sábado, 5 de marzo de 2011

El paradójico negocio de ayudar

Los desocupados, inválidos, ladrones y demás dependientes del trabajo ajeno, son también agentes económicos.

Recientemente (1) les decía que « las personas desocupadas por falta de trabajo, discapacidad o que se niegan a trabajar, sólo consumen (reciben subsidios, piden limosna, roban), desempeñando una función evacuativa, similar a la intestinal, no menos importante, imprescindible y complementaria.»

Otro día (2) dije que «Lo que nos falta puede constituirse en nuestra mejor ofrenda (obsequio, entrega, riqueza).»

También comenté que «… cuando en un país la desocupación baja demasiado, es difícil conseguir buenos trabajadores (porque están todos ocupados), y para lograrlo, es preciso pagar salarios más altos, con lo cual las ganancias disminuyen y ya no es tan interesante arriesgar capital.»

Aunque hay más antecedentes, trataré de explicarme sólo con estos.

El verdadero motor de los seres vivos, es la necesidad: de comer, de beber, aliviarse, descansar.

Los humanos tenemos el motor de la necesidad complementado (reforzado) por el deseo, que se parece a la necesidad en cuanto a que nos compele a satisfacerlo, pero es más inespecífico, puede satisfacerse de formas variadas. Mientras que la necesidad es muy específica: hambre, sed, el cansancio, el deseo de protagonismo puede saciarse diciendo chistes o ayudando al menesteroso.

Por lo tanto, los humanos necesitamos la necesidad reforzada por el deseo para poder funcionar.

Todo lo que nos provoque necesidad o deseo, es tan valioso e imprescindible como todo lo que nos permita su satisfacción, pero tiene que estar en ese orden: primeros precisamos necesitar y desear y luego tenemos que encontrar cómo satisfacerlos.

Los desocupados, inválidos, ladrones, son agentes económicos que participan en el imprescindible rol de proveernos necesidades (reponer lo robado) y deseos (de ayudar), estimulando nuestra vida.

Estoy seguro de que estas ideas son raras y antipáticas. No estoy seguro de que sean equivocadas.

(1) Huelga de vagos por tiempo indeterminado

(2) Necesito que me necesites

(3) Origen de la desocupación laboral

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8 comentarios:

Rulo dijo...

Qué humor negro el chiste!
Está buenísimo.

Evaristo dijo...

Tanto sufrimiento sólo para tener necesidad de reponer lo robado o de dar limosna!! Vamos Licenciado!

Tiago dijo...

Ja! El tipo del sobretodo le dice "tomá matate", qué hijo de puta!

aunque la verdad que a veces dan ganas de hacer lo mismo

Oscar dijo...

De ser agente económico, preferiría ser otro.

Isabel dijo...

Lo que tú dices no me sirve de consuelo. Sigo odiando y temiendo que me roben.

Susana dijo...

Yo estuve primero satisfecha, y luego necesité dormir.

Esteban dijo...

Soy inválido. Me gustaría aportar otro tipo de cosas a la sociedad. Despertar las ganas de que me ayuden, es un rol que no me deja muy bien parado. Necesito sentirme útil y hago todo lo que puedo al respecto.

la gordis dijo...

Mi problema es que yo me satisfasgo todo el tiempo pero no sé lo que satisfasgo.