martes, 12 de junio de 2012

Conocerse para conocer



Quienes no se conocen a sí mismos, desconocen a los demás y no pueden saber con quiénes están viviendo, negociando, trabajando.

Quejarse, lamentarse y gemir con desconsuelo es muy útil, aunque sólo como forma de desahogo. Estas acciones emulan las evacuaciones corporales (orinar, defecar, eyacular). Tanto quejarse como defecar, alivian y la disminución del dolor es un beneficio importante.

Por lo tanto podemos generalizar y decir: quejarse, orinar, lamentarse, defecar, gemir y eyacular, son fenómenos corporales que alivian.

A veces podemos incurrir en otra generalización, pero esta es equivocada: no podemos pensar que al sentir un alivio estamos resolviendo todos los problemas que nos aquejan.

Por lo tanto, aquellas personas que suponen que lamentándose están resolviendo sus problemas están tan erradas como quien pensara que el placer que siente después de eyacular es una prueba de que tiene la vida resuelta.

En suma: los placeres corporales, incluidas las lamentaciones, constituyen alivios fugaces, instantáneos, de muy corta duración, pero que pueden generar sensaciones de permanencia (duración indefinida).

Los gobernantes, que se interesan por «la cosa pública», por los asuntos de estado, por el bienestar colectivo, suelen quejarse de los ciudadanos que intentan y logran evadir impuestos, limitando de esta forma los recursos económicos necesarios para llevar adelante sus buenas ideas.

El alivio que sienten cuando se quejan de la falta de colaboración de los contribuyentes, es logrado por el desahogo que hacen quejándose y también porque culpando a los demás se alivian desentendiéndose por el no-cumplimiento de sus promesas pre-electorales.

Esas promesas pre-electorales fueron creídas por ciudadanos que suponen ser fieles pagadores de los impuestos, que nunca evaden sus compromisos solidarios y que priorizan los intereses colectivos antes que los propios e individuales.

Son votantes que por ahora cumplen los antiguos preceptos: «DESconócete a tí mismo», «Imagínate maravilloso», «Considérate ideal, perfecto».

Otras menciones del concepto «Conócete a ti mismo»:

           
(Este es el Artículo Nº 1.581)

13 comentarios:

Iris dijo...

Creo que vivir del placer que genera el lamento, es una forma - si no de autoengaño- al menos de evasión de la realidad personal. Al desconocernos, como dice Fernando, se nos hace muy complicada la tarea de conocer a los demás.

Oliverio dijo...

En general los gobernantes se quejan del incumplimiento de las normas por los ciudadanos, y es cierto que se alivian cuando tienen pretextos para justificar que no pueden cumplir sus promesas electorales, muchas veces exageradas. Gracias a este alivio y a esta justificación, continúan realizando la ¨tarea imposible¨de gobernar. Si la autocrítica fuera suficientemente profunda y si no encontraran justificaciones para lo que no pueden, es probable que abandonaran la tarea de gobernar y se dedicaran a una labor más placentera.

Evaristo dijo...

Culpar a los demás es un vicio muy tentador. Cuando nuestra autoestima es baja, es difícil que podamos responsabilizarnos de lo que hacemos.

Marta dijo...

No saber quienes son aquellos con los que nos vinculamos frecuentemente, nos lleva a tener grandes conflictos con ellos. Aparecen los prejuicios, los malentendidos, la intolerancia.

Luis dijo...

Hay quienes van al psicólogo a deshaogarse. No salen de eso. Pueden pasar muchos años haciendo lo mismo. De esta manera el avance es muy lento.

Lautaro dijo...

Todas las evacuaciones corporales producen placer. No podemos pasar mucho tiempo aguantando sin satisfacerlas. Por eso es necesario hacerlo, pero sin enviciarse, sin convertirlo en un modo de vida... algo a lo que somos muy propensos los uruguayos.

Ingrid dijo...

Yo digo ¨ahora estoy más aliviada¨, después del fin de semana, después de dos días de cierto descanso. Pero sé muy bien que eso no resuelve mis problemas, porque el lunes recomienza la vorágine.

Enrique dijo...

El alivio es muy similar al placer. Si tenemos hambre, el placer que sentiremos al comer será mucho mayor que si sólo sentimos apetito. Aunque los problemas del que pasa hambre probablemente tarden en resolverse, mientra que quien siente apetito tendrá una necesidad básica satisfecha.

Zulma dijo...

Muchas veces sentimos que consumiendo, comprando cosas o servicios que nos gratifican, resolvemos nuestros problemas. En el fondo sabemos que no es así, que sólo nos estamos aliviando y distrayendo.

Selva dijo...

Creer con demasiada fe las promesas pre-electorales, supone identificarse con el candidato que está proponiendo un país casi perfecto. Si nosotros nos creemos casi perfectos, seremos más propensos a creerle al gobernante.

Filisbino dijo...

Creo que es casi imposible priorizar los intereses colectivos a los individuales. De pronto lo podemos hacer en determinadas ocasiones, de manera puntual. La mayor parte del tiempo priorizamos nuestros propios intereses; como debe ser, como hace el adulto que se hace responsable de su propia vida.

Natalia dijo...

Cuando creemos priorizar los intereses colectivos, en realidad estamos priorizando el placer y la completud que nos genera hacer las cosas de esa manera. Desde mi punto de vista es una forma útil y beneficiosa de satisfacerse.

Margarita dijo...

Estoy de acuerdo con Natalia, siempre y cuando no anulemos a los demás. Eso tendemos a hacerlo, sin darnos cuenta, con nuestros hijos.