domingo, 22 de agosto de 2010

«Si fueras pobre, también te amaría»

Nicanor Jaimito es un personaje de ficción que acabo de inventar para contarles algo de nuestra psiquis.

Se trata de un delincuente, que tiene en jaque a la ciudad donde vive, porque es capaz de cometer toda clase de excesos, atropellos, abusos.

La policía de la ciudad lo persigue, ha puesto su fotografía en los muros, las columnas del alumbrado, en las oficinas gubernamentales.

Pero esto es inútil dada su increíble habilidad para disfrazarse.

Como nuestra imaginación y fantasía es capaz de ir un poco más allá de la realidad, sabemos que Nicanor Jaimito puede cambiar de estatura, de volumen, de sexo, la manera de caminar, el color de sus ojos, el timbre de voz, la cantidad y color de su cabellera.

El caso de este mal ciudadano es tan preocupante —y a la vez tan fascinante—, que en la universidad estatal han creado una asignatura para los estudiantes terciarios de criminología y psicopatologías.

Ahora volvamos a usted y a mí.

Este personaje recién inventado, representa —nada más ni nada menos— a un pensamiento, una idea, un deseo que tuvo que esconderse en el inconsciente por apetecer la homosexualidad, el incesto, la criminalidad, el robo, y un exuberante etc.

Tuvo que esconderse, porque la moral lo consideró antisocial e impresentable.

Nuestro deseo del tipo Nicanor Jaimito, quiere actuar, quiere llegar a nuestra conciencia y satisfacerse, pero sabe que nuestra moral (policía), lo encarcelaría, entonces se presenta disfrazado de mil formas:

Quien lo tiene en su inconsciente, dice por ejemplo: «no soporto la poligamia», «me opongo a la pena de muerte», «odio a los homosexuales».

Y estos sólo son sus disfraces menos creativos. Los más creativos, pueden consistir en ser abogado en vez de pendenciero, bancario en vez de asaltante, cirujano en vez de criminal, y un exuberante «etc.».

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11 comentarios:

Jacinta dijo...

Cada uno de nosotros debe mantener a su Nicanor Juanito a raya. De lo contrario tendríamos que sobrevivir fuera de la cultura y eso es imposible. Lo que es importante, es saber de su existencia, para negociar con él de la manera más conveniente.

Daniela dijo...

Las madres cada dos por tres sacamos nuestro criminal afuera con los hijos. Te voy a matar! es el grito de indignación que rompe las cadenas opresivas. Pero por suerte del dicho al hecho, hay mucho trecho.

CHECHU dijo...

ODIO DESDE EL INCONSCIENTE

Mirna dijo...

Si mi marido fuera delincuente en lugar de bancario, hoy no estaría en seguro de paro.

M. Eugenia dijo...

Qué es ser un exuberante etcétera?

Óscar dijo...

Es fácil, M. Eugenia. Se puede ser un exuberante etcétera en vez de una lista escasa. Quién no se entristece cuando la lista para el supermercado dice pan y leche?. En esos casos nuestro inconsciente sale a rescatarnos y hacemos una lista que incluya desde papel higiénico hasta un LCD.

Tiago dijo...

Los deseos que se esconden en el inconsciente pueden andar desnudos; total nadie los ve.

López dijo...

Cuando los deseos inconscientes quieren pasearse por la consciencia, se producen más que novia de iglesia.

Marcos dijo...

La última Navidad me disfracé de Papá Noel y me reconoció hasta mi hijita de 6 meses.

Arnoldo Reyes dijo...

Mi apariencia es pobre porque en lo profundo de mi inconsciente desbordo riqueza.

Magdalena dijo...

La verdadera foto de Nicanor Juanito, lo muestra muy pequeño y desvalido.