martes, 22 de noviembre de 2011

Paranoia, escepticismo y credulidad

La duda razonable, alejada de la paranoia y de la credulidad extremas, es indicadora de salud psíquica.

La normalidad psíquica «es una cuestión de medida».

Esto mismo puede decirse de otra forma: La salud mental es relativa

— al bienestar o malestar que manifieste la persona evaluada,
— a los criterios culturales,
— al punto de vista de quien haga la evaluación,
— a la corriente filosófica que se tome como referencia,
— al bienestar o malestar que la persona evaluada aporte a la sociedad que integra.

Este preámbulo intenta darle contexto a otra afirmación:

Una persona puede ser paranoica, escéptica o crédula según los criterios con los que sea observada.

Desde el punto específico de los temas que trata este blog, puedo agregar otro que no mencioné directamente:

— (La salud mental es relativa) a la calidad de vida que logre obtener en el mercado donde actúa.

Una persona paranoica es aquella que posee una desconfianza tan elevada que difícilmente encuentre a alguien que pueda coincidir con ella en la magnitud de los problemas que afirma percibir, como por ejemplo, sentirse perseguida.

Una persona escéptica posee un grado de desconfianza notoriamente menor a la paranoica y está dispuesta a dudar hasta de sus propias afirmaciones, percepciones y conclusiones.

Una persona crédula suele sentirse en un mundo tan fantástico como el paranoico pero en el polo opuesto en cuanto a la desconfianza. Se imagina súper protegida por seres míticos, por ritos que le atribuyen poderes mágicos, se siente omnipotente, poseedora de recursos personales invulnerables y atribuye los fracasos más estrepitosos a una especie de cuenta corriente con seres superiores que le imponen sacrificios posteriormente ventajosos.

En suma: en un entorno capitalista podría entenderse que la salud mental se asocia con una cierta humildad respecto a la validez (certeza) de las propias ideas y percepciones.

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12 comentarios:

Alicia dijo...

Con frecuencia las personas crédulas sufren tanto como las paranoicas. Porque las creencias pueden ser crueles con uno mismo.

Chapita dijo...

En el mercado me dan vida. Siempre puedo hacer alguna changuita.

Anónimo dijo...

nos sentimos perseguidos pero vamos en patota

Shanti dijo...

Me gusta el tapizado de las paredes de la casa de Papá Noel.

Graciana dijo...

La duda razonable es: podré con todo esto?!

Nacho dijo...

Creo que lo planteado por Alicia no tiene sentido. Las creencias son nuestras. Ella las alude como si tuvieran vida propia.

Alicia dijo...

De lo que es "nuestro", poco es lo que gobernamos.

Graciana dijo...

Una persona paranoica difícilmente encuentre a alguien que no la persiga.

Ernesto dijo...

Siempre he tratado de mantener la duda pero sin perder el compromiso.

Fulgencio dijo...

Sabe una cosa Mieres, humildad es algo que no veo...

Evangelina dijo...

La diferencia entre una persona crédula y una que tiene fe, es que la primera es como una veleta, va para donde sopla el viento, mientras que la segunda se mantiene señalando el norte, como una brújula.

Elena dijo...

La certeza de los escépticos es la duda. Veo positiva la duda, más digo, fundamental, pero siempre como motor para la acción y la búsqueda.