viernes, 8 de abril de 2011

Preservamos la delincuencia y la pobreza

La mayoría quiere (¿queremos?) que existan delincuentes y pobres.

Si amaré al ser humano que no tengo mascota a pesar de reconocer que los animales son verdaderamente hermosos.

También me considero un hombre sociable aunque en los hechos tengo fuertes dificultades de integración porque no puedo adherir a ninguna ideología.

Parece que mi intelecto no logra acomodo con las ideas que conocemos (cristianismo, comunismo, capitalismo).

Es inevitable para mí observar las dos caras de todo acontecimiento, quizá porque nunca pude siquiera suponer que la perfección exista.

Por eso no puedo afiliarme, no puedo elegir una bandera como propia, me resulta imposible defender o atacar alguna idea, creencia, doctrina.

Todos tienen un poco de razón aunque me molesta sobremanera la incapacidad de tanta gente para ver los aspectos desfavorables de su opción.

Para mi es evidente que la monogamia es insoportable para muchas personas que la defienden a ultranza, creo ver con total nitidez las aspiraciones homosexuales de casi todo el mundo y el esfuerzo que hacen para no enterarse, no puedo dejar de reconocer que la energía gastada por la humanidad desde hace milenios para erradicar la delincuencia y la pobreza han sido y siguen siendo hipócritas porque los necesitamos siempre.

Los delincuentes son necesarios para que una mayoría los usen como contraste para enaltecer una precaria honestidad y los pobres son necesarios para sentirnos superiores aprovechando que están «abajo» sin esforzarnos por escalar.

Los indigentes alegran la vida de los pobres, los pobres alegran la vida de la clase media y todos ellos satisfacen las aspiraciones monárquicas de los ricos.

Esto que acabo de pronunciar es inaceptable por la misma razón que aún no hemos logrado solucionar ni la delincuencia ni la pobreza: porque nos sirven.

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11 comentarios:

Ingrid dijo...

Nada se define de manera aislada, la figura necesita del fondo, la oscuridad necesita de la luz, las herramientas de quien las use, las obras de arte de quien las disfrute. Por eso considero que puede ser aceptable su planteamiento con respecto a la necesidad que tenemos de los pobres y de los ladrones. Para que siga existiendo la honestidad como virtud, alguien tiene que representar a la falta de honestidad. Para que ser rico resulte disfrutable, ser pobre tiene que ser una desgracia. Si todos fuésemos pobres, esa sería la regla de juego que aceparíamos como parte de nuestra vida. Se vuelve inaceptable porque sabemos que existe otra posibilidad; la posibilidad de vivir mejor y de disfrutar de los beneficios de la honestidad (estos últimos deben ser más que los perjuicios, de lo contrario no se entiendo como la humanidad pudo elegir a la honestidad como un valor).

Leonardo dijo...

Mi abuela siempre dice: "cuando veo las cosas terribles que pasan en el mundo, me doy cuenta lo agradecida que tengo que estar con Dios; no tengo ningún derecho a quejarme". La conformidad de mi abuela existe gracias a que otros, según su criterio, están peor.

Amalia dijo...

Creo que somos muchos los que deberíamos confesar que nos molestan los indigentes. A mí confesarlo me hace sentir culpa, pero si soy honesta, tengo que decir que me molesta verlos, escucharlos y olerlos (mucho más tocarlos o lamerlos). En otras palabras, mis cinco sentidos rechazan a los indigentes. Cómo puede ser entonces, que su existencia me sirva?

Elbio dijo...

Pensando un poco lo que plantea Amalia, creo que la culpa y el desagrado que ella siente, son tolerables porque los indigentes están lo suficientemente lejos como para que su presencia siga siendo rentable.

Luisa dijo...

Un niño muy pequeño puede sentirse infeliz si tiene hambre, pero no si es indigente. Para que ser indigente moleste, tiene que haber un conocimiento de la escala social y de las distintas realidades que se viven en cada peldaño. Lo mismo sucede con la riqueza.
Somos nosotros, seres sociales portadores de una cultura, los que necesitamos que la sociedad funcione creando privilegios y desventajas.

Filisbino dijo...

Si me roban, al menos puedo demostrar que tengo algo deseado por otros.

Alejandro dijo...

Para formar parte de la sociedad tenemos que pagar un precio, y casi todos estamos dispuestos a pagarlo porque quedar por fuera puede ser muy duro.
Si no fuera antisocial robar, estaríamos felices de poder hacerlo. Para reprimirnos es necesario que existan los ladrones que han recibido castigo. Ellos representan una temida amenaza de lo que puede llegar a sucedernos si damos rienda suelta a nuestros instintos.

Ma. Eugenia dijo...

Hay algún test que una pueda hacerse para saber si es de los que quiere que haya pobres y delincuentes?

Sandra39 dijo...

Su intelecto no logra acomodo; eso ya lo sabemos, doc.

Evaristo dijo...

La perfección tiene una existencia conceptual poderosa. Nos impulsa a trabajar sobre la realidad, para mejorarla.

Anónimo dijo...

No entiendo como quieren disfrazar todos los males de la Sociedad solo como acontecimientos sicológicos. "Soy pobre y me muero de hambre porque me gusta y no conozco otra cosa", o "Soy rico y es muy descansado, no entiendo como otros quieren ser pobres" oigan estos seudo razonamientos fallan por la base. Se nace con inclinaciones buenas o malas y con educación se pueden llegar a controlar. ¿Cuás es el límite de la bondad y el de la maldad?
Vivimos en sociedades egoistas donde los demás generalmente no importan , si te educan y tienes suerte tendrás trabajo y un pasar de acuerdo a tus condiciones y deseos, si no te educan estás "frito" Juntas papeles si te da miedo ir preso, o alguna ocupación marginal, claro que siempre mal paga. Y si caes en la droga del tipo que sea, bueno desgraciadamente en el mundo real no hay salida, es tan difícil ver un drogadicto regenerado como conocer a ese Médico que mientras estudiaba, era vendedor de periódicos, y regenerar a esa gente es tan difícil para nuestras sociedades, que se torna imposible, los que ganamos dinero trabajando, no podemos pagar lo que se necesitaría para tratar de regenerar a toda esa gente y mientras lo hacemos mantenerlos, casa, comida y ropa. Volvemos a lo de siempre, -Trabajo para mi y no para alimentar vagos. No impotra que sean "Seres Humanos" pero lo mas difícil de todo es que, estudios hechos inclusive en Uruguay dicen que para regenerar a esas personas (lo son)son necesarias cuatro generaciones consecutivas de educarlos, para que acepten ese cambio de vida, como ven es una tarea casi imposible, que además nunca llegariamos a ver, son unos 80 años.Lo más sencillo sería, que si delinquen y son condenados, su pena la pasen trabajando en granjas y lugares apropiados, dentro de sus prisiones, para que vean el valor de su trabajo, y que así comiencen a valorar la libertad con dinero en el bolsillo. Y cuidado no caigamos en la otra cara de la moneda que es lo que ocurre en Grigolandia, donde las personas son buscadas para ser arrestadas y condenadas, por delitos vanales, como ser fumar Marigüana, nunca procesan a los que consumen Cocaína, no sirven para trabajar, hasta eso tienen estudiado estadísticamente, para asi tener una mano de obra practicamente gratis, ya que trabajan para grandes empresas y cobran unos U$ 5.00 al día, que se usa para comprar o pagar su ropa y comida, divertido ¿No?
Y por favor no quieran hacernos sentir culpables de algo que es endémico en la humanidad desde siempre, LA EXPLOTACIÓN DEL MÁS DÉBIL (pobre).