martes, 10 de abril de 2012

Somos amados por lo que damos

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Los varones sólo podemos ser proveedores: de dotación genética y también de cuidados, provisiones, confort, seguridad, es decir, ternura y dinero.

Cuando una mujer percibe un varón aprobado por su instinto reproductivo (1), su cerebro segrega ideas de apropiación. El instinto reproductivo de ella lo quiere «cazar» y para eso utiliza técnicas de seducción que casi siempre dan resultado.

El señor-objeto-de-caza (la presa) se verá en problemas si algo le impide dejarse «cazar» (celibato, fidelidad matrimonial), excepto que sea gay, en cuyo caso ella será la frustrada.

¿Qué nos pasa a los varones cuando sentimos que una mujer anda detrás nuestro con el arco y la flecha para «cazarnos»? (¡Recuerden la imagen de Cupido!)

Nuestro cerebro comenzará a segregar ideas, que tenemos guardadas en la memoria, para ajustarlas a la nueva situación.

Esas ideas guardadas provienen de cuando nuestra mamá nos amó tanto como se amaba a ella misma y esto lo digo sin metáforas: Nuestra madre nos amó y nos amará siempre que siga creyendo que somos una parte de su cuerpo. Si nos ama tanto es porque aún no se dio cuenta que no formamos parte de la anatomía que más adora, que es la suya.

Si continúa con esta con-fusión (su cuerpo sigue imaginariamente «fusionado» con el hijo), también amará devotamente a sus nietos, ... como a su propio cuerpo.

Por lo tanto, el hombre convocado por una mujer que necesita su dotación genética porque el instinto la obliga a ser fecundada por él, creerá que se repite la historia con su mamá y supondrá que esta enamorada lo desea por cómo es (bello, inteligente, viril), sin embargo ella lo busca por lo que él tiene (la dotación genética).

En suma: Los varones somos amados por lo que podamos dar; si no podemos dar, ellas se desinteresarán.

(1) El rol pasivo de los varones

(Este es el Artículo Nº 1.520)

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11 comentarios:

Analía dijo...

Actualmente las mujeres esperan (por supuesto, entre otras cosas)que el varón la acompañe en la crianza de los hijos. Si él sólo desea proveerla de ternura y dinero, su colaboración en la crianza será menor a sus expectativas. Entonces comenzarán los problemas de pareja.

Margarita dijo...

Supongo que muchos hombres necesitan y desean tener hijos. Al menos eso es lo que manifiestan. ¿Cómo se concilia esto con su planteo?

Humberto dijo...

Como hombre me pregunto cómo las mujeres mantienen su interés por el hombre que han elegido, después de que ya ha sido ¨cazado¨. En otras palabras, después de que se ha casado.

Mª Eugenia dijo...

¿Cómo hacemos para no amarlos tanto?

Anónimo dijo...

En toda pareja ambos tienen que dar para que la unión perdure. No veo cómo es eso posible, si la mujer deja se sentirse fusionada a su hombre, así como deja de sentirse fusionada a su hijo. Tendrían que darse relaciones patológicas para que un matrimonio perdurara, y esto -al menos para el sentido común- no parece lógico.

Damián dijo...

Las abuelas que aman a sus nietos como si fueran sus hijos, terminan metiéndose en graves problemas con su hijo y la pareja de su hijo.

Olga dijo...

Quien aún no haya sido abuelo, no puede comprender lo que se siente. Es un amor tan grande como el que se siente por un hijo. Para no tener problemas simplemente alcanza con respetar la autonomía de la pareja.

Osvaldo dijo...

A menudo sucede que el varón que eligió la mujer, por su instinto reproductivo o por lo que sea, llega un momento que deja de ser el adecuado. No sé si es porque ella deposita en él expectativas desmesuradas, o porque forma parte de la naturaleza humana.

Braulio dijo...

Si estamos de acuerdo en que es la mujer la que elige, no entiendo porqué, una vez que encontró al hombre con la dotación genética adecuada, no se queda con él.

Silvia dijo...

Lo que pasa Braulio, es que además inciden otros factores. No somos sólo instinto. Somos seres culturales. Nuestros intereses cambian.

Álvaro dijo...

Nosotros podemos dar; lo que no podemos es dar siempre lo que ella precisa.