martes, 16 de marzo de 2010

El cobro anticipado es universal y constante

En un artículo de reciente publicación titulado Primero cobro y después hago comentaba que la naturaleza nos remunera con un orgasmo como pago por nuestra reproducción. Finalmente concluía diciendo que:

«Para que el sistema capitalista se parezca más a la naturaleza, tendríamos que ubicar la ganancia-orgasmo al principio del proceso de fabricación y venta.»

En otro artículo más reciente titulado Mala puntería les decía que nos cuesta entender a nuestro cliente (proveedor, empleador, empleado) porque primero nos imaginamos poseedores de ciertas características muy favorables y a partir de ahí, los imaginamos a ellos como los que mejor podrían realzar nuestra bella imagen por contraste.

De forma ultra resumida: si creemos que somos blancos, entonces creemos que ellos son negros.

Como ven, partimos de un error (imaginar que somos como nos gustaría ser) y sobre este error construimos otro al imaginar al otro como si fuera el contraste ideal para realzar por contraste nuestra imagen más optimista.

Seguramente pudo parecer descabellada la propuesta del primer artículo en cuanto a establecer algún procedimiento de producción por el cual primero cobramos y después producimos (copiando a la naturaleza que primero nos paga con un gratificante orgasmo para que después le aportemos un nuevo ejemplar de la especie).

Podemos pensar sin embargo que este procedimiento descabellado es lo que hacemos aunque con resultados pobres o nulos.

Efectivamente, cuando imaginamos que nuestro cliente es el contraste ideal para realzar nuestra figura, lo que hacemos es anticipar un cobro, tomarnos una ganancia, arrebatar un beneficio.

En suma: una de las posibles causas de la pobreza patológica puede estar en que algunas personas, en su afán de cobrar la ganancia lo antes posible, imaginan que el cliente posee defectos útiles para realzar las virtudes que imagina poseer.

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13 comentarios:

Antonella dijo...

Creo que para mí el contraste ideal no es el cliente sino mi superior jerárquico.

Cacho dijo...

Por qué algo descabellado es algo loco, irracional? Yo perdí el cabello y soy un tipo muy cuerdo.

Lucio dijo...

Conocí un niño negro que miraba la foto de su madre (fallecida cuando él nació) y decía: esta no es mi mamá, mi mamá es blanca.

Evangelina dijo...

Lo que ud llama naturaleza y que en realidad es Dios, nos tienta por la debilidad de la carne y luego nos paga con la maravillosa llegada de otro ser al mundo.
Es una prueba más de que la misericordia del Señor es infinita.

Tania dijo...

No entiendo por qué considera al empleador como cliente.

Willington dijo...

Tratando de responder a la pregunta de Tania, creo que el empleador se puede considerar como cliente porque compra nuestro trabajo.

Silvio dijo...

Blanco y negro como contraste! Qué persecuta!

Serafino Culposo dijo...

Por más que trato de cobrarme la ganancia arrebatándole al otro la posibilidad de ser mejor, sigo sintiéndome una basura.

un guardavidas dijo...

Imagino que todos los bañistas no saben nadar.

Soraya dijo...

Cobrar primero es el sueño de los ludópatas: van a trabajar, les pagan, se les muere la suegra (por buscar alguna escusa), van a timbear... pero el problema es que hasta que no agoten el dinero no van a reintegrarse a trabajar.

Lucía dijo...

Dentro de millones años, nos paguen antes o después, cumpliremos con nuestra responsabilidad y hasta quizás podamos organizarnos sin necesidad de cobros y pagas.

Natalia Garcén dijo...

He estudiado mucha administración y marketing y nunca había oído este argumento sobre lo que uno piensa de los demás.

Lo comentaré con algunos colegas.

Quizá aumente la cantidad de visitas de su blog, pero tranquilo! Esta vez "paga la casa" (jajaja).

Saludos para todos.

Leopoldo dijo...

A la naturaleza le jugamos a la escondida, por suerte por cada orgasno no viene un nuevo ser.