viernes, 24 de septiembre de 2010

Einstein sólo tenía buena memoria

Apegarse a la lógica, al razonamiento, a los prejuicios, los refranes, la sabiduría popular, la tradición, equivale intelectualmente, a no abandonar los aparatos (bastón, muleta, andador) que usan niños y minusválidos cuando no están en condiciones de caminar sin caerse.

Liberado del sentido común, puedo afirmar que nacemos sabiendo.

La sabiduría que poseemos no es la concreta, específica y coyuntural de nuestra vida actual (la mesa es color verde, acaba de nacer quien descubrirá la causa y sanación del cáncer).

La sabiduría que poseemos es la universal (matemática, física, química).

Si usted se permite abandonar el sentido común, puede pensar que las teorías formuladas por Albert Einstein, las conocía cualquiera sólo que él las recordó.

Estoy aludiendo a la propuesta hecha por Platón 400 años antes de Cristo y que luego alguien llamó teoría de la reminiscencia.

Hay quienes afirman que el inconsciente contiene esos conocimientos universales (matemática, etc.), y que se muestran como talento, intuición, descubrimientos.

Existen muchos motivos para que una mayoría de personas suponga que realmente es libre de hacer lo que quiere.

Muchas de esas razones las he expuesto en mi blog titulado Libre albedrío y determinismo.

Sí creo que podemos auto observarnos, interpretar nuestra conducta y elaborar algunas conclusiones, evaluar algunos resultados y aprender a partir de ahí.

Pero nuestra evolución se ve enlentecida cuando suponemos que los desaciertos económicos que nos mantienen en la pobreza, son negativos y desafortunados para nuestra existencia.

Más nos valdría averiguar, por qué perder dinero, ser incapaces de mejorar nuestros ingresos o vivir rodeados de carencias, está en sintonía con nuestras características generales, son fenómenos que nos equilibran y que estaríamos peor si no ocurrieran.

En suma: el interrogante que nos estimule recordar la sabiduría olvidada es: «¿Por qué me beneficio dolorosamente en vez de beneficiarme placenteramente?»

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11 comentarios:

Marcia dijo...

Una cosa es que el inconsciente contenga conocimientos universales y otra es que se entere por adelantado de las teorías que llegará a formular menganito.

Alicia dijo...

No debe haber nada más difíil que recordar la sabiduría olvidada.

Yoel dijo...

En definitiva, averiguar por qué somos incapaces de mejorar nuestros ingresos, nos llevaría a pensarnos en toda nuestra integridad, a cuestionar los equilibrios que dificultosamente hemos logrado... es duro, pero seguro vale la pena.

Damián dijo...

El beneficio placentero siempre tiene algún ribete doloroso. Es el costo que debemos pagar para beneficiarnos de vivir en sociedad. Nuestro instinto gregario pone condiciones. El asunto es no pagar por el beneficio más de lo que vale. Ahí es cuando se desequilibra todo y comenzamos a sentirnos infelices.

Olegario dijo...

Es cierto que se aprende de los errores, pero a mí me han enseñado que no se puede cometer errores.

Milton dijo...

Los desaciertos que me mantienen en la pobreza son desafortunados, aunque contienen la clave para desanudar lo que puede llegar a ser mi fortuna futura.

López dijo...

Algunos siempre interpretan su conducta como intachable.

M. Eugenia dijo...

Si nacemos sabiendo, por qué todo lo tenemos que aprender?

Alicia dijo...

El psicópata se acerca a esa terrible libertad de hacer lo que se quiere.

Chapita dijo...

Yo conocía las teoría de Einstein; fui yo el que se las enseñó y así pudo recordarlas. Todas las mañanas llegaba con mi Porsche rojo y le tocaba el timbre 10 veces para despertarlo. El se ponía su traje y yo le daba clase hasta que él se cansaba. Después salíamos a recorret la fuerza de la gravedad y ahí sí, él se dormía una siesta. Mientras yo aprovechaba a jugar un picadito con la selección española.

Gabriel dijo...

Parece que el dolor anda por todos lados ... como el demonio.