domingo, 20 de noviembre de 2011

La insubordinación ciudadana

La democratización de los medios de comunicación puede incapacitarnos para convivir y producir si nuestra psiquis carece de la madurez suficiente para administrar la nueva sensación de poder.

Nuestra especie estuvo siempre cambiando pero desde hace unos cinco años (escribo esto en 2011), el cambio es mayor y más acelerado.

Quizá hubo épocas con esta aceleración en los cambios psicológicos cuando la Revolución Industrial (a mediados del siglo 18), durante las dos grandes guerras mundiales (1914 y 1939) y cuando se inventaron los anticonceptivos (a mediados del siglo 20).

En otro artículo (1) les comentaba que si no fuera porque la cultura nos induce a tener una percepción desnaturalizada de la sexualidad, los niños podrían observar a los adultos haciéndose el amor como si los vieran trabajando, comiendo o dialogando. Sin embargo, en casi todos los países hispanos se considera que los niños pueden ver escenas de sexo explícito después de los 18 años.

Algo que nos está cambiando aceleradamente es un incremento en nuestra cuota de poder debido a la popularización de nuevas herramientas de comunicación de una eficacia extraordinaria.

Si bien un niño sano podría ver sexo explícito sin que eso lo afecte, no ocurre lo mismo si a un niño sano se le asigna más poder.

En algún momento he mencionado (2) que la libertad es muy perturbadora cuando aún no hemos desarrollado una personalidad que nos permita administrar la posibilidad de elegir, decidir, protestar y hacer valer nuestros derechos.

Cuando una psiquis apta para la subordinación propia de un ciudadano que respeta de buen grado la autoridad de un gobierno legítimo, siente que puede criticar impune e irrespetuosamente a sus líderes, pierde el control de sus actos, se torna anárquico e incapaz de trabajar en equipo, cooperar, seguir un plan, ser puntual, esperar su turno, diferir sus anhelos.

(1) La vergüenza sexual y comercial

(2) Las tiranías benefactoras

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9 comentarios:

Marta dijo...

El lugar que muchos adultos le están dando a los niños y a los jóvenes, es desde mi punto de vista, muy inadecuado. Se les da demasiado poder de decisión y existe mucha negligencia cuando se trata de corregirles su desprecio hacia los ancianos y los débiles.

Laura dijo...

No veo las cosas como Marta. A los jóvenes se les niegan espacios de dirección que están preparados para asumir. Además se los trata como delincuentes, si son jóvenes y pobres se los persigue.
Sobre los niños se ejerce mucha violencia, ya sea obligándoles a cumplir horarios de formación académica inhumanos o dejándolos solos en la calle todo el día, mandándolos a pedir.

López dijo...

La crítica respetuosa a los líderes es síntoma de salud. Estoy de acuerdo con ud, que cuando se torna irrespetuosa no debe tolerarse.

Mauricio dijo...

Cuando se vuelve irrespetuosa habría que ver por qué es. Qué está primero, el huevo o la gallina?

Fabricio dijo...

Cada vez está más lleno de todólogos; gente que opina sobre todo, sobre lo que sabe y sobre lo que no sabe, con una seguridad "envidiable".

Macarena dijo...

No me parece mal que las personas se comprometan con muchos temas. Adhiero a la frase "nada de lo humano me es ajeno". Cualquiera debería tener la libertad de opinar. Creo que lo único que está mal es la altanería que no permite escuchar a los demás y aceptar los propios errores.

Ernesto dijo...

la gente no es capaz de trabajar en equipo porque el modelo social nos conduce al individualismo

Margarita dijo...

Sin embargo, Ernesto, cada vez es más común el trabajo en equipo en el área de la ciencia y de la educación.

Marcia dijo...

Yo lo que veo es que la gente se entusiasma con las cosas de a ratos. Pira con proyectos súper ambiciosos y después pierden el entusiasmo, se distraen con otra cosa. No sé si eso les deja una sensación de frustración o si no se dan cuenta, o les parece natural.