miércoles, 19 de septiembre de 2012

La excitación sexual y el estilo laboral





Los trabajadores que buscan estimularse externamente (compitiendo, arriesgando) son más (re)productivos que los auto-estimulados, perseverantes, ahorrativos, poco arriesgados.

He comentado en otros artículos (1) que es la mujer la que seduce al varón. Por lo tanto la excitación sexual de él, la penetración y la eyaculación fecundadora, ocurren a partir de un estímulo que al varón le llega desde el exterior (la mujer que lo convoca para que la fecunde).

En condiciones de salud normal el varón seguramente verá cómo su pene se endurece y siente intensos deseos de tener relaciones sexuales con esa mujer que, gobernada por sus hormonas reproductivas, hizo lo que no pudo evitar: atraerlo para que la fecunde.

En suma: el varón, en su función re-productiva es estimulado externamente (por la mujer que lo convoca).

Un varón también puede tener una erección provocada por su propio pensamiento, sin la intervención de una mujer que lo busque para padre de sus hijos.

Efectivamente, él puede recibir una excitación interna, auto-provocada, a partir de sus propias fantasías.

Esto es lo que ocurre cuando se masturba y cuando compra los servicios sexuales de una prostituta quien seguramente no tendrá hormonas que lo atraigan como padre de sus hijos sino que, en todo caso, lo excitará activando las fantasías de él, con simulaciones corporales y verbales.

Estas dos situaciones (excitación externa e interna) tienen su correlato en la vida laboral-empresarial.

Los varones aptos para trabajar, pueden:

depender de la competencia con otros agentes económicos para excitar su capacidad laboral, industrial o negociadora, tal como depende de una mujer que lo excite hormonalmente para fecundarla; o pueden

— depender de su propia auto-estimulación para generar la adrenalina que lo haga trabajar... aunque con resultados menos (re)productivos, pues se aplicará más que nada a ser perseverante, ahorrativo y poco arriesgado.



(Este es el Artículo Nº 1.674)

8 comentarios:

Gabriela dijo...

Como mujer me parece percibir que tal como Ud. dice, hay hombres que se estimulan imaginando y otros que se estimulan cuando reciben interés de parte de una persona que los atrae. Es lógico que el imaginativo no necesite sustentos reales para actuar. Este crea, proyecta y en algunos casos organiza para que otros hagan el trabajo de hormiga. Los organizadores de pronto tienen una buena mezcla de imaginativos y realistas. Los que reaccionan ante el estímulo exterior que perciben se atienen a los hechos. Por eso probablemente tengan más sentido práctico, sean más ejecutivos, logren mayores resultados.

Antonio dijo...

Apoyo sus hipótesis. La prueba está en que la mayor parte de los artistas (personas imaginativas), no se dedican a hacer dinero.

Ingrid dijo...

Depender de la propia adrenalina conlleva un trabajo interior. Estas personas son por lo general más bien introvertidas, tienen un mundo interior florido, por decir de algún modo. El hombre práctico, que responde ante el estímulo, puede que sea más extrovertido y vea la vida de manera más sencilla.

Filisbino dijo...

Las personas que están más atentas a lo que sucede a su alrededor que a lo que sucede en su interior, quizás estén más acostumbradas a pensar la interacción social. Sabrán elegir un buen socio, elegir el momento adecuado para hacer un negocio, vincularse de manera adecuada para lograr sus fines. Quienes tienen mayor contacto con su mundo interior, sus sensaciones, sus estados de ánimo, sus conflictos, pueden ser más dubitativos porque no tienen demasiada certeza de lo que ocurre a su alrededor. Le prestan más atención a los detalles que a lo grueso, se desconciertan, se asombran con más facilidad. Todo esto genera inseguridad a la hora de tomar decisiones vinculadas al trabajo, al dinero, a esa parte de la realidad tan compleja y a la vez tan simple. Dependerá de los ojos que miren.

Enrique dijo...

Según el planteo de Filisbino podríamos pensar en dos formas distintas de percibir la realidad. No sólo una más volcada al interior y otra más al exterior, sino también una más atenta a los detalles y otra a la globalidad.
Pienso que el imaginativo es más sensible a una mirada, un gesto. Hace más suposiciones, interpretaciones. A menudo se equivoca rotundamente en esto de interpretar a los otros. Otras veces -sobre todo cuando ha ganado en experiencia- tiene percepciones muy intuitivas y bastante ajustadas. El que percibe más la globalidad, no se detiene tanto en pre-suponer. Está listo para actuar de acuerdo a su intuición y luego observar los resultados; resultados de los que aprende, reflexiona, saca conclusiones guiadas por el sentido común. El sentido común es útil cuando se trata de manejar dinero y hacer negocios.

Clarisa dijo...

Me parece que la mujer es más del tipo imaginativo y el hombre más del extrovertido.

Laura dijo...

Sin embargo, Clarisa, dicen que las mujeres tenemos más sentido práctico que los hombres porque nos manejamos en el mundo doméstico, donde la realidad es muy concreta y urgente.

Fabiana dijo...

Lo que sucede es que hombres y mujeres tenemos partes femeninas y masculinas entremezcladas.