lunes, 13 de septiembre de 2010

Está permitido gozar, pero no es obligatorio

Cada tanto, la humanidad cambia de rumbo. En el nuevo camino, aparecen nuevas condiciones de vida.

La mayoría de las veces, estas innovaciones no son muy creativas, porque simplemente son iguales a las anteriores, pero exactamente al revés.

Cuando los valores morales cambian radicalmente, se dice que existe una subversión (poner patas arriba).

Para muchos interesados en informarse sobre la historia reciente, es sabido que la subversión se consideró un delito, perseguido y castigado ferozmente.

Uno de los cambios más trascendentes y menos visibles, tiene que ver con la dictadura democrática en la que vivimos casi todos los pueblos.

En la época de José Stalin (Rusia, 1878-1953), era normal matar a miles de ciudadanos por las dudas, como forma de mantener un alto nivel de terror.

Ahora, Stalin (imagen) podría hacer lo mismo, sin tanto derramamiento de sangre.

Los sistemas informáticos permiten saber casi todo de nosotros, la privacidad de nuestras acciones es bastante escasa y los gobiernos, con guante de seda, aplican sus elegantes métodos manipuladores.

El contexto de este artículo favorece recordar otro (1), en el que hacía mención a una especie de genocidio laboral que esos adelantos informáticos —que están revolucionando nuestra era—, provocan entre quienes no pueden aprender cómo funcionan.

En cuanto a la subversión moral, agrego otro detalle.

Hasta hace unas décadas, era bueno, sano, inteligente, no gozar o hacerlo con moderación.

Se premiaba la vida ascética, frugal, simple, ordenada, saludable, religiosa.

El consumismo, la publicidad y la cultura, están promulgando autorizaciones en diferentes rubros de la conducta (sexual, educativa, delictiva).

Este descenso en la represión es siempre bienvenido —aunque estamos más controlados que nunca—, pero ocurre que un grupo importante de personas, acostumbrados a obedecer ciegamente los dictados de la moda, ahora creen que gozar se volvió obligatorio.


(1) La ametralladora del progreso

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9 comentarios:

Elbio dijo...

Si seguimos estando cada vez más controlados y al mismo tiempo menos reprimidos, va a llegar un momento que esta situación va a hacer crisis.

Lucía dijo...

Somos más Roma y menos Esparta.

Graciana dijo...

Mi vida era frugal y ordenada, hasta que me di cuenta que me estaban castigando demasiado por ser así. Qué loco! Me castigaban porque pensaban que yo me castigaba.

Facundo Negri dijo...

Graciana: te castigaban por ser diferente. Seguro que a nadie le importaba si vos te castigabas o no.

Nolo dijo...

La cumbia villera es música de vanguardia; te autoriza a todo.

Tania dijo...

Descuidar la moderación es peligroso en todos los ámbitos de la vida.

el matón dijo...

Si mato, por las dudas mato dos veces.

Yenny dijo...

No soportaba que se supiera casi todo de mí. Por eso puse cámaras en toda la casa y dije: "que se sepa todo!".

Gastón dijo...

La vida ordenada se sigue premiando con mejores ingresos económicos.