miércoles, 29 de febrero de 2012

El capitalismo es un fenómeno natural - (Artículo Nº 1.479)

Si pudiéramos aceptar que los seres humanos somos parte de la naturaleza y no sus amos, podría justificarse la redistribución de la riqueza.

Los desastres naturales, tales como las inundaciones, los huracanes y los sismos, provocan enormes pérdidas materiales que afectan el patrimonio personal de los damnificados.

Aún (año 2012) continúa la reparación de los daños en Estados Unidos, Haití, Chile, Japón.

Las guerras internas o entre países, los conflictos armados por cuestiones políticas, religiosas o económicas, provocan enormes pérdidas materiales que afectan el patrimonio personal de quienes se ven desplazados por los grupos en conflicto.

Aún continúa la reparación de los daños en los Balcanes, Afganistán, Colombia, entre otros.

Es posible pensar que, si bien las inundaciones, huracanes y terremotos son notoriamente fenómenos naturales adversos, algunas acciones humanas son igualmente incontrolables y destructivas.

Es razonable pensar que para ambos «desastres naturales» nos surja la necesidad (el impulso, el deseo) de ayudar a quienes tuvieron la mala fortuna de padecer una pérdida patrimonial por causas ajenas a su voluntad.

A pesar de que con particular frecuencia nos sentimos amos absolutos del planeta, como si nos perteneciera y fuéramos responsable de él (acciones ambientalistas y ecologistas), es posible sostener que los humanos formamos parte de la naturaleza como cualquier otro existente (seres vivos o inertes).

Si podemos aceptar que es oportuna la solidaridad con los damnificados por fenómenos naturales, provocados por agentes humanos o no humanos, entonces podemos dar un paso más y preguntarnos hasta qué punto no es un asunto que también nos concierne a todos compensar solidariamente los efectos indeseables que tiene el mejor sistema de convivencia que hemos encontrado: el capitalismo.

Este razonamiento justifica las políticas sociales redistributivas.

En suma: El capitalismo es un fenómeno natural de origen humano, cuyos efectos y defectos perjudiciales merecen ser atendidos solidariamente.

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10 comentarios:

Alicia dijo...

Las desgracias que conllevan los fenómenos naturales adversos nos sensibilizan. Son situaciones que no pasan todos los días, y cuando ocurren se presentan de forma imprevista y rompen los ojos porque generan un antes y un después. Nos da miedo que en cualquier momento puedan sucedernos a nosotros. Todos estos factores hacen que nos surja naturalmente el deseo de ayudar. Por el contrario, las desgracias que provoca el capitalismo se disfrazan en nuestra vida cotidiana. Pareciera que existieron desde siempre y casi ni las vemos. Cuando focalizamos en ellas evitamos sentirnos culpables, dando por sentado que quien las padece es libre orfebre de su destino. No caemos en la cuenta de que nosotros también formamos parte del sistema.

Leticia dijo...

Es increíble que haya que hacer tantos razonamientos para ser solidario!

Silvana dijo...

No me parece exagerado pensar estas cuestiones. Muchas personas recurren al razonamiento y a la lógica para buscar argumentos con los cuales justificar su egoísmo.

Ingrid dijo...

Los que tienen bloqueada la capacidad de empatía no son monstruos, son personas como cualquier otra, a las que un conjunto de factores imposible de determinar con exactitud, los ha convertido en lo que son. Debemos imperdir que nos dañen, pero odiarlos nos lleva a perder de vista que podríamos haber sido uno de ellos.

Luis dijo...

Así como creemos ser dueños de la naturaleza, creemos ser dueños de nosotros mismos.

Javier dijo...

El humano tal como es concebido por el capitalismo, es un individuo libre, responsable de su destino, igual a todos los demás en cuanto a su capacidad de competir. Dentro de la lógica del sistema, la solidaridad es sólo un adorno.

Magdalena dijo...

Cuando nos cobran impuestos sólo pensamos en lo que nos quitan. Sentimos mucha bronca porque inmediatamente suponemos, sin mayores argumentos, que nuestro dinero será malgastado. No se han hecho carne en nosotros, los problemas que con ese dinero se intentan resolver.

Marcos dijo...

A veces es necesario tener la grandeza de ayudar a quienes, si estuvieran en nuestro lugar, tampoco nos querrían ayudar.

Bruno dijo...

Si no somos responsables del planeta, ¿entonces quién?

Oliverio dijo...

Compensemos los efectos indeseables y no nos cerremos a la posibilidad de experimentar un sistema mejor.