martes, 6 de octubre de 2009

La estrategia de la antipatía

Le voy a proponer un plan maligno para enriquecernos usted y yo empobreciendo a gran cantidad de personas.

Lo primero que tenemos que lograr es despreocuparnos de ciertas opiniones. No podemos continuar siendo personas ávidas de popularidad.

A partir de ahora sólo nos interesará nuestro bienestar económico. No estamos acá para hacer amigos ni recibir aplausos: estamos acá para ganar dinero legalmente.

Hoy esbozaremos el plan y en otro momento nos dedicaremos a ver cómo lo implementamos para ponerlo a funcionar.

La idea principal es lograr que nos odien por nuestro enriquecimiento.

El modelo lo tomaremos de Estados Unidos, aunque existen muchos otros países que hacen lo mismo que ellos.

Estados Unidos ha logrado el repudio de grandes cantidades de trabajadores en todo el mundo donde ideólogos anticapitalistas han tomado a su cargo el liderazco de los sindicatos.

Los seres humanos siempre nos identificamos (copiamos, imitamos) a quienes amamos y nos diferenciamos (hacemos todo lo contrario) de quienes odiamos.

Entonces, lo que logró Estados Unidos fue muy sutil, inteligente, afortunado: se convirtió (con la ayuda de los trabajadores liderados por anticapitalistas) en el modelo a no imitar, con lo cual la eficiencia de los estadounidenses se convirtió en una de las mayores del mundo.

Los norteamericanos son trabajadores, entusiastas, con afán de logro, ahorrativos, perfeccionistas, estudiosos, hacen más y hablan menos. O sea: personas comunes y corrientes.

Sin embargo, quienes odian a los norteamericanos tratan de ser poco laboriosos, apáticos, humildes, gastadores, artesanales, recelan de los estudiosos, hablan más y hacen menos.

En esta lucha por tener dinero, es bueno generar las condiciones para que los demás no nos imiten sino que hagan todo lo contrario, así tendremos menos competencia y todo será más fácil.

¿Cuando empezamos?

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13 comentarios:

Pascale dijo...

Yo lo pensaba de otra forma: Los pesimistas son la ONG de los ricos.

José Manuel dijo...

Los buenos vendedores son re- simpáticos.

Anónimo dijo...

En Tristán Narvaja hay un slogan que dice: vendemos barato, lo que se roba de noche, lo vendemos en el día.

Paty dijo...

Yo a ud me lo imaginaba más bonachón.

Chucky dijo...

Ya sospechaba que el enriquecimiento sería a costa del empobrecimiento de otros.

la podóloga dijo...

Las personas ávidas de popularidad tienen terrible talón de Aquiles!

Mª Eugenia dijo...

¿De veras los norteamericanos son así?

Rocío dijo...

La madre Teresa no tenía mucha competencia y sin embargo me parece que no se le hizo muy fácil.

Eusebio dijo...

El terrorismo no se caracteriza por la diplomacia.

Marcia dijo...

Hay algo que no me cierra. A ud no le preocupa que lo odien, no le preocupa ser antipático ni perjudicar a gran cantidad de personas. Por otro lado pone énfasis en que el dinero se gane legalmente. ¿A qué se debe esta preocupación por la legalidad? Evidentemente no se trata de una postura moral. Mas bien parece la postura cínica del cobarde que busca ahorrarse problemas.

Alejandra dijo...

Me parece que esta vez el licenciado lo que ha buscado es escandalizar; o se trata de un chiste y no lo entendí.

Anabel dijo...

Las personas comunes y corrientes no reúnen todas estas características: ser trabajadores, entusiastas, con afán de logro, ahorrativos, perfeccionistas, estudiosos, activos. Si fuese así el mundo sería otro.

Flopy dijo...

Esta vez me parece que nos está tomando el pelo, doc.