosa estoy segura, si llegara a hacerlo me aterrorizaría, se irían al diablo mis fantasías, me sentiría atacada y llena de asco frente a eso hombre que me trata con brutalidad.

Martín Valdez dijo...

Decir "las prostitutas" es meter a todas dentro de una misma bolsa. Seguro deben existir realidades muy diferentes dentro de la prostitución.

Lucas dijo...

De niño me gustaba jugar a la guerra. Interpretaba el papel de un soldado valiente que usaba armas muy poderosas. A menudo resultaba herido, entonces me hacía una venda con la camiseta y ponía cara de dolor.
Creo que esta fantasía es similar a la de la mujer que se imagina asediada por la belleza de su cuerpo.
El niño que deseaba ser soldado habría sufrido mucho en la guerra real; del mismo modo, la mujer que desea atraer a todos los hombres y recibir ofrendas en forma de regalos, tarjetas de crédito o dinero directamente, sufriría mucho si fuese usada para consumir placer y luego abandonada. Porque como ud dice, en toda relación sexual hay un componente inconsciente vinculado al deseo de procrear. Por eso luego del sexo es necesario saber que no se extingue la compañía. A lo largo de miles de años se ha inscripto en nuestro cerebro que la mujer después de parir no puede quedarse sola.

Teresa Zamit dijo...

Yo tengo fantasía de restaurante. Anhelaría que después de comer, mi esposo y mis hijos me pagaran lo que les cociné (incluído el IVA).

Eduardo dijo...

Voy a tener que dejar de fumar para recibir el estímulo olfativo de las damas.

Celeste dijo...

Necesito sentirme única para alguien, y que exista una persona única para mí. Ahí está el goce de la monogamia.

Meche dijo...

Si la idea era generar polémica, bien por el estúpido comentario de que las mujeres tenemos el oculto deseo de ser violadas. Si realmente lo cree, usted no sólo ignora por completo la naturaleza femenina, sino que merecería que lo agarre una bandita de negros grandotes y finalmente alcance su realización personal.

Penélope dijo...

El tema es complejo realmente. Recuerdo haber leído un autor alemán contemporáneo a Freud, que se llamaba Georg Groddeck y que en un par de libros exponía ideas similares a las que usted incluye.

De todos modos admitamos que su exposición se aparta de lo "políticamente correcto".

Por mi parte tiendo a creerle sobre todo porque la hipocresía es demasiado grande y puede ser que también oculte esto que ud revela.

Ruben Cladera dijo...

Sin ningún ánimo de insultarlo, pero usted está asumiendo que es un hijo de puta.

Conozco muchas mujeres y lo que usted propone puede ser cierto. Algunas "salidas de discurso" de las que he sido testigo, podrían confirmar que las mujeres son recatadas por educación, porque quedar embarazadas es todo una problema, pero que naturalmente desearían el asedio... y hasta alguna falta de respeto.

Es raro. Lamento que para poder hablar de estas cosas haya gente que se tiene que enojar.

Anónimo dijo...

Es un verdadero placer leer sus los comentarios de todos y saber que cada mentalidad es diferente, no me llevo mas de cinco minutos saber que realmente no sabemos que pasa en la mente de las mujeres y hombres.