miércoles, 8 de agosto de 2012

La pobreza patológica y la delincuencia



La pobreza patológica existe porque somos vulnerables a la miseria que nos muestre un semejante para que lo ayudemos.

La pobreza patológica ocurre siempre en las clases socio-económicas más bajas, porque la condición patológica está dada por los costos que de esa condición recaen sobre otros ciudadanos.

Alguien puede vivir con la escasez o abundancia que prefiera, pero si lo hace a costa de alguna molestia injusta sobre otras personas, entonces el síntoma doloroso será lo que tipifica su condición de «enfermedad».

En general, entendemos que una enfermedad es aquella donde tenemos un aquejado que padece un malestar. El sufrimiento indeseado del enfermo es lo que lo anima a trabajar para curarse y es en esa tarea que el enfermo realiza, donde eventualmente podemos colaborar si él nos lo pide y nosotros estamos en condiciones de ayudarlo.

La sensibilidad de los humanos tiene algunas características determinantes para que, esas personas de bajos recursos, impongan, exijan, extraigan alguna colaboración del resto de la sociedad.

Esta exigencia es casi delictiva en tanto los pobres patológicos chantajean, extorsionan, coaccionan, para obtener los recursos que necesitan.

Por ejemplo: una característica humana que no podemos soslayar, es sentir daño moral, tristeza profunda, dolor en el alma, cuando vemos a niños desabrigados, sucios, hambrientos.

Esta mortificación es similar a la que sufrimos cuando alguien nos pincha con un puñal, nos amenaza con un revólver, nos tuerce un brazo con una llave de judo.

Por lo tanto, si alguien nos amenaza  con un arma para quitarnos dinero o nos muestra la miseria de sus hijos, nos extorsiona de una forma similar a si nos raptan a un ser querido y luego nos chantajean pidiendo un rescate.

En suma: la pobreza patológica existe porque somos vulnerables a la miseria que nos muestre un semejante para que lo ayudemos.

(Este es el Artículo Nº 1.633)

8 comentarios:

Gabriela dijo...

Los costos que recaen sobre otros ciudadanos que no pertenecen a las clases socio-económicas más bajas, no son de despreciar. El daño moral, el sufrimiento y la culpa que nos provoca el sufrimiento de otros... La quita económica para sostenerlos...
Para asumir esos costos es mejor no pasarlos por alto. Tenemos que ser conscientes de que los estamos asumiendo. En ese caso puede que lo hagamos de buen grado y soportemos con entereza el sufrimiento ajeno porque algo estamos haciendo para aliviarlo.

Ernesto dijo...

Los pobres patológicos extorsionan porque de no hacerlo el egoísmo humano que nos caracteriza nos dejaría hundidos en la indiferencia.

Elena dijo...

Menos mal que somos vulnerables a la miseria de nuestros semejantes. Es un rasgo del que podemos enorgullecernos. Esa vulnerabilidad es la que nos lleva a hacer cosas que mejoran la calidad de vida de todos.

Cecilia dijo...

Trabajo 8hs, después voy a estudiar y apenas tengo tiempo para vivir. Lamento mucho esta situación porque no me permite ver más allá de mis intereses personales.

Evangelina dijo...

Los enfermos causamos molestias injustas sobre otras personas. Eso es inevitable. Y nadie está a salvo de enfermarse.
Seamos piadosos. Luego otros probablemente lo sean con nosotros.

Lautaro dijo...

Pienso al revés. La pobreza patológica ocurre siempre en las clases socio-económicas altas, ya que la condición patológica está dada por los costos que de esa condición recaen sobre otros ciudadanos: quienes tienen más, inevitablemente generan un conflicto complicado de resolver. Esas personas que viven una situación privilegiada, hieren la sensibilidad de quienes no han tenido tanta suerte.

Mª Eugenia dijo...

¿Por qué considera que es injusta la molestia que los ciudadanos que están en una situación de necesidad generan?

Gastón dijo...

Supongo Euge, que es porque quienes no están en esa situación precaria, no tienen la culpa.