domingo, 10 de octubre de 2010

Mi amada fábrica

Anteriormente (1) he comentado con usted que la reproducción de las especies se vale del período de celo por el que pasan las hembras, y que desencadena en los machos un deseo de «copular o morir» ... provocado por la necesidad de eyacular su semen dentro de la hembra en celo.

Es importante tener en cuenta que esos machos que compiten entre sí como postulantes a fecundar la hembra, necesitan hacerlo.

Al pelear (competir) arriesgando la vida, demuestran que el orden de prioridades se invierte transitoriamente.

Ejemplares que —hasta el momento de sentir el perfume erótico que tiene la hembra—, se cuidaban de no correr riesgos, de estar atentos a la presencia de cualquier depredador, hasta la ridiculez de no mojarse las patas al cruzar un curso de agua, repentinamente se olvidan de sí mismos y sólo defienden la conservación de la especie (reproduciéndose).

Nuestro pensamiento reacciona muchas veces por metáforas, esto es, puede estimularse por fenómenos que parecen similares, aunque generalmente, el titular de ese pensamiento, no se da cuenta que hace una interpretación metafórica de las circunstancias.

Exponiendo el motivo de este artículo, se aclarará la idea.

Una fábrica hace correr la noticia de que necesita contratar trabajadores.

Ante la puerta del edificio se forma una fila de postulantes que necesitan y desean trabajar.

Los interesados son consultados sobre sus habilidades, posibilidades, antecedentes y finalmente, son llenadas las vacantes que provocaron la convocatoria.

La fábrica es una metáfora del cuerpo de la mujer porque en una y en otra, ingresan insumos (materia prima o espermatozoides), que luego se transforman en algo de mayor valor.

El miedo a postularse como interesados que padecen muchas personas, es también metafórico porque remite a cierta lucha a muerte que realizan los pretendientes (como fecundadores) de otras especies.

(1) A este lo quiero para mí

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11 comentarios:

Leonardo Fragildo dijo...

Nunca me presento a ningún llamado, ni a ningún concurso, ni a ninguna selección o elección de nada.
No soporto a los incapaces que podrían atreverse a dejarme afuera.

Sandra39 dijo...

La diferencia con los espermatozoides está en que los trabajadores que hacen cola como postulantes, compiten de una manera más sedentaria, pero claro, luego siguen compitiendo toda la vida.

Alexandro Corrido dijo...

Yo tengo tanto miedo a postularme, que me fugo antes de llenar la vacante.

Vagan Soberbié dijo...

No me voy a matar por conseguir un trabajo. A mí que me vengan a buscar.
..................................

(luego de 20 años)

Es raro... nadie toca a mi puerta. Será porque no estoy en la guía?

Lulú dijo...

Cuando escucho la palabra metáfora entro en pánico.

Javier dijo...

Nunca me postulo porque no me siento convocado.

Maruja dijo...

Ya lo digo siempre, nos ven como una fábrica de críos.

Cacho dijo...

La fábrica de la fotografiada tiene 3 pisos.

Lina Poxilín dijo...

Tengo pánico, siento un terror truculento, es tan horrible que la metafóra se me pega a la realidad.

Silvina dijo...

Siempre me presento. Qué es lo peor que puede pasar? Que no me tomen?

Ya no aguanto más.

Orosmán dijo...

Debo asumir que soy muy valioso, por eso siento el deber moral de donar mi esperma.
Es una lástima que en el banco de semen nunca me hayan tomado como empleado.