viernes, 29 de junio de 2012

Cuando los cuidadores nos acusan



Cuando los gobernantes o los médicos nos proponen una conducta preventiva, nos están diciendo que somos nuestro principal problema.

Está en nuestra naturaleza:

1º - evitarnos problemas;

2º - esperar que otros los solucionen cuando no podemos evitarlos;

3º - descargar nuestra furia contra quien suponemos que debería resolverlos y no lo hace;

4º - quejarnos de los nuevos problemas que nos acarrean los problemas sin resolver y,

5º - al final, cuando no nos queda otra alternativa, resolver nuestros problemas.

Así somos y sería un problema no saberlo o no aceptarlo.

Es por esta característica que unas pocas personas logran el bienestar económico al hacer todo lo contrario: aceptan los problemas, los resuelven sin enojarse y hasta se ofrecen para resolver los problemas ajenos cobrando por el servicio (1).

Como digo en otro artículo (2), la comodidad nos desmotiva. Cuando llegamos al bienestar, dejamos de esforzarnos. Nuestro cuerpo se queda sin energía cuando percibe que no necesita nada.

La ausencia de energía por falta de problemas graves y urgentes, nos introduce en un círculo vicioso porque, por inercia, cada vez tenemos menos ganas de enfrentar los problemas y por eso cada vez tenemos menos calidad de vida.

En este círculo vicioso, cada vez dependemos más de que otros nos ayuden, nuestra inteligencia refuerza la creencia en que son los demás quienes tienen que resolvernos los problemas: los gobernantes, los profesionales, los familiares.

Cuando estamos en esta situación (indolentes por exceso de comodidad), somos más propensos a creer cualquier promesa de los políticos que piden nuestro voto (aumenta nuestra credulidad), creemos que la medicina es infalible curándonos, que la policía nos mantendrá a salvo de los delincuentes.

Si rechazamos la medicina preventiva y las precauciones en seguridad es porque indirectamente nos están acusando de que nuestro problema somos nosotros.

   
(Este es el Artículo Nº 1.596)

10 comentarios:

Silvia dijo...

Aún cuando lo que ocurre alrededor nuestro es catastrófico, nosotros somos nuestro principal problema.
Dependemos de nuestros propios recursos humanos para permanecer vivos. Esto es así a partir del momento que aprendimos a caminar con presteza y alimentarnos por nuestros propios medios.
Hace ya unos cuantos milenios, que este proceso ha ido retrazándose más y más. Los niños permanecen mucho tiempo al abrigo de sus padres o quienes se hagan cargo de ellos. Algunos de estos niños logran crecer, madurar y ser autónomos (enfrentar y resolver problemas) y otros no. La mayoría lo logramos a medias. Es por eso que olvidamos que nuestra escasez de recursos (recursos de todo tipo), es nuestro principal problema.

Filisbino dijo...

Admito que rechazo la medicina preventiva porque no soy capaz de incorporar los hábitos que debería, ni de dejar algunos que ya he incorporado y no me convienen.

Marta dijo...

Los otros pueden ayudarnos a resolver nuestros problemas, pero siempre, en definitiva, los resolvemos nosotros, para bien o para mal. Los resolvemos como podemos.

Norton dijo...

A veces nos evitamos problemas con sabiduría y otras veces porque hacemos la del avestruz.

Alberto dijo...

En una sociedad organizada cada cual cumple su rol. Esperamos que quienes deberían cuidarnos lo hagan, porque les pagamos para eso. Pero nadie puede cuidar a otro, si el otro no se deja cuidar.

Sandra39 dijo...

La violencia y la inseguridad son problemas nuestros. Nuestros como sociedad. Mientras no lo asumamos así, las cosas seguirán igual o empeorarán.

Evaristo dijo...

A veces la vida se nos convierte en una maraña de problemas. Es como una bola de nieve que va creciendo, pero de manera desordenada. Adentro de esa bola de nieve amorfa, terminamos asfixiados.

Javier dijo...

Quienes buscan llegar al nirvana tienen un problema que los motiva todo el tiempo: permanecer en él.

Anónimo dijo...

El nirvana no es un sitio ni un estado. Es la verdad absoluta experimentada.

Facundo Negri dijo...

Cuando los problemas nos sobrepasan queremos enfrentarlos, pero no sabemos cómo.