lunes, 30 de mayo de 2011

El lenguaje nos confunde

Si vamos al significado real de los vocablos, queremos ser gobernados por los ciudadanos más antipáticos.

En realidad no es tan grande la importancia del diccionario en nuestras vidas.

Seguramente hay y habrá muchas personas que sean buenos ciudadanos (consigo mismos y con los demás) que jamás han consultado este libro.

Lo que necesitamos es entendernos con los demás, ya sea hablando o por escrito.

Mi insistencia en comentar con ustedes alguna consulta concreta obedece a que, según creo, el idioma no es muy confiable en el fenómeno de la comunicación.

Es posible mantener vínculos muy prolongados en el tiempo, basados en un desentendimiento favorable o, viceversa, podemos ser dos gotas de agua con nuestro principal enemigo pero siempre estuvimos interpretando que su discurso era condenable.

Voy al punto que mereció este prólogo.

Todos decimos que deberían gobernarnos «los mejores» para significar de esta forma que nuestros gobernantes deberían ser gente honesta, inteligente, informada, con poder de decisión, un poco audaces pero no temerarios y varias otras cualidades por el estilo.

Cuando pensamos en ese líder, simplificamos la definición diciendo que lo apoyamos porque «es el mejor».

También decimos que para ser una buena persona, debe tener «nobleza», entendiendo por tal su sinceridad, que no priorice sus intereses personales por sobre los intereses colectivos, que a lo largo del tiempo tenga una conducta y coherencia ejemplares.

Con estos conceptos tan claros, terminantes y nítidos salimos a buscar a nuestro líder para que maneje los destinos de nuestro pueblo y cuando queremos acordar nos encontramos con que nuestro propio idioma nos informa que lo que deseamos realmente es instaurar una aristocracia, queremos ser gobernados por un aristócrata, queremos ser gobernados por la nobleza.

Sin embargo, algo o alguien hicieron que los aristócratas y los nobles merecieran nuestro más profundo desprecio.

Artículo vinculado:

Lo bueno y lo malo de la aristocracia


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12 comentarios:

Raúl dijo...

De pronto deseamos que nos gobierne la gente más 'noble' porque tenemos la convicción de que quienes tienen más dinero son mejores.

Ernesto dijo...

Lo que hicieron aristócratas y nobles fue gobernar en su propio beneficio.

Daniel dijo...

Es muy fácil tener nobleza de corazón, cuando la vida te sonríe.

Gloria dijo...

Es terrible cuando se mantiene un vínculo basado en un desentendimiento. Cuando ese desentendimiento cae, el dolor de las partes involucradas es inmenso.

López dijo...

Por eso los políticos de bandos contrarios andan a los abrazos.

Marisa dijo...

Si al hecho de que el idioma no es confiable, le sumás que la persona no es confiable... estás en un verdadero lío.

Cacho dijo...

Los uruguayos ya estamos de vuelta con eso de que nos gobierne gente noble. Por eso ahora nos gobierna un tipo campechano.

la peti dijo...

Lo que tienen de desagradable los nobles, es esa mirada altiva. Te hacen sentir como un yuyo pisoteado.

Carina dijo...

A veces nos entendemos, pero es seguro que no del todo. La intencionalidad en lo que se dice es difícil de transmitir y difícil de interpretar.

Ingrid dijo...

Si cada palabra tiene para cada persona una serie de connotaciones, podemos suponer que algunas de ellas serán compartidas, consensuadas, y otras completamente personales.

Anónimo dijo...

Vengo leyendo sus blogs hace cinco años, porque siento el deber de combatir sus ideas, ya que me parecen detestables. Sin embargo es difícil que termine poniendo un comentario, porque cuando me dispongo a hacerlo termino estando de acuerdo con usted. Por eso aprovecho la ocasión para decirle que albergo hacia usted, el más tierno de los odios.

Fulgencio dijo...

Mire, si me habla de los gobernantes, en lo que se dice audaces... tan cumplidos.