jueves, 25 de agosto de 2011

La inseguridad y la agresividad

Comer, abrigarnos, ser amados, son insumos imprescindibles para vivir pero no es seguro que siempre podamos conseguirlos. Esto nos pone agresivos.

Juntemos algunos «ingredientes» como para preparar una comida:

1) Los seres humanos ambicionamos el poder y coloquialmente hasta podríamos decir «queremos poder… seguir viviendo». La ambición de poder no es exclusiva de los líderes, gobernantes, generales: todos queremos lograr cierto «dominio» sobre el entorno para asegurarnos de que «conquistaremos», tomaremos, nos apropiaremos de lo imprescindible: comida, vestimenta, techo, compañía que nos permita reproducirnos.

2) Este último punto (reproducirnos) está integrado a un deseo más genérico de ser amados, reconocidos, aceptados.

3) Tenemos dudas, inseguridades. La propia realidad se encarga de que no siempre logremos lo imprescindible (alimentos, compañía, aprobación).

4) La inseguridad sobre si lograremos comer, abrigarnos, estar acompañados, nos pone desconfiados. Desconfiamos de si seremos capaces de conseguirnos la comida o de que otras personas se opongan malignamente a que sigamos viviendo.

5) Esta desconfianza posee un monto de agresividad pues se trata de un sentimiento que incluye una convicción que nos predispone al ataque en defensa propia pues si el resto de los competidores que buscan lo mismo (comida, etc.) nos dejan sin esos recursos, no tendremos más remedio que atacarlos, depredarlos, robarles.

6) El estado de ánimo (desconfianza y agresividad) necesita algún pensamiento tranquilizador tal como es suponer que somos poderosos, temibles, capaces de ganarle a nuestros competidores.

7) Al creer que somos poderosos (para tranquilizarnos), imaginamos que nuestros competidores supondrán lo mismo y desconfiarán de nosotros.

8) En nuestra organización capitalista, liberal y competitiva, desarrollamos una paranoia permanente aunque difusa para sobrevivir sin que la ley nos encarcele por peligrosos y perdamos algo necesario para ejercer el poder y disfrutar del afecto: la libertad.

Con estos insumos podemos preparar una filosofía de vida, realista y nutritiva.

Artículos vinculados:

Agresividad por convicción
Los caza-fantasmas no paran
El orgullo constructivo del filósofo

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8 comentarios:

Selva dijo...

Ser encontrados también forma parte del deseo de reproducirnos.

Cacho dijo...

No entiendo por qué las mujeres se ponen agresivas. Hay para todas!

la gordis dijo...

Lo más nutritivo de mi filosofía de vida es juntarme con mis amigas los viernes y comer pizza.

Gloria dijo...

A mí la inseguridad me angustia y me enferma el corazón. Tengo arritmias y taquicardia, desde que siento opresión en el pecho.

Raúl dijo...

No conseguir trabajo te deja en un estado de inseguridad difícil de soportar.

Horacio dijo...

No sé que filosofía de vida puedo armar a partir de esos ocho puntos. Lo que me queda claro es que hasta ahora me he defendido de supuestos ataques, más de lo necesario.

Yoel dijo...

No somos muy poderosos, y lo tranquilizador es que los demás tampoco.

Sandra39 dijo...

Aspiremos a construir una sociedad que no desarrolle nuestra paranoia.