sábado, 9 de abril de 2011

La psicología como arma

La ciencia de la psicología es más utilizada como arma que como herramienta y este uso agresivo es disimulado descalificando, negando, despreciando su verdadero valor y uso.

En cualquier sociedad la psicología es una ciencia, especialidad o arte que está al servicio de la productividad, la rentabilidad, el lucro.

El funcionamiento mental tiene particularidades que aparentan ser fáciles de entender pero sin embargo es bien conocido por unos pocos, que además detentan mucho poder.

Con la psicología ocurre lo siguiente: todos nos desvelamos por conocer los deseos e intenciones de los demás y simultáneamente evitamos darle a la psicología tanta importancia.

Esta desvalorización ocurre porque la verdadera intención en saber de los demás está severamente condenada por nuestra moral.

Lo cierto es que todo lo que pretendemos saber de nuestros semejantes será aplicado a su manipulación y explotación así como también a cuidarnos de ellos porque intuimos que los demás querrán hacer lo mismo con nosotros (depredarnos).

En este contexto de tono deliberadamente agresivo, quiero decir que la psicología es muy usada por todos los seres humanos, la mayor parte del tiempo como un arma y en algunas ocasiones como una herramienta.

En otras palabras, esta ciencia-especialidad-arte tiene su mayor aprovechamiento en actos bélicos aunque por razones de ética, estrategia y hasta de vergüenza, todos decimos que no es muy útil, que nos interesa poco o nada, y que estudiar psicología es una pérdida de tiempo.

Estas acciones descalificativas tienen por objeto bajarle la guardia a nuestros potenciales víctimas (clientes, empleados, cónyuge) o atacantes (proveedores, gobernantes, vecinos).

Este estado de cosas explica por qué los psicólogos también somos menos valorados que los ingenieros, los médicos o los abogados.

Para no defraudar este consenso popular, la mayoría de los profesionales psicólogos efectivamente tienen (¿tenemos?) un mediocre desempeño.

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13 comentarios:

Gabriela dijo...

Es clásico que cuando un psicólogo/a va a una fiesta o se encuentra entre un grupo de personas que no conoce, alguien le diga en tono de broma "seguro que ya nos analisaste a todos". Yo soy psicóloga y siempre respondo lo mismo: "acá no vine a trabajar".
Aunque esa no es la verdad. Los psicólogos somos psicólogos en todos lados. No podemos sacarnos el ser psicólogos como quien se saca una campera cuando entra a un ambiente más cálido. Estemos donde estemos seguimos observando las cosas desde donde podemos, desde lo que somos.
Sorry.

Olga dijo...

Si pudiese conocer los verdaderos deseos e intenciones de mi marido, estaría mucho más tranquila.

Emilia dijo...

Estoy estudiando Psicología para ayudar a los demás. Ud es un tipo despreciable.

Elbio dijo...

Me parece que el Licenciado no niega eso, Emilia. Creo que quiere resaltar aquello que negamos, porque lo que ya sabemos y está claro, no necesitamos discutirlo.

Macarena dijo...

Es posible que a veces los psicólogos no se animen a señalarnos los aspectos más despreciables que ven en nosotros!?
Uf... qué alivio.

Iris dijo...

A algunas mujeres les gusta desnudarse frente al ginecólogo porque se sienten bellas.
Pero ninguna mujer se siente tan bella como para desnudarse frente al psicólogo.

López dijo...

La psicología avanzó mucho como consecuencia de las grandes guerras.

Ulfe dijo...

Creo que mi mediocre desempeño es la marca de mi desempeño global en todos los órdenes de mi vida.

Jaime dijo...

Creo que siempre he querido saber de las intenciones de los demás, para comprender aquellos códigos sociales en los que soy tan torpe para moverme.

Adriana dijo...

Todas somos expertas psicólogas a la hora de seducir.

la gordis dijo...

Contame cuál es la forma Adriana, porque yo no aprobé ese exámen.

Adriana dijo...

Bueno, a decir verdad, yo tampoco soy tan experta. A veces me voy de mambo y despierto en el otro el temor a la depredación.

Antonella dijo...

Los puentes que construyen los ingenieros son menos peligrosos que los construídos por los psicólogos. Estos últimos intentan conducirnos hacia el inconsciente.