lunes, 14 de junio de 2010

El fútbol es un calmante

Aunque hace siglos que los humanos jugamos con un objeto redondo para introducirlo a patadas dentro de algo, fueron los ingleses los inventores del fútbol que conocemos hoy en día.

Como vemos, no fueron creativos para darle un nombre, pues se limitaron a juntar dos palabras alusivas. Sumaron foot y ball (pie y pelota), dando por resuelto el asunto.

Claro que los hispanos tampoco hicimos un gran aporte, porque sólo tradujimos literalmente. Sumamos balón más pie y ¡listo!: balompié.

En otro artículo titulado Los descuidistas se llevan el trofeo les comentaba que, en tanto la estrategia principal de este juego consiste en replegarse defensivamente y esperar algún error del contrario para «perjudicarlo» y de esta manera asegurar nuestro éxito, podría pensarse que esa mayoría de fanáticos, ven en esa actitud una teatralización (alegoría) de su filosofía de vida.

Observemos la oposición radical que existe entre esta apasionante exhibición deportiva y lo que habitualmente se propone para mejorar las relaciones de intercambio entre personas o entre países.

La técnica de negociación más elemental consisten en asegurar beneficios recíprocos. El vínculo perdura sólo cuando ambos ganan.

Es probable que el fútbol canalice las frustraciones de varios deseos que no pueden satisfacerse en la vida laboral o comercial.

Nuestra aspiración es tan depredadora como la de otros animales.

La propiedad privada no está en nuestros genes.

Nuestro niño interior cree que todo le pertenece y acepta, con cierta resignación que, por debilidad, no pueda defender más que una pequeña parte del planeta.

Cada uno es dueño de lo que es capaz de conquistar primero y defender después.

Cuando llegamos al mundo, no tenemos nada. Luego vamos haciendo todas las conquistas que podemos y nos quedamos con las que nuestra fuerza nos permite retener.

Igual que en el fútbol.

●●●

10 comentarios:

Marcelino dijo...

Todos saben que vine al mundo con un pan bajo el brazo.

Esteban dijo...

También en le fútbol nos sacamos las ganas de robar (la pelota) y ser aplaudidos.

Jacinto dijo...

Todos llevamos un Alejandro Magno en el corazón.

Orosmán dijo...

Estamos demasiado civilizados. Cada vez se hace más difícil desempatar.

Lucio dijo...

Para ser un buen futbolista hay que perjudicar al otro con humildad.

Marta dijo...

El fútbol combina el combate con la solidaridad. En un mismo juego se pelea contra el otro equipo y se trabaja con el equipo propio para vencer.
Una mano lava a la otra y todos contentos.

Javier dijo...

Amo la danza porque cuando un compañero se equivoca, los demás continuamos como si nada y tratamos de disimular.

Irene dijo...

La diferencia entre el fútbol y el circo romano es una cuestión de represión de la agresividad.

Gonzalo dijo...

Después de soportar 8hs a los clientes, dejo la careta y me voy al estadio.

Alicia dijo...

En el fútbol el vínculo perdura porque la competencia es infinita.