lunes, 25 de octubre de 2010

El control racional del sudor

En otro artículo (1) les comento que, debido a la existencia de lo que el psicoanálisis llama inconsciente, nos ocurren dos cosas:

1º) Hablamos sin saber todo lo que decimos; y
2º) Sabemos más de lo que creemos.

Como es algo que no se enseña en la escuela y que luego casi nadie comenta, corresponde agregar un poco más de información para explicarme mejor.

En el mencionado artículo, hago que un personaje imaginario diga: «Si muero, quiero que mis cenizas sean tiradas en el mar».

Lo que este personaje dice —sin darse cuenta—, es que «quizá sea inmortal». Si hubiera dicho «Cuando muera, quiero que ...», daría por seguro ese inevitable desenlace.

La frase puesta en términos condicionales, nos permite interpretar que en su fuero interno —inconscientemente—, cree ser inmortal.

Pero el motivo de este artículo es, como todos los demás de este blog, meditar sobre la gran pregunta que lo guía: «qué es y cómo se cura la pobreza patológica».

Una de las claves para ser personal y socialmente fuerte —y por lo tanto, mejorar las posibilidades de no padecer carencias—, es conocerse a sí mismo.

Conocernos implica interpretarnos, y para eso necesitamos tiempo, dedicación, comodidad para poder reflexionar, es decir, observarnos, escucharnos. Conocernos es entendernos.

En suma, para conocernos a nosotros mismos y mejorar nuestra fortaleza, necesitamos priorizar lo importante y no estar presionados por lo urgente.

Dicho de otra forma, para conocernos y mejorar nuestra posición y actitud ante la vida, no podemos estar nerviosos, ni desesperados, ni angustiados. Tenemos que estar tranquilos, relajados, cómodos.

Por lo tanto, quienes viven la vida agitada, corriendo, estresados, presionados, no pueden conocerse.

Es cierto que «nos ganaremos el pan con el sudor de la frente», pero lo perderemos si sudamos demasiado.

(1) Las exhibiciones para no ser miradas

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10 comentarios:

Filisbino dijo...

Se me ocurre que cuando una persona dice "si me muero", se refiere a que su muerte puede ser inminente, dado que va a pasar por una operación delicada, o está gravemente enfermo.

Orosmán dijo...

A veces se puede confundir a quien vive apurado, con quien vive angustiado. Algunas personas viven a mil, y no pueden vivir de otro modo. Son aquellas que llevan 4 proyectos al mismo tiempo, integran varios grupos de trabajo, y rinden con gran eficacia.
Distinto es vivir estresado y angustiado, en esos casos somos torpes, a menudo lentos, no rendimos de acuerdo a nuestro potencial.
La persona que tiene una actitud proactiva se siente a gusto (salvo que esté involuntariamente acelerada), mientras que el que está angustiado no es feliz.

Víctor dijo...

Para poder tener una actitud reflexiba, es necesario mantener el control de nuestros actos. Lo contrario es vivir actuando lo que sentimos, en lugar de verbalizarlo o pensarlo.

Elbio dijo...

Ante la carencia, algunos se resignan, otros se violentan y hay quienes - generalmente convencidos por la intervención de un tercero -la incorporan como un valor.

Alicia dijo...

Por lo que dice Elbio, la carencia es pobreza patológica o egodistónica, y la vida austera es pobreza material voluntaria y egosintónica.

Chapita dijo...

No creo que yo vaya a morir. Estoy entrenando y además la parca es mujer.

Yannet dijo...

Es muy difícil priorizar lo importante. El trabajo es importante y casi todos lo priorizamos. Creo que nos cuesta priorizar a nuestros hijos.

Gabriel dijo...

Al que menos le interesa curar la pobreza patológica es al cura.

Santoro dijo...

Mientras los mercados sean suficientes, al capitalismo no le interesará erradicar la pobreza.

Marta dijo...

Para ser personal y socialmente fuerte alcanza con ser muy bello, sociable, jóven y medianamente inteligente.