lunes, 24 de enero de 2011

La higiene reprime el deseo sexual

Los ricos son asquerosos (sienten asco).

En otro artículo (1) les comentaba que el perro en particular y las otras mascotas en general, se ganan el sustento (las alimentamos, damos alojamiento, paseos, etc.) porque nos entregan el servicio de aceptar nuestros olores más impopulares.

Si sólo contáramos con los recursos que la naturaleza le entrega (instala) a nuestra especie, no tendríamos asco.

Esta reacción que tenemos ante ciertos estímulos, es aprendida.

Aunque parezca muy desvinculado, los humanos necesitamos tener asco para poder integrarnos al sistema de convivencia que hemos inventado desde hace miles de años.

El aprendizaje de esta reacción automática, pasa a funcionar con la misma eficacia de una reacción instintiva: tanto parpadeamos cuando sentimos una explosión como fruncimos la nariz mientras nos alejamos de un olor desagradable.

Nuestro sistema de convivencia tiene como uno de sus ejes centrales la prohibición del incesto.

Por semejanza (afinidad, asociación), somos adiestrados para inhibir los deseos sexuales, los que sólo podrán satisfacerse fuera de la familia consanguínea (prohibición del incesto), en una relación heterosexual y dentro de un vínculo permanente y monogámico (matrimonio).

El procedimiento más efectivo para que podamos inhibir nuestra sexualidad, es inculcarnos el asco.

Esta reacción que aprendemos, es muy resistente a los cambios y los adultos conservamos casi intacta la educación higiénica que recibimos en la niñez.

Por este motivo, nuestros padres y cuidadores no podrán evitar imponernos (con diferentes grados de intolerancia) eso que ellos tanto necesitan: no tocar excrementos, bañarse, evitar malos olores.

Para lograr estos objetivos (reprimirnos sexualmente mediante el desarrollo del asco), hacen falta recursos materiales: un baño con agua corriente, pisos lavables, jabón, antisudoral.

En las clases sociales donde estos elementos escasean, el asco es una reacción mucho menos enérgica, la sexualidad está menos inhibida y se reproducen con más facilidad.

(1) El olfato erótico

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8 comentarios:

René dijo...

Pobre chanchito! Está completamente ciego... Como el pene! que coincidencia...

Hébert dijo...

Los ricos son asquerosos porque dan asco. No lo que sientan es otro asunto. Dan asco y por eso no hay gobierno que pueda tocarlos.

Canducha dijo...

El chanchopene se revuelca en cualquier lado.

Noé dijo...

Algunas son monógamas sólo por asco.

Adda dijo...

Quizás en las clases sociales menos favorecidas escacean los condones y las pastillas. Igual su hipótesis merece respeto.

Fátima dijo...

Entonces hay que tener ojo. Si va de campamento extreme las medidas anticonceptivas.

Rita dijo...

Pasa el tiempo y mis ascos van en aumento. Ahora soy consciente de todos los resquicios donde puede acumularse la mugre. Estoy más sensible a los olores. Ya no puedo usar los troncos de los árboles como respaldo. Visitar la casa de mascotas de mi prima se me hace insoportable. Sentarme en la vereda no me parece canchero.
Cada vez necesito más civilización para sentirme bien.

Martín dijo...

Todo lo que toca mi madre queda contaminado.