miércoles, 4 de julio de 2012

La vida es sensata



Existe una correlación entre la cantidad de dinero recibido y la cantidad de exigencias que la vida nos impone.

Es muy probable que las necesidades y los deseos del ser humano acompañen el estado corporal de cada uno.

— Un niño (de cero a veinte años) tiene muchas necesidades pero en poca cantidad porque su cuerpo es pequeño;

— una persona adulta (de veintiuno a sesenta años) tiene muchas necesidades en mucha cantidad porque su cuerpo es el más grande y activo de toda la existencia de cualquier ejemplar de nuestra especie; y

— una persona adulta mayor (de sesenta y un años hasta morir), tiene pocas necesidades porque su cuerpo sigue siendo grande pero genera poca energía por el desgaste natural del envejecimiento.


Si observamos las responsabilidades que tienen los integrantes de cada franja etaria, podemos observar que:

— los niños son económicamente dependientes y socialmente procuramos que no trabajen pero que destinen su energía a formarse mediante el estudio y el juego;

— los adultos son económicamente productivos y socialmente procuramos que trabajen para autosustentarse a ellos mismos y a sus familias, por eso es frecuente que reciban los ingresos monetarios más altos de su vida;

— los adultos mayores son económicamente productivos aunque en tareas de baja exigencia muscular y mayor exigencia intelectual (tareas de dirección, asesoramiento, administración), con miras a jubilarse, donde los ingresos suelen descender porque es normal que necesiten menos cantidad de dinero pues las personas a su cargo debieron pasar a la etapa de autosustentación.

Si esta descripción fuera correcta y en condiciones normales (sin enfermedades, ni accidentes, ni tragedias excepcionales) deberíamos encontrar que la etapa más cargada de exigencias, preocupaciones y angustia, se corresponde con la etapa de mayor productividad y compromiso (de veintiuno a sesenta años).

En suma: La cantidad de dinero y de exigencias recibidos, son proporcionales.

(Este es el Artículo Nº 1.601)

10 comentarios:

Marisa dijo...

Sí, en nuestra cultura y en nuestro tiempo esa correlación parece lógica.
En otros tiempos, o mas bien, en otros lugares,(algunos a la vuelta de la esquina) procurábamos que los niños se formaran mediante el trabajo.

Mª Eugenia dijo...

¿A qué se refiere con una necesidad en poca cantidad?

Morgana dijo...

No soporto que se le diga niño a un individuo de veinte años. Niño se es hasta los nueve años; a reventar hasta los doce.

Luis dijo...

Creo que cuando Fernando habla de la poca cantidad de una necesidad, se refiere al gasto de energía que la persona, según su edad y su motivación, está en condiciones de hacer.

Alba dijo...

Qué momento difícil los sesenta! Las responsabilidades empiezan a ser menos, pero si las cosas andan bien, las ganas de vivir siguen intactas.

Marcela dijo...

No olvidemos que la mayoría de los niños del planeta, no se forman mediante el estudio y el juego. Ni a través de una familia continente.

Gabriela dijo...

Lo que pasa es que el modelo jubilatorio está pensado para una familia tipo: papá, mamá y los nenes. Pero estas familias están en extinción. Cuando la persona se jubila, sus ingresos bajan a la mitad, no tiene compañera o compañero para compartir sus gastos y los hijos no están en condiciones de ayudar a ninguno de los dos.

Ernesto dijo...

A partir de esa situación que plantea Gabriela, el Estado intenta paliar la situación. La de jubilados y pensionistas, la de mujeres solas con hijos, la de jóvenes que no estudian ni trabajan, la de hombres que han perdido su trabajo. Necesariamente cada vez pagamos más impuestos. Y más o menos la vamos llevando.

Chapita dijo...

Qué cosa. Ahora de adulto es cuando recibo los ingresos más bajos de mi vida. Mi familia no está. No tengo hijos. Me cuesta mucho conseguir trabajo, y recibo una pensión que apenas me alcanza para pagar la pensión donde vivo.

Lucas dijo...

A la etapa de 21 a 60 años le llaman la etapa del héroe.