viernes, 10 de septiembre de 2010

La sUERTE de la mUERTE

Un razonamiento posible sería éste:

1º) La verdadera meta, objetivo, destino del ser humano, es la muerte.

2º) Nuestro instinto de conservación nos predispone mal contra el único destino de la vida. Nos oponemos categóricamente a morir.

3º) Por lo tanto, si alguien sólo puede ir para un lugar y afectivamente no quiere avanzar en esa dirección, se negará a recorrer el camino.

4º) Como la vida no es otra cosa que el camino hacia la muerte, rechazar la muerte inevitable implica rechazar la vida.

Este parece un problema que no tiene solución.

Es razonable afirmar categóricamente que «está mal todo lo que termina mal».

También existe otra manera de observar estos hechos tan trascendentes que nos involucran.

Vemos que hay personas que no toleran las malas noticias, se ponen de mal humor, se ofuscan y hasta desearían matar al mensajero.

Tal estado de ánimo se corresponde con la creencia, ilusión o esperanza, de que alguien pudo hacer algo para evitar lo que nos perjudica.

El principal ingrediente de estas vidas es «la culpa».

Todo lo que me ocurre y me gratifica, es «gracias a alguien» y todo lo que me ocurre y me mortifica, es «por culpa de alguien».

A partir del momento que un espermatozoide cualquiera fecunda un óvulo que estaba ahí (en el vientre de nuestra madre) por casualidad, ya comienza nuestra suerte.

Todo lo que ocurre después, es parecido a la evolución que tiene cualquier semilla en un germinador o un huevo cuando es empollado por un ejemplar adulto.

No hay suficientes motivos para que nuestra evolución como individuos de la especie, tenga un camino más premeditado (dirigido, orientado, gobernado) que una semilla, un huevo o cualquier feto mamífero.

En suma: amargarse la vida porque moriremos, es realmente inútil, erróneo y particularmente molesto.

Artículos vinculados:

La sUERTE angustia tanto como la mUERTE

Vidas circulantes o estancadas

Vivir o ser vivido

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12 comentarios:

Nazareth Inglese dijo...

La terminación UERTE
me hace recordar
la palabra VERTE,
aunque no verte
es una suerte.
Verte sería la muerte.

Carla dijo...

Yo no me amargo la vida porque moriré. Me angustio y tengo crisis de pánico; eso es más moderno.

Franco dijo...

Eso es lo que nos piden los médicos! Que para no morirnos, dejemos de vivir.

el soldado dijo...

Nada más inútil que deprimirse en plena guerra.

Néstor dijo...

Si encontrara a alguien a quien culpar, podría purificarme.

Emiliano dijo...

Todo es "gracias a Dios" y "si Dios quiere".
Me han criado en la más absoluta irresponsabilidad.

Sandra39 dijo...

Qué refrán le parece mejor? El pesimista, pesimista:
"Quien mal empieza, mal acaba" o el pesimista voluntarioso:
"A mal comienzo, buen fin"

Alicia dijo...

La muerte es un destino, pero no una meta o un objetivo.

Adolfo dijo...

La muerte es un objetivo cuando se trata de la vida del enemigo.

Ingrid dijo...

Si afirmamos que está mal todo lo que termina mal, estamos olvidando los errores y los aciertos, los altibajos, el trabajo y el descanso, el crecimiento y la derrota. En definitiva; nos estaríamos manejando con un mundo monocromático.

Damián dijo...

Todo lo malo que ocurre es por mi culpa. Soy cruel, maligno, destructivo, torpe... Y PODEROSOO!!

ade dijo...

- Me encantaron los comentarios, jajaja. Abrazos. Ade