jueves, 4 de noviembre de 2010

La construcción de anécdotas

A una mayoría nos gusta reunirnos con amigos para compartir historias, anécdotas, ideas, chistes, rumores, preocupaciones, expectativas, datos, éxitos, fracasos.

Los encuentros, generalmente en torno a una mesa con alimentos y bebidas, suelen mostrar un cierto monto de tensión, ansiedad y hasta angustia, porque casi todos queremos ser escuchados.

La satisfacción que deriva de estos eventos, los convierte en hitos importantes en la semana, mes o año (según sea la frecuencia de las reuniones).

Cuando ya está agendado el encuentro, se produce en cada uno la acumulación de expectativas, que pueden incluir hasta pequeños guiones de lo que dirán, cómo lo dirán, sin excluir algunos silencios teatrales.

El objetivo central de cada participante, es lograr el mayor placer, como en cualquier otra actividad de la vida.

En este caso, el mayor placer consistirá en ser escuchado, agasajado, sonreído, aplaudido, felicitado, aprobado, mirado con amor.

El grupo de amigo reproduce la familia ideal, la que nos acompaña, protege, mima, alienta, divierte.

Estos objetivos son determinantes de los contenidos que deberán tener esos guiones con los que cada uno concurrirá al encuentro.

Los participantes saben qué deben decir para obtener la mayor aprobación posible.

Omito describir a quienes no saben, no pueden o no deben decir lo que piensan. No tendré en cuenta a esa minoría que tiene dificultades con la sinceridad.

Casi todas las personas que disfrutan reuniéndose con gente querida, organiza su vida a partir del guión que logra mayores aplausos.

Por ejemplo, si los guiones más aprobados son los que incluyen éxitos económicos, en los que el protagonista es un héroe que hace buenos negocios, obtiene importantes ganancias y acrecienta su patrimonio, así organizará su vida real.

En suma: «dime con quién andas y te diré qué harás con tu vida para que ellos te gratifiquen».





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7 comentarios:

Alicia dijo...

Debe ser un poco cansador construír anécdotas por adelantado.

Axel dijo...

Algunos cuentan como es la mano estando en cana.

Marybell dijo...

Yo no organizo mi vida buscando el aplauso. Eso es como quien revienta una bolsa de papel. No, mucho menos. Lo que yo quiero es el aplauso en largo sostenido.

Camilo dijo...

La mayoría tiene dificultades con la sinceridad!

la gordis dijo...

Lo difícil es qué ponerse para obtener la mayor aprobación posible.

Irma dijo...

Para escribir mi guión siempre tengo en cuenta a mi tía abuela que vivía en un chateau en Francia, a mi bisabuelo que fundó una empresa constructora, a mi padre que extrae piedras preciosas... y bueno... también a mi esposo que trabaja para mi padre.

Gervasio dijo...

Cuando nos reunimos con los muchachos de la fábrica, nos divertimos mucho hablando del capataz.