lunes, 20 de febrero de 2012

Adelgazamiento corporal y económico - (Artículo Nº 1.470)

Quienes combaten las reservas corporales (obesidad) suelen combatir también las reservas económicas.

En otros artículos (1) comentaba que los organismos están preparados para acumular reservas alimentarias para el caso de que el ecosistema (hábitat, bosque, mercado) al que pertenecen interrumpa transitoriamente el suministro de alimentos (recesión, sequía, inundaciones).

Por lo tanto la obesidad, gordura, tejido adiposo, grasa corporal, son depósitos, ahorros, reservas que nos protegen (salvaguardan) de las potenciales escaseces que puedan alterar nuestra existencia.

El acaparamiento (sobre stock, acopio, acumulación) de alimentos que ocurre en las poblaciones cuando esa escasez es previsible (feriados prolongados, guerra, inviernos rigurosos) es similar al engrosamiento corporal provocado por la reservas en tejido adiposo (obesidad).

Corresponde comentar algo que ocurre con la acumulación de reservas.

El guardado en almacenes, despensas, sótanos, refrigeradores, genera gastos de mantenimiento, por ejemplo para evitar alimañas, robos, humedad, costo del espacio ocupado (alquiler), electricidad.

El guardado en tejido adiposo también genera gastos de mantenimiento porque la grasa acumulada es un tejido humano como el muscular, óseo o nervioso. Por lo tanto la persona que tiene más tejido (masa corporal) tiene que alimentarse para atender las necesidades vitales de todas y cada una de las células de ese cuerpo aumentado con reservas alimentarias.

Los gastos necesarios para el mantenimiento de las reservas externas en almacenes se parecen a una mayor alimentación que necesitan las personas con más cuerpo, más tejido adiposo, más ahorro orgánico.

Los millones de años de evolución que tiene nuestra especie garantizan que siempre hagamos lo correcto. Nuestro cuerpo no se equivoca, siempre y cuando no se vea alterado neuróticamente por alguna moda de cuerpo delgado, de despilfarro voluntario de alimentos sabiamente acumulados por la naturaleza.

La coherencia que todos tenemos hace que una administración neurótica del volumen corporal esté acompañada de una administración neurótica de la economía.

(1) Somos propensos al ahorro ilimitado

Nuestro cuerpo es un banquito o banquete

Otras menciones del concepto «obesidad»:

El embarazo no reproductivo
Diálogo de gordos

Un cuerpo holgado

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4 comentarios:

Tania dijo...

No estoy de acuerdo con la premisa; está forzando a la psicología para obligarla a que explique todo.

Alberto dijo...

Vivimos temiendo una catástrofe; un feriado no laborable alcanza para que se despierten nuestros ancestrales terrores a las hambrunas.

la gordis dijo...

Mi cuerpo pequeño se mantiene a bajo costo, pero la oferta de productos alimenticios capaces de alegrarlo es tan grande, que me veo obligada a vivir bajo la represión y la censura.

Tatiana dijo...

Una guerra no precisa más motivo que ese: que unos puedan ahorrar y otros pasen necesidad.