sábado, 29 de enero de 2011

La publicidad nos castiga

El idioma español «sugiere» rechazar el progreso económico de los hispanos.

El lenguaje es nuestro sistema operativo así como Windows, Linux o Mac lo son de las computadoras (1).

Esta comparación entre el lenguaje y el sistema operativo de los procesadores, es bastante confiable puesto que uno y otro permiten un diálogo, entre la persona y sus semejantes o entre una máquina y quien la usa, respectivamente.

Una de las semejanzas está en que el lenguaje es una herramienta que condiciona a quien la usa.

Efectivamente, los humanos no podemos pensar lo que se nos antoja porque estamos condicionados por la estructura del lenguaje que aprendimos (español, inglés, francés) y —de modo similar— el usuario de una computadora no puede manejarla a su antojo porque el sistema operativo también tiene cierta estructura que habilita algunas prácticas y otras las vuelve imposibles.

Veamos un ejemplo que, deliberadamente, es el motivo central de este artículo.

El verbo castigar significa causar dolor (físico o moral) a quien fue condenado por cometer una falta.

Cualquier hispanoparlante que consultemos, nos dirá que castigador es quien castiga (a quien fue condenado por cometer una falta).

Pero nuestro sistema operativo, que dirige nuestros actos, que nos prohíbe pensar caprichosamente, nos impone algo sorprendente.

Castigador, no solamente es quien ejecuta un castigo sino también quien «despierta amor pero no lo corresponde», es decir que son castigadoras las personas seductoras, conquistadoras y audaces.

Necesito dar un paso más para decir que las personas seductoras, conquistadoras y audaces son las que más trabajan, se asocian y se arriesgan para acceder a una mejor calidad de vida (ganar dinero, enriquecerse, progresar).

Es legítimo suponer que nuestro lenguaje (sistema operativo humano) nos condiciona para rechazar a quienes intenten mejorar económicamente porque es casi imposible aceptar, acompañar y —mucho menos— amar a un castigador.

(1) ¿Qué versión de inconsciente posee usted?

Los cerebros están en red

●●●

11 comentarios:

Aldo dijo...

Entonces castigadores son los y las histéricas. Seducción, conquista, audacia? y luego dejarte pagando! Esa gente no sirve.

Alicia dijo...

No se podrá amar a un castigador, pero el lenguaje nos condiciona a querer lo que está "rico".

la gordis dijo...

Alicia tiene razón, y yo creo que como en lugar de enriquecerme.

Ma. Eugenia dijo...

No conocía esa acepción de la palabra castigador. Al no conocerla, opera igual en nuestro inconsciente?

Esther dijo...

Creo que las personas con las características que tú mencionas, tienen gran capacidad de trabajo porque poseen una enorme energía vital.

Hugo dijo...

Soy audaz pero me he asociado con gente inapropiada. Perdí todo y tengo que empezar de nuevo.

Isabela dijo...

Cosas como lo que le pasó a Hugo, son las que te dan miedo y te frenan a la hora de invertir o hacer negocios.

Adela dijo...

Retomando el pensamiento de Isabela, yo pienso que en realidad lo que más nos frena es la personalidad. Hay rasgos que son nefastos si querés hacer dinero: ser desconfiado, conservador, tímido, inseguro, depresivo, pesimista, antipático, corto de palabras, ignorante, con poco mundo.

Maruja dijo...

Para ganar dinero hay que ser una persona muy activa y poco rutinaria. Además hay que ser ordenada y tener conducta.

Anónimo dijo...

Mi mujer es una castigadora. Es de las que va para adelante abriéndose camino. La admiro y la amo.

Fulgencio dijo...

Seductor, conquistador y audaz es el mismísimo diablo.