viernes, 1 de abril de 2011

Dos estrategias de vida

Las personas que divulgan sus carencias reales son abusados por las personas que ocultan su carencias reales. Los quejosos son esclavos.

En otro artículo (1) decía que en ese afán que tenemos los humanos por aprovechar el esfuerzo ajeno y reservarnos el nuestro para cuando no haya más remedio que recurrir a él, buscamos —casi sin darnos cuenta—, qué necesitan o desean otras personas, enterados de que esta condición los predispone para hacer un esfuerzo extra hostigados por el apremio de satisfacer dichas necesidades o deseos.

De hecho no estoy diciendo nada nuevo, sólo utilizo otras palabras para que un dato conocido como este pueda ser pensado desde otro punto de vista.

Por lo tanto, todos prestamos atención a las frustraciones ajenas, no para condolernos y ayudarlos, sino porque sabemos que los necesitados y deseosos están predispuestos a trabajar, esforzarse y hasta luchar para calmar las molestias y la frustración.

En esto es posible dividir la humanidad en dos partes:

— Una aplica el mayor esfuerzo para ocultar sus pesares, molestias, frustraciones, porque ya entendió que si las muestras aparecerán en su entorno, de forma sigilosa, personas que tratarán de sacar partido de su mala situación;

— La otra aplica el mayor esfuerzo para declamar ostentosamente todos y cada uno de sus pesares, molestias, frustraciones, porque aún no entendió que mostrándolas aparecerán en su entorno, de forma sigilosa, personas que tratarán de sacar partido de su mala situación.

Estos dos grandes grupos de personas poseen filosofías diferentes y por lo tanto estrategias de vida distintas.

Los más discretos, están convencidos de que ellos no son una excepción a la regla tan humana de aprovecharse de los semejantes, mientras que los más llorones, plañideros y quejosos creen merecer de los demás el mismo amor incondicional que recibieron de sus padres.

(1) Las necesidades y los deseos son nuestro talón de Aquiles

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11 comentarios:

Damián dijo...

Realmente me cuesta identificar situaciones en las que haya aprovechado los deseos o necesidades de personas quejosas.
Lo que sí tengo claro es que me provocan mucho rechazo.

Ernesto dijo...

Pero los esclavos no se quejan.

Lucas dijo...

Está claro; si uno le ofrece trabajo a alguien, se lo da al que precisa trabajar.

Ma. Eugenia dijo...

Detectar la frustración ajena es parecido a detectar la demanda del paciente, no?

Valeria dijo...

Mi madre dice que cuando estás en las malas, todos se alejan.

Rubén dijo...

Gané un importante premio en efectivo, y fue a partir de ahí que se me acercaron a sacar partido. De todos modos, estoy de acuerdo con ud, en que a algunas personas les gusta hacer leña del árbol caído. Discrepo en cuanto a la generalización; pienso que la mayoría no somos así.

Sandra39 dijo...

Los países ricos sacan partido de las necesidades de los países pobres.

Anónimo dijo...

Se dice que no es de macho andar mostrando los pesares.

Pepe Corvina dijo...

Mientras duermo soy vulnerable a la perfidia de mi gato, que de modo sigiloso intenta robarme el pescado.

Victoria dijo...

En la guerra hay que ocultarle al enemigo las debilidades. Pero no estamos en guerra, ni rodeados de enemigos.

Conducta Digital dijo...

Eso es cierto y nunca lo había leído tan claro. También es verdad que no es general pero si hay personas que ven que otros tienen alguna situación y disfrazan su verdadera intención de sacar partido con una supuesta ayuda desinteresada. Pero también es cierto que quien sabe darse su puesto no se venda barato, así se esté muriendo de hambre!