lunes, 18 de junio de 2012

La minería y la delincuencia



Los ladrones hacen un trabajo similar al que hace la minería para extraer los recursos «guardados» en rocas y océanos.

Una pregunta que correspondería formularnos sería ¿por qué tenemos que extraer ciertos materiales que están atrapados en la roca, o a grandes profundidades en la tierra y hasta en el océano?

Esta respuesta tan lacónica, posee sin embargo algo de verdad (como cualquier otra respuesta).

Fue suficiente que en algún momento a alguien se le ocurriera que los diamantes son necesarios, que el oro aumenta nuestra calidad de vida o que el petróleo es imprescindible, como para que, quienes estaban angustiados por algún dolor, algún miedo imaginario o alguna carencia mortificante, salieran dispuestos a todo con tal de conseguir esos materiales, «estén donde estén», «cuesten lo que cuesten», «sea como sea».

A partir de esta decisión desesperada, los humanos comenzamos a perforar el planeta, sin reparar en la resistencia que este interpusiera defensivamente.

La violencia con que los afligidos seres humanos atacamos a la resistencia terráquea, no demoró en hacerla volar por los aires a la vez que glorificamos al humano que inventó la dinamita depredadora (Alfred Nobel – [1833 - 1896]).

Nuestro espíritu, atormentado por las necesidades y deseos, reales o imaginarios, literalmente explota las riquezas naturales, y todos estamos muy felices de que así sea.

Los seres humanos no solo vivimos en la naturaleza sino que también formamos parte de ella, junto con los demás animales, vegetales y minerales.

El atesoramiento que algunos seres humanos (ricos) hacen del dinero, se parece a las riquezas encerradas en la roca o en el fondo de los océanos.

Hasta cierto punto, la violencia con la que los ladrones roban esos bienes, se parece a un trabajo de minería. Los ladrones «explotan» a los ricos.

Nota: Los artículos especializados en la delincuencia están reunidos en el Blog Psicoanálisis y delincuencia.


(Este es el Artículo Nº 1.587)

10 comentarios:

Lucas dijo...

Los que saben dicen que alcanzaría con la energía solar para cubrir los gastos de energía de todo el planeta. Todo lo que hemos explotado y robado a la naturaleza es -aparentemente- innecesario.

Evaristo dijo...

Quienes comenzaron a extraer petróleo no eran ricos; se hicieron ricos. Una vez que accedieron a esa condición fueron explotados. Atesoraron dinero lo que les expuso a ser robados y a que se les robara parte de su libertad, su energía, sus recursos y su tiempo. Salvo el hecho de ser robados por otros, los demás robos fueron perpetrados bajo su consentimiento.

Sandra39 dijo...

Si los ladrones hacen un trabajo similar al que hace la minería para extraer los recursos de la naturaleza, los ladrones roban lo que ERA de todos.

Alicia dijo...

La angustia nos lleva a hacer cosas. A veces cosas inverosímiles, que implican un trabajo desproporcionado. Nuestra necesidad de autoafirmación y reconocimiento como individuos, nos compele a hacer lo que sea, cueste lo que cueste.

Gabriela dijo...

A veces es difícil diferenciar (si esto fuese posible) nuestros deseos y necesidades reales de los imaginarios. Para entendernos podríamos decir que los deseos y necesidades imaginarios son alocados, innecesarios, contraproducentes. Son aquellos que nos llevan a realizar tareas que de algún modo nos perjudican. No tenemos consciencia de humanidad, ni consciencia planetaria. Olvidamos que lo hecho por un grupo humano afecta a otro grupo humano. Que nuestras intervenciones en el planeta afectan el ecosistema en el que vivimos junto a todos los seres vivos.

Ernesto dijo...

Gabriela no menciona los minerales. Cuando una persona hace huelga de hambre, se le proporciona agua y minerales imprescindibles para evitar el rápido deterioro del cuerpo.

Elena dijo...

La pobreza de los ricos se manifiesta en la necesidad de robar.
La pobreza de los delincuentes, también en la necesidad de robar.
La pobreza de los pobres se manifiesta en la necesidad de mantenerse en su propia condición. No porque quieran, sino porque para muchos de ellos es la única salida posible. Sea por conflictos inconscientes, por culpas, por falta de educación y oportunidades, por falta de autonomía.
Pienso que ninguna de las dos situaciones es irreversible, pero para que cambie tenemos que desear el cambio, unos y otros.

Luis dijo...

Pensando el planteo de Elena, creo que tanto los pobres, como los ricos o los delincuentes, necesitan mantenerse en su condición. Cada uno de ellos está entrampado en sus propios motivos.

Lautaro dijo...

La violencia del robo proviene de la angustia. Angustia que no es encauzada para crear, sino para atacar.

Eduardo dijo...

Si la angustia toma el camino más corto termina en violencia. Para tomar el camino más largo, es necesario poder hablar, pensar, desprejuiciarse, dialogar con los demás y con uno mismo, negociar, tolerar la frustración, poder darse un tiempo de demora para reaccionar. Es decir, es necesario cierto autocontrol para manejar los impulsos.