lunes, 2 de abril de 2012

Las necesarias necesidades

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El cerebro y el corazón no pueden detenerse, por esto es que la necesidad y los deseos son estimulantes vitales.

La inactividad del cerebro y del corazón son mortíferas.

Antes alcanzaba con verificar que el corazón había dejado de latir para certificar un fallecimiento. Actualmente se entiende que la constatación más confiable de muerte es la inactividad cerebral.

Por lo tanto, cuando queremos no pensar estamos tan abrumados que anhelamos una solución radical, extrema y probablemente irreversible (suicidio).

A partir de esta premisa (que la actividad cerebral no puede detenerse), reflexionemos juntos sobre qué nos ocurre con la excitación cerebral que nos provocan las necesidades y los deseos.

Desde este punto de vista podemos afirmar que ambas «molestias» (necesitar y desear) son vitales, imprescindibles, salvadoras (1).

No olvidemos que uno de los castigos más severos que utilizan los encargados de «cobrarle a los delincuentes las deudas que estos tienen con la sociedad» consiste en la privación de estímulos sensoriales (soledad, aislamiento, confinamiento).

El aburrimiento es mortificante precisamente porque el cerebro padece la falta de excitación suficiente.

En suma: las necesidades y los deseos son proveedores de un insumo esencial para la vida, esto es, la agitación, estimulación, excitación del cerebro.

Si estas ideas son aceptables, entonces podemos suponer que para muchas personas es imprescindible tener carencias y deseos insatisfechos.

El cerebro se excita saludablemente bajo dos condiciones:

— Cuando tiene necesidades y deseos que requieren satisfacción; y también

— Cuando tiene un estado de saciedad que lo priva de esas necesidades y deseos estimulantes.

Por este recorrido del razonamiento llegamos a una conclusión paradojal:

— La pobreza nos aporta carencias estimulantes; y
— La riqueza nos aporta una falta de carencias igualmente estimulante.

De estas consideraciones podemos concluir que la saludable vitalidad cerebral depende de un equilibrio entre las necesidades (y deseos) y la saciedad.

(1) Este blog concentra artículos que refieren a las molestias de existir.

(Este es el Artículo Nº 1.512)

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10 comentarios:

Clarisa dijo...

¿De dónde sale el aburrimiento? Motivos externos para aburrirse no los hay. La vida da infinitas posibilidades. El aburrimiento sobreviene cuando a uno le está pasando algo que le impide, divertirse, necesitar, desear, exitarse, con esas posibilidades. El aburrimiento es un problema personal, individual, en el que el ambiente sólo influye en situaciones extremas.

Hugo dijo...

Pienso que la conclusión a la que llega es correcta.

Daniel dijo...

Las carencias que nos aporta la pobreza, y la falta de carencias que nos da la riqueza pueden ser estimulantes o pueden hundirte. Depende de como uno se pare frente a la vida.

Diana dijo...

A menudo cuando estamos abrumados buscamos soluciones radicales, apresuradas, y ahí es cuando, muchas veces nos equivocamos. Pasa mucho en las parejas, cuando las cosas van mal, enseguida se separan. Es difícil soportar un tiempo de espera para ver como evolucionan los sentimientos; se necesita mucha madurez, y creo que somos más los que no la tenemos.

Enrique dijo...

La actividad cerebral no puede detenerse, es así. Lo que sí pasa es que se enlentece o se acelera. Cuando esto sucede más allá de ciertos límites, la persona presenta un trastorno que la perjudica.

Margarita dijo...

La falta de carencias que provoca la riqueza, nos permite ocupar nuestra energía en asuntos que van más allá de sobrevivir. En ese sentido puede ser muy estimulante.

Silvia dijo...

Para adquirir ese equilibrio entre las necesidades y la saciedad, creo que es necesario, en los primeros meses de vida, que la madre amamante correctamente a su bebé, sin hacerle pasar hambre y sin darle más de lo que necesita.

Olga dijo...

Me cuesta imaginar que alguien pueda no necesitar nada... no, claro, eso es imposible. Estamos hablando de necesitar muy poco.

Facundo Negri dijo...

Si hablamos de desear, Olga, sí pueden haber personas que en determinado momento o etapa de su vida, no deseen nada.

Tiago dijo...

O sea que lograr lo que uno desea es estimulante, y querer lograrlo también.