martes, 23 de febrero de 2010

Mamá es demasiado fácil

Los límites que imponen las prohibiciones son necesarios para la generación de energía y ésta es imprescindible para que el fenómeno vida continúe.

Si cortamos el curso de un río con una pared (represa) [imagen], el agua acumulada sube su nivel inundando una vasta superficie de terreno (embalse). En la base de esa pared la presión es máxima.

Los orificios allí ubicados permiten que escape el agua con la fuerza suficiente como para mover las máquinas generadoras de energía eléctrica.

Por lo tanto, el límite (represa) prohíbe el libre paso del agua generando una gran presión que se convierte en energía.

Los vehículos reciben energía en sus ruedas porque dentro del motor explota un combustible inflamable dentro de un lugar cerrado. Si esa explosión se produjera en un lugar abierto (sin límites), no habría energía y el vehículo no podría desplazarse.

No hace falta estudiar leyes para saber que «los derechos de cada uno terminan donde empiezan los derechos de los demás».

Estamos rodeados de límites y prohibiciones. La propia piel es un límite que prohíbe la entrada a los microbios que desearían parasitarnos y también prohíbe que nuestros órganos escapen (lo cual implicaría perder la vida).

No se sabe por qué en nuestra especie está prohibido el incesto. Circulan algunas teorías pero realmente no se conoce el motivo verdadero.

Una de esas teorías tiene que ver con lo que mencioné más arriba.

Si los humanos tuviéramos relaciones sexuales con nuestra madre, padre, hermanos y tíos, todo sería demasiado fácil.

La generación de la energía necesaria para conservar la vida depende de las prohibiciones que padecemos.

Vivir requiere luchar, trabajar, vencer resistencias, soportar prohibiciones, avanzar a pesar de los límites, casarnos con alguien de otra familia.

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13 comentarios:

Paty dijo...

Me pareció muy claro el ejemplo de la represa, sin embargo no sé por qué me cuesta aceptar que sean los límites y las prohibiciones los que nos provean de energía.

Marta dijo...

Hoy el psiquiatra de mi hija me dijo que en la adolescencia los límites y prohibiciones ya no dan demasiado resultado. Él dice que es preferible darle a entender al adolescente que aunque no sepa explicar lo que le pasa, uno lo comprende. Para ellos es muy importante encontrar que al menos alguien lo comprende.
No sé como voy a hacer, porque la verdad es que no la comprendo.

el oriental dijo...

Por favor no hable de inundaciones.

Leonardo dijo...

Practico Budismo Zen y sé que los límites corporales son una ilusión.
Formamos parte del todo; en el universo no hay discontinuidad.

Lola dijo...

Conozco algunos a los que el órgano siempre se les está escapando.

M. Eugenia dijo...

Qué quieren decir los chicos anarquistas cuando grafitean en las paredes y ponen prohibidio prohibir?

Leti dijo...

Euge se hace la boluda pero sabe bien lo que quiere decir esa consigna. Que no se haga la literal y se deje de preguntar pelotudeces.

Martín dijo...

No quiero ni imaginarme lo difícil que sería tener relaciones sexuales con mi madre.
Además; qué porquería Lic!

Nacho dijo...

De todas las cosas que ud dice que requiere el vivir, la única que me sirve es casarme con alguien de otra familia.

Damián dijo...

El día que se prohibió el incesto, para resarcir a la humanidad de algún modo, se habilitó la primer cancha de baloncesto.

Ulises dijo...

La mayor probabilidad de que la descendencia tenga problemas genéticos, como producto de la unión carnal entre parientes en línea directa, está demostrada.

Emiliano dijo...

Ulises tiene razón, por eso las primas son lo más grande que hay.

Ramón dijo...

y por qué entonces la explosión de un coche bomba en plena calle hace tantos destrozos si está al aire libre?