miércoles, 21 de septiembre de 2011

La mayor cultura de los ricos

El ser humano «natural» es pobre, no necesita ser rico. La incorporación de rasgos culturales lo aleja de la pobreza y lo vuelve neurótico.

En otro artículo (1) titulado La pobreza inconsciente, resumía su contenido diciendo:

«Conscientemente queremos ser ricos aún cuando hipócritamente rechacemos esa condición. Como la mayoría obedecemos al inconsciente y este quiere ser pobre como los demás animales, los ricos son las excepciones que evaden el mandato del inconsciente


En otro artículo (2) titulado La neurosis es útil para vivir entre neuróticos, resumía su contenido diciendo:

«La neurosis no debería ser considerada una enfermedad porque la padecemos casi todos y sin ella no podríamos convivir.»

Y para terminar con estas autorreferencias, en otro artículo (3) les comentaba que «… los neuróticos andamos por la vida disimulando nuestra incapacidad para conciliar los instintos con la educación».

Con estos tres elementos que vienen de artículos ya publicados, puedo formar a su vez otro resumen, cuyo texto dice:

La educación nos aparta de nuestra esencia animal, nos aleja del inconsciente donde yacen los instintos básicos, generando varios conflictos pues en definitiva quedamos peleados con el deseo, ese impulso vital que colorea nuestra existencia, haciéndonos sentir vivos, afectivos, naturales.

La educación es un proceso por el cual la cultura trata de controlar al máximo nuestros rasgos naturales que desde hace millones de años vienen desarrollándose (evolución).

Si esto fuera cierto, accederíamos a dos explicaciones interesantes:

1) El psicoanálisis es impopular porque intenta aceptar la cultura sin anular los aspectos instintivos (deseo);

2) Las personas con más estudio, más culturizadas, suelen tener más dinero porque están más alejadas de su inconsciente, donde para todos yace el impulso de ser naturales, primitivos, salvajes, felices con lo mínimo indispensable para vivir el presente de forma tan sencilla, pacífica y precaria como cualquier otro animal.

Nota: La imagen muestra un detalle de la famosa librería de Oporto (Portugal) Lello e Irmão. La afinidad con el artículo está en que el libro se asocia al fenómeno cultural.

(1) La pobreza inconsciente
(2) La neurosis es útil para vivir entre neuróticos
(3) El niño juega «como si» trabajara

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12 comentarios:

Lucas dijo...

Si algún rico quiere volverse sano, puede ayudarme.

Filisbino dijo...

Los demás animales se mueven en un mundo donde la pobreza o la riqueza no existen.
En su mundo existe la satisfacción de necesidades. La carencia o la abundancia, son situaciones circunstanciales. Si se prolongan pueden desembocar en la extinción de una especie.
A los humanos no nos extingue la pobreza ni el predominio (abundancia) de un sector sobre otro. Por ahora al menos, no llega a extinguirnos. Eso sí, prolonga sufrimientos.

Rosana dijo...

Qué cosa bonita las bibliotecas.
Más para mirarlas que para leerlas.
Los que las leen enteras son los menos. Y que quede claro que esto no es una crítica. Es una constatación.

Alicia dijo...

La educación nos aparta de nuestra esencia animal y genera conflictos, pero permite la supervivencia de la especie. Sin educación y con la precariedad de nuestros instintos, ya el egocentrismo habría hecho de las suyas.
De todos modos estoy de acuerdo con ud., en que la llama del deseo es como ese fuego que los humanos primitivos mantenían encendido, porque los protegía de las fieras y porque una vez apagado, costaba trabajo encenderlo de nuevo. Metafóricamente nos sucede lo mismo. Si se nos apaga el deseo (o, dándole más poder a nuestra capacidad de decisión: si permitimos que se nos apague), quedamos expuestos a las fieras de la desmotivación, el aburrimiento, la soledad... en fin, la muerte en vida. Si permitimos que se apaque (o si se nos apaga), tendremos que hacer un enorme esfuerzo para retomar el contacto con aquello que nos producía alegría, que nos inspiraba afecto y nos tornaba espontáneos. Aislarse de los demás y de si mismo es más sencillo de lo que parece. Sucede de golpe y de manera dramática en las personas que se enferman, en los psicóticos, y sucede lenta e insidiosamente en los neuróticos, que nos vamos dejando llevar por la rutina y la carencia de sentido.

Leticia dijo...

La cutura también viene desarrollándose desde hace millones de años.
Bueno, no sé si tanto, pero desde hace pila.

Sandra39 dijo...

Qué paradoja! Las personas más alejadas de su inconsciente son las más inconcientes.

Raquel dijo...

Las terapias que trabajan sólo con la voluntad, la conciencia, la capacidad de decisión, son muy dolorosas, pero a veces no cabe otra posibilidad que apegarse a ellas.

Enrique dijo...

Quiero hacer una puntualización indirectamente vinculada al pensamiento de Raquel. He escuchado a varias personas decir que los grupos de autoayuda dejan a un lado la incidencia del inconsciente. Creo que eso no es del todo exacto. El fenómeno grupal activa la incidencia de aspectos inconscientes motivadores. La voluntad se vuelve efectiva porque contamos con el sostén afectivo del grupo, sostén que incide a nivel inconsciente. A su vez se generan fenómenos de competencia, identificación, proyección, todos ellos inconscientes, que viabilizan la posibilidad de lograr los objetivos planteados voluntariamente.
No sucede así con los libros de autoayuda, porque estos se leen en soledad. Pueden levantarnos el ánimo momentáneamente, o alentar nuestra esperanza, pero no pasan de ser una lectura, y una lectura con escasísimos elementos terapéuticos.

Gabriela dijo...

Es poco frecuente que individuos de la misma especie se coman entre si. Todos hacen como nosotros, comen a los de otra especie más débil. A los rioplatenses, por ej, nos encantan los bovinos. Pero también tenemos cierta inclinación a comernos a los más débiles entre nosotros mismos, es decir, dentro de nuestra especie. Y esto va desde hacer leña del árbol caído, al supermercado que come almacenes (con el alamacenero y su familia adentro), hasta llegar a un orden mundial que permite la existencia de amplísimas zonas geográficas extremádamente pobres que son comidas por otras muy ricas; esas que van a extraer en esos lugares madera, hierro, gas natural, petróleo, bananas, etc. Cierto que algunos pobres ligan trabajo y sobreviven, pero las utilidades no quedan allí; las utilidades son volvedoras, vuelven al lugar de donde salieron.

Yoel dijo...

Los humanos tenemos la solución para todo. Como dice Gabriela, tenemos una tendencia a la antropofagia, pero ya encontramos la solución: creamos la Logia Masónica. Ahí reina la libertad, igualdad y fraternidad. Cuando digo ahí, digo ahí. Los de afuera son de palo.

Anónimo dijo...

Perdón, en el Mundo Profano se malentiende el sentido de la fraternidad. Cuando nosotros hablamos de fraternidad (me refiero a la mayoría de nosotros), no hablamos de corporativismo.

Verónica dijo...

Puse mi comentario en su otro blog de manera equivocada.
Quería ponerlo en este, así que lo repito textualmente:
Vamos, Doc! El Psicoanálisis es impopular porque sale caro.