miércoles, 6 de julio de 2011

La búsqueda de objetivos y el azar

Llamamos triunfadores a quienes lucharon por algo que termina ocurriendo … por causas naturales.

Una vez aceptado que todos somos diferentes, podemos tratar de formar grupos con quienes comparten algunas características.

Les propongo formar dos grupos:

— Algunas personas piensan, sienten, conciben que un adulto es alguien que se vale por sí mismo y que no solamente tiene que autoabastecerse sino que tiene que hacer el esfuerzo suficiente para ayudar a quienes justificadamente no acceden a esas posibilidades: enfermos, niños, ancianos. Esto describe al modelo capitalista.

— Algunas personas piensan, sienten, conciben que un adulto es alguien que si bien podría valerse por sí mismo, debe integrarse a un colectivo donde todos aporten lo más que puedan a una cuenta anónima porque es de todos. De ese tesoro popular, cada uno tomará estrictamente lo que necesite, sin importar cuánto aportó sino cuanto precisa. Esto describe al modelo socialista.

En los países o en la regiones donde uno habita, suele predominar alguna de estas modalidades de convivencia.

Desde el punto de vista individual, cada uno se sentirá bien, regular o mal, según su mayor o menor sintonía con ese entorno.

Y acá aparece el recurrente tema del libre albedrío versus el determinismo.

Las corrientes sociales, políticas, ideológicas, cambian porque ni las montañas son estrictamente siempre iguales.

A veces nos toca en suerte convivir con la filosofía política, social o económica que más nos gusta (es decir con la que mejor se lleva nuestra actual anátomo-fisiología) y otras veces nos toca vivir en un contexto incómodo.

Si bien no podemos evitar reaccionar, luchar y militar para que se instale nuestro «clima» predilecto, no está confirmado que el cambio logrado tenga por causa ese accionar.

Lo cierto es que algo nuevo siempre ocurre y que el nuevo escenario beneficia a quienes ingenuamente llamamos «triunfadores».

Nota: la imagen corresponde al líder de la Revolución Mexicana Emiliano Zapata (1879-1919).

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

ZAPATA VIVE, LA LUCHA SIGUE !

Gabriela dijo...

Creo que el sistema capitalista no toma en cuenta los distintos grados de salud que disfrutamos o padecemos los humanos. Si partimos de la base de que los más aptos son los más sanos, luego tendremos una enorme gradación, dentro de la que se encontrarían los pobres patológicos, es decir, personas a las que no se las califica de enfermas, discapacitadas, invalidas, pero que no llegan a ser lo suficientemente productivas como para disfrutar de todo aquello a lo que se accede a través del dinero. Ante esa realidad el capitalismo permite que los más afortunados (quienes poseen más salud o quienes provienen de familias ricas) sean los que tienen más posibilidades de disfrutar la vida, y que los menos saludables vivan con carencias. A esos, que desde mi punto de vista sólo son menos saludables, se los clasifica como perezosos y/o delincuentes, cuando en realidad son personas con menos capacidad de adaptación. Estos individuos deben vivir con todos los inconvenientes que les trae su menor capacidad, a lo que se le suma el hecho de tener que afrontar las consecuencias de esa falta de productividad, inteligencia, habilidad, capacidad de resiliencia, de manejo del estrés, etc., es decir, arreglárselas para vivir con menos.
Es como que al feo, además le toca vestirse mal. Eso no va con el sentido de justicia que hemos sido capaces de desarrollar.

Elena dijo...

En realidad el modelo que propone "a cada cual según su necesidad", es el modelo comunista, la fase que le sigue al socialismo. El modelo socialista propone "a cada cual según su capacidad", no porque se crea que esa es la situación ideal, sino porque se considera que ese es el paso previo necesario para llegar a la meta de que cada persona viva con lo que necesita.

Sonia dijo...

No entiendo a qué vincula los temas del libre albedrío y el determinismo, en este artículo.

Alicia dijo...

No existe caso en el que el triunfador no sea la consecuencia de un sinnúmero de factores externos (escenarios, ambientes, geopolítica, etc) e internos (propios del grupo o del individuo en cuestión).

Carolina dijo...

Ojalá el azar lo ayude en la consecución de sus objetivos, doc.

René dijo...

Llamar triunfador a alguien de otro clima, me da escalofríos.

López dijo...

Triunfador es el que se salió con la suya; como llegó es otro asunto.

Emilia dijo...

Lo que tienen este tipo de climas, es que son muy cambiantes.

Oliverio dijo...

Las corrientes cuando cambien mejor que avisen. Así uno sabe a qué atenerse.

Sandra39 dijo...

Es cierto que las ideologías cambian, pero a veces cambian tanto que deberían cambiar de nombre.