martes, 27 de marzo de 2012

Dios es masculino y desestimulante

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EnDIOSar al sexo masculino genera una desestimulante señal para quienes producen y se arriesgan.

Puedo estar de acuerdo en que, practicando arqueología psiquiátrica, Don Quijote de la Mancha estaba un poco loco, pero ocurre que todos lo estamos de una u otra manera.

Sin ir más lejos, mi hipótesis según la cual la creencia en Dios y la religiosidad en general contienen muchas causas de la pobreza patológica, podría parecerse a una lucha quijotesca contra los molinos de viento.

Algo que les comentaré podría confundirse con alguna doctrina feminista, pero sé que nada más lejos de mi intención que hacer causa común con esas personas que gozan enterrándose cada vez más.

Desde mi punto de vista «la persona que hace, se compromete e involucra corporalmente», debería tener poder de mando.

Tampoco soy simpatizante de las ideologías de izquierda a las que califico como hipócritas, idealistas y, en muchos casos, deshonestas.

Así como me parece lo más justo que cada pueblo se autodetermine sin la injerencia de países extranjeros poderosos o iluminados, también me parece que el 90% de la humanidad depende de las mujeres y estas deberían ser las encargadas de tomar las decisiones que mejor les convengan, pues los varones tenemos una participación exigua en lo único importante que tenemos para hacer los humanos que es conservar la especie (1).

Y retomo el tema de Dios porque notoriamente es un personaje masculino al que se le atribuyen fantásticos poderes y al que mujeres y hombres le rinden honores, lo glorifican, le imaginan poderes máximos y justicia incuestionable.

EnDIOSar al varón, siendo que tiene tan poca participación en la única «misión» importante (reproducirnos), equivale a decir que las decisiones serán tomadas por quienes menos hagan, menos se involucren con su cuerpo y más prescindibles sean.

(1) Blog que concentra todos mis artículos que refieren a la Conservación de la especie.

Artículos temáticamente vinculados:

La disconformidad universal

En nuestra especie también hay padrillos

Es así (o no)

Nosotras queremos ser varones

(Este es el Artículo Nº 1.506)

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9 comentarios:

Marta dijo...

Endiosar al hombre es consecuencia de su fortaleza física superior a la de la mujer.

Ernesto dijo...

Exactamente lo mismo que ud. opina de las ideologías de izquierda, yo lo opino de las de derecha.

Lucas dijo...

Lo más lógico es que un país se autodetermine sin la injerencia de países extranjeros, pero si tiene petróleo, parece que la lógica cambia.

Manuela dijo...

Los hombres producen con su inteligencia y con su fuerza.
Encienden la vida en el vientre de la mujer.
Yo no diría endiosarlos, mas sí amarlos mucho.

Mercedes dijo...

Por endiosar, endioso a la pachamama, me parece lo más justo.

Mariana dijo...

Su lucha es quijotesca, sí. Buena parte de las luchas lo son. Ya sean sociales o personales. Independizarse de un imperio y construir una nación de la nada, en la otra mitad del mundo, es una quijotada. Y lo es también pretenderse una islita rebelde con su propia manera de ver el mundo. O vivir con plena conciencia, en camino hacia la muerte, manteniendo la frente alta. También es una quijotada la resistencia pacífica, el no consumo de carne, ofrecer la otra mejilla, hacerse responsable de una familia. Todas estas cosas, en mayor o menor grado son quijotadas.
Y estoy segura de que valen la pena.

Susana dijo...

Usted dice todo esto de que no se debe endiosar al varón, y la importancia de la mujer, porque nos quiere seducir a como de lugar!

Marcia dijo...

Las feministas no se enterraron. Lograron parar a la mujer sobre la faz de la tierra.

Irene dijo...

En lo que sí se enterraron las feministas fue en sobrecargarse innecesariamente.