lunes, 21 de mayo de 2012

Los líderes no son pobres



Algunas personas nacen con talentos especiales que los predisponen para ser líderes y, estadísticamente, existen pocos líderes que sufran de pobreza.

Un chiste étnico, dice: «Si ves a un judío tirarse por una ventana, tírate tú también porque seguramente es un buen negocio».

Sólo para arrancar desde un mismo punto de partida, interpreto que de esta forma se está diciendo que los judíos, en asuntos comerciales, son un referente confiable, es una buena idea imitarlos aún cuando parezca riesgoso hacerlo.

Cuando un comerciante se propone vender un producto nuevo sabe que las posibilidades de éxito están altamente condicionadas por el factor suerte.

El intento de vender un producto nuevo debe estar acompañado de un fenómeno de difusión, es decir, informar al público en general sobre su existencia, características, utilidades, conveniencias y luego de la difusión, lo que verdaderamente busca el comerciante es la adopción, es decir, la decisión de los consumidores de comprarlo, adoptarlo y recomendar su compra a otras personas.

En todo mercado existe un grupo de personas que tienen el poder de ser «generadoras de opinión». Por algún motivo, las personas integrantes del mencionado grupo tienen una opinión confiable, como los judíos para hacer buenos negocios.

¿Cómo llegan estas personas a convertirse en referentes para «generar opinión», para que sus veredictos sean tan influyentes en las decisiones de la mayoría?

Es probable que dispongan de algún talento especial para «elegir lo mejor» y para influir en que otros hagan (o no hagan) una determinada elección.

Estas pocas personas que tienen la merecida fama de «saber elegir» o de ser «buenos referentes», suelen ser los líderes, es decir, esas pocas personas que son consultadas y obedecidas por quienes quieren beneficiarse con sus valiosos consejos.

Parece una buena decisión observar que tanto los líderes como sus seguidores, difícilmente son pobres.

Este artículo es conceptualmente complementario de:

 
(Este es el Artículo Nº 1.561)

10 comentarios:

Gabriela dijo...

Segun Wikipedia, el líder auténtico, visto desde el punto de vista de sus subordinados, es aquel que por un gran autoconocimiento, es antes que nada líder de si mismo.
Entiendo esta definición como la capacidad que tienen algunas personas, de generar opinión a partir de difundir su PROPIA visión de la realidad o de determinadas situaciones y fenómenos.

Elena dijo...

Lograr la adopción por parte del público de un producto nuevo, no es tarea fácil. Más aún si existían productos (incluyo dentro de los productos a las ideas) que venían funcionando bien en el mercado. El miedo al cambio nos lleva a pensar que ¨más vale malo conocido que bueno por conocer¨. Mucho más si el producto es una idea o un conjunto de ideas. Nuestra ideología nos permite hacer pie en el mundo. Nos permite pararnos en un lugar, hacer carne una escala de valores, adoptar una identidad, sentir menos miedo. Por eso nos cuesta tanto abrir la cabeza para pensar y pensarnos de otro modo.

Elbio dijo...

El líder debe generar amor para tener seguidores. A veces lo logra por el carisma, o su gran capacidad intelectual, o su capacidad de captar lo que el público quiere o necesita. Están los líderes políticos, que en general ponen especial énfasis en interpretar el clamor popular. Por eso muchas veces se convierten en líderes populistas, y en general no toman las decisiones más acertadas.

Ingird dijo...

Algunos líderes se convierten en líderes después de su muerte, e incluso varios siglos después de su muerte. En estos casos no fueron comprendidos en la época que les tocó vivir. Incluso muchas veces fueron rechazados.

Gabriela...otra vez dijo...

Un tipo de liderazgo es el liderazgo democrático. En esos casos existe un grupo que aporta ideas y estas son altamente valoradas por el líder. El liderazgo se centra más en el grupo que en uno de sus miembros en particular. En general el liderazgo va rotando dentro del grupo. Son muchas cabezas pensantes, y todas hacen un aporte valioso. Creo que actualmente se tiende a este tipo de liderazgos, sobre todo en el campo de las ciencias. Creo que dos cabezas piensan más que una, y si son más de dos, mucho mejor. De este modo es más fácil generar opinión y provocar cambios, porque deja de existir una personalidad descollante a la que se puede amar pero también odiar, o despreciar, o desprestigiar por el sólo hecho de que esa persona me genera muchas resistencias. Al repartirse el poder entre varios, también puede suceder que el grupo sea despreciado, pero no olvidemos que cada uno de los integrantes de ese grupo tiene a su vez sus amigos, quienes estarán mejor predispuestos a pensar lo que viene de ellos.

Lautaro dijo...

Para que el liderazgo democrático funcione, el grupo debe estar consustanciado con la tarea. Esa tarea puede ser largar al mercado un producto (material o intelectual).
Si se instala la competencia dentro del grupo, deja de ser liderazgo democrático y se convierte en una lucha de poder infértil.

Maristela dijo...

Pienso que influir en las decisiones de la mayoría no es un objetivo válido. El producto debe venderse por si mismo, en el momento adecuado. Eso no significa que no deba difundírselo y propagandearlo. Sólo implica que las ¨decisiones¨ no pueden forzarse. Pongo la palabra decisiones entre comillas, porque en realidad no decidimos, sino que nos deciden (en el sentido de que somos hablados, como dice Lacan) -pero desde nuestra individualidad, desde todas las experiencias que nuestro cuerpo ha acumulado-. Por eso los líderes que asientan su liderazgo SÓLO en el carisma, a la corta o a la larga, serán olvidados y no generarán cambios.

Norton dijo...

No sé si no es más fácil influir para que otros no hagan, que para lograr que otros hagan. Un ejemplo, la campaña anti-tabaco.

Luis dijo...

De acuerdo con ud. Mieres. Difícilmente los líderes o sus seguidores, o sus co-líderes, sean personas pobres. Son personas que tienen poder, porque poseen algo que aportar. Y el poder no siempre va acompañado de la riqueza económica, pero siempre va acompañado de la riqueza.

Ernesto dijo...

Obedecer al líder nos ha llevado a grandes problemas a lo largo de la historia. No sólo a lo largo de la historia, obedecer nos empobrece a nosotros mismos en el instante presente en el que obedecemos.
Guerras, pobreza, inteligencia desaprovechada. Inmadurez emocional, frustraciones y fracazos.