miércoles, 9 de junio de 2010

La incoherencia nuestra de cada día

Tenemos una buena solución para cuando no vemos correctamente: los lentes (anteojos, gafas), corrigen casi todas las pérdidas de nitidez de nuestra visión.

Tenemos una solución aceptable para cuando no oímos correctamente: los audífonos aumentan selectivamente los sonidos que le llegan al tímpano, corrigiendo bastante las pérdidas de nitidez de nuestra audición.

Tenemos una solución pésima para cuando no razonamos correctamente.

La capacidad de entender qué está pasando, de tomar decisiones acertadas, de juzgar con ecuanimidad, no se resuelve con prótesis.

Si bien los sentidos están influidos por nuestras necesidades, deseos, intereses, no lo están tanto como nuestro raciocinio.

Uno de los motivos es que todo lo que nos rodea nos concierne de una u otra forma.

Como especie, hemos postergado siglos la investigación de nuestra anatomía porque preferíamos suponer que éramos obra de Dios.

Más que entender cómo somos y funcionamos (anatomía y fisiología), escogíamos imaginarnos como la obra preferida de un ser provisto de todas las virtudes, incluida la más salvaje crueldad hacia quienes le faltaran el respeto (por ejemplo, abriendo el cuerpo de un cadáver para observarlo).

Las manchas solares fueron descubiertas por los chinos porque los occidentales necesitábamos creer en un cielo inmaculado (sin manchas).

La justicia debe ser impartida por persona afectivamente indiferentes hacia los involucrados, porque tanto el amor como el odio, nos quitan casi totalmente la capacidad de pensar.

La democracia es el sistema de convivencia «menos malo», pero dista de ser eficiente.

Los poderes (legislativo, ejecutivo, judicial) deben ser independientes, cada uno tira para su lado hasta convertirse en una monarquía de la incoherencia.

Conclusión: Si un marino pretendiera en su barco la quietud de tierra firme, viviría contrariado, agotando toda su energía en quejas, protestas, reivindicaciones.

Si un trabajador (de tierra firme), pretende vivir en la coherencia, no puede producir.

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13 comentarios:

Filisbino dijo...

No hay que dejarse aminalar por las incoherencias. Son consecuencia del vínculo complejo que establecemos con nuestro entorno físico y vincular. Si viésemos todo sencillo, seguramente nuestro pensamiento sería muy pobre.

Elbio dijo...

Hay algunas incoherencias contra las cuales el trabajador se tiene que revelar. De lo contrario en lugar de producir, a duras penas podrá sobrevivir.

Carolina dijo...

Injusticia es: un niño de dos años repartiendo caramelos entre sus amiguitos.

Sole dijo...

A los chinos les gustarán mis pecas?

Luján dijo...

El odio despierta una avalancha de suposiciones paranoides (algunas de las cuales son ciertas, lamentablemente).

Aurora dijo...

Que fuéramos obra de Dios no tenía por que impedir que investigáramos nuestra anatomía. Raro, no?

Martín dijo...

Nada de lo humano me es ajeno, salvo la matemática, la física y la química.

Marcia dijo...

Hace poco tomé una cerveza y entré al baño de hombres. Lo gracioso fue que antes miré la figurita de la puerta y juro que la vi con pollera.

Roque dijo...

Está seguro de que los audífonos ahora son selectivos? Los que yo uso no lo son y es una tortura en las reuniones donde hay varias personas, porque si lo subo para escuchar al que tengo al lado, no sirve de nada porque el resto de los sonidos suben también.

Cardestes dijo...

Razono, luego incoherencio.

Julita Vernal dijo...

Ya se va a inventar algo para que razonemos mejor. De hecho la computadora de alguna manera nos ayuda. Pero pronto podremos colocarnos implantes cerebrales que mediante ondas eléctricas moderen las respuestas de pánico y de odio.
Espero que a las de amor las dejen quietas, prefiero equivocarme a ser razonable.

Mateo dijo...

Cuando no hablamos correctamente, la única solución es esperar que pasen los años, y si eso no alcanza habrá que resignarse.

Margarita dijo...

Encontré una solución para la pérdida de nitidez en la visión cuando corto cebolla. Me pongo la escafandra de los chiquilines y asunto arreglado.