lunes, 26 de septiembre de 2011

La paja en el ojo ajeno

Aunque es fácil, la mayoría no lo aprovecha: nuestras opiniones son un buen material para lograr el rentable «conócete a tí mismo».

Sólo podemos percibir objetos conocidos. Si apareciera algo que no conocemos (un marciano, por ejemplo), no podríamos decir cómo es sino que sólo podríamos decir a que se parece (un hombre chiquito y verde, una botella de Coca-Cola que se desplaza a unos 10 cms. del suelo, etc.).

Con esto lo que quiero decir es que el fenómeno de percepción consiste en ir a buscar algo similar en nuestra memoria y luego evocarlo con algunos ajustes, los cuales también están en nuestra memoria. Por ejemplo, el marciano es «un hombrecito» [evocamos al hombre ya conocido] y verde [evocamos el color verde ya conocido].

Luego, terminamos el proceso de percibir un objeto nuevo haciendo las combinaciones que hagan falta [hombrecito verde].

Nuestra capacidad comparativa es muy eficiente, podemos encontrar semejanzas entre un toro y un encendedor de supergás, por poner algún ejemplo elocuente.

Los test proyectivos son una herramienta que usa la psicología para saber del consultante.

Les pedimos al analizado que dibuje un árbol, que dibuje a su familia, que comente qué ve en unas manchas de tinta.

La técnica se basa en lo que decía al principio: los humanos vamos a buscar referentes en nuestra psiquis para cumplir la consigna del árbol o vamos a buscar recuerdos similares a lo nuevo que intentamos conocer (manchas de tinta).

Cuando oímos a otro o nos oímos a nosotros mismos opinando sobre cualquier cosa, estamos enterándonos de los contenidos psíquicos del opinólogo. Sólo eso. No está diciendo la verdad objetiva, está hablando de sí mismo, está mostrando su psiquis.

En suma: Si opino de otros sobre dificultades, tristeza, corrupción, miedo, belleza, moral, producción, familia, así está compuesto mi patrimonio psíquico.

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10 comentarios:

Raquel dijo...

Acá todos muestran su psiquis. Usted que escribe los artículos, y la gente que escribe comentarios.

Marcia dijo...

Por qué intenta convencernos mostrándonos su psiquis!

Alicia dijo...

Muchos opinan que las fobias son intentos por poner a raya a la angustia. El psiquismo lo que hace es concentrar toda esa angustia en un objeto, con la finalidad de intentar controlarla. O sea que la fobia es un sintoma que esconde nuestros contenidos psíquicos más perturbadores.

Aldo dijo...

Recuerdo que de niño deseaba tener un perro. Y miraba las nubes, y a todas les veía forma de perro.

Lidia dijo...

Podría decirse que en mi patrimonio psíquico está dios; aunque no crea en él.

Lucas dijo...

Un toro y un encendedor de supergás se parecen cuando echan chispas.

Margarita dijo...

Por todo esto que ud plantea, es que se convierte en una tonta pérdida de tiempo, buscar el reflejo de nuestra suerte en una bola de cristal.

Ma. Eugenia dijo...

Los test proyectivos son a prueba de mentirosos?

Iñaqui dijo...

Si a la mitad de los objetos de este mundo les llamamos "coso" o "cosa", se nos va a atorar el tránsito de las asociaciones. Las imágenes se nos van a despegar de las palabras, y cada cual por su lado va a abrir nuevos caminos.

Es posible que las imágenes se desprendan de su nombre, cuando los nombres amenazan por si solos.

Alejandra dijo...

Me quedé pensando en lo que dijo Iñaqui. A mí me ha pasado con los nombres de las personas, que los asocio a situaciones. Supongo que debe ser algo muy común. Por ej: mi ex se llama Álvaro y solía discutir mucho con él. Entonces a menudo me sucede que cuando discuto me confundo y le digo Álvaro a la persona que discute conmigo.